¿Quién empuja a Orsi?
Edición Nº 1007 - Viernes 13 de setiembre de 2024. Lectura: 4'
La reciente entrevista de Orsi en el programa En la mira (VTV) nos vuelve a mostrar a un candidato atrapado entre el mandato de los radicales y sus propios titubeos. Su ambigüedad sobre Venezuela y Maduro se repite como en otras ocasiones: ironías, evasivas y la constante sensación de que no tiene –¡nunca!– una respuesta definitiva. Es preocupante ver cómo, a pesar de afirmar que Venezuela es una dictadura y que las elecciones de Maduro fueron una “fantochada”, no logra tomar una postura firme cuando se le pregunta si invitaría al dictador a su asunción presidencial.
Lo que llama la atención son sus declaraciones: “Me están empujando a invitarlo”, dijo haciendo una alusión directa a la interna frentista, pero sin explicar los detalles. Esto refleja algo más profundo que su duda personal o el estilo “cantinflesco” que el candidato despliega; es un síntoma del control que ejercen los sectores radicales del Frente Amplio sobre su campaña. Orsi sabe que, mientras él duda, los comunistas, los socialistas e incluso varios mujiquistas tienen una postura firme de apoyo al régimen de Maduro, lo que le deja poco margen para maniobrar.
El más grotesco e indisimulado ha sido el Partido Comunista. Recordemos, por ejemplo, el comunicado del PCU tras las elecciones fraudulentas, en el que defendieron los comicios y se alinearon completamente con la narrativa oficialista de Caracas. Mientras los partidos democráticos de la región denunciaban el fraude, los comunistas uruguayos hablaban de “uno de los sistemas electorales más seguros del mundo”, desestimando todas las pruebas de irregularidades. ¿Cómo puede, entonces, Orsi, libremente, llamar dictador a Maduro y negarle una invitación cuando la mitad de su partido se alinea con los defensores del régimen?
Orsi, por lo tanto, está atrapado entre lo que posiblemente piense personalmente sobre Venezuela y lo que su partido espera que diga. Este hecho se puede observar claramente en la entrevista mencionada:
-Conductor (C): Te voy a preguntar una cosa, trata, si podés, de no responderme con una ironía de cumpleaños: ¿en esta situación [que se encuentra Venezuela] invitarías a maduro a tu asunción?
-Orsi (O): Uno tiene que invitar Estados…
-C: Sí, pero el Presidente es el Presidente…
-O: El Presidente es el Presidente, por ejemplo, invitarías a Ortega…
-C: Yo te pregunto a vos: ¿a Maduro lo vas a invitar?
-O: No tenía pensado, pero me están empujando para que lo invite.
-C: ¿Pero lo vas a invitar?
-O: Se verá llegado el momento.
-C: Pero no tenés una respuesta sobre si lo vas a invitar o no…
-O: [Duda, intenta desviar la conversación…]
-C: Yamandú, no nos extendamos más, no tenés respuesta ¿lo vas a invitar?
-O: Mi respuesta es que, desde un punto de vista humano, no lo invitaría. Pero seré Presidente de un país, y el Estado uruguayo tiene relaciones con muchos países, incluyendo Venezuela. Las relaciones no son personales, poco importa lo que yo sienta. Lo importante es lo que conviene al Estado uruguayo en un momento determinado. Lo más probable es que no lo invite, pero esto va más allá de mis preferencias personales…
Esta ambigüedad refleja no solo su incomodidad, sino también su incapacidad para tomar decisiones. Y esto, claro está, nos lleva a la pregunta obvia: ¿es Orsi, al que los frentistas votaron para que los represente, quien realmente manda?
Este episodio no es un hecho aislado. Si miramos la situación en torno a la reforma de la seguridad social y las contradicciones internas en el Frente Amplio, queda claro que los radicales llevan la batuta. En el último capítulo de esa novela, que abordamos en nuestro editorial anterior - https://www.correodelosviernes.com.uy/Radicales-al-mando.asp -, 112 economistas frentistas que expresaron críticas a la reforma plebiscitada por los comunistas y el PIT-CNT fueron atacados duramente. Constanza Moreira les espetó la unidad, acusándolos de hacerle el juego a la derecha, Óscar Andrade los invitó a debatir, y Marcelo Abdala los llamó directamente “ratas alegres en el queso”.
En materia económica, la saga de Gabriel Oddone, el asesor económico de Orsi, es otro claro ejemplo al que también nos referimos recientemente en estas páginas. Oddone, quien ha expresado opiniones técnicas sensatas, como desindexar salarios o apoyar la flexibilización de la negociación colectiva, ha sido criticado duramente por los sectores más duros del Frente Amplio. Ni bien Oddone se aventuró a sugerir que la reforma de la seguridad social del gobierno era una mejora respecto a la situación anterior, la cúpula del Frente lo silenció, siendo desautorizado públicamente por figuras como Fernando Pereira y Juan Castillo, que le dejaron claro que son ellos y no él los que representan el verdadero sentir de la izquierda.
¿Y qué hizo Orsi en todos estos casos? Se quedó en silencio, dejando que los radicales dominen la narrativa. El profesor canario ha demostrado que, cuando se trata de temas clave es incapaz de tomar una postura clara. Si así pretende proceder en un eventual gobierno, Uruguay está en problemas. La respuesta a la pregunta inicial, parece ser obvia: los radicales…
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