"¿Fraguar firmas para integrar personas a listas sin consentimiento? ¿Más turbio no tienen? Todo rompen", publicó en su cuenta de X (ex twitter) el senador comunista Óscar Andrade en referencia a una investigación en Maldonado donde una funcionaria de la Corte Electoral es acusada de falsificar firmas para una lista de nuestra colectividad. Resulta gracioso que sea justamente el Senador Andrade el que se permita juzgar un hecho -hasta el momento presunto- como turbio, y particularmente uno vinculado a firmas falsas.

Por fortuna, el senador nacionalista Javier García respondió de forma rápida y precisa, recordándole a Andrade el 30% de firmas rechazadas (hasta el momento, habrá muchas más...) en el plebiscito que busca cambios en la seguridad social, promovido por el Pit-Cnt y el Frente Amplio. "Andrade, si es así está mal. Tanto como el 30% de firmas rechazadas: truchas, menores, duplicadas, etcétera, que la Corte Electoral descartó de las que tú, el Pit-Cnt y el Frente Amplio presentaron para derogar la seguridad social", replicó García, acompañando su mensaje con datos de la Corte Electoral que evidencian los rechazos por firmas no coincidentes.

Pero, por fuera de las firmas y a título personal, ¿quién es Óscar Andrade para hablar de "turbio"? Recordemos que este mismo senador fue el centro de un escándalo cuando se reveló su deuda de contribución por su casa en San Luis, construida sin registro en el Banco de Previsión Social y acumulando casi $100 mil en deudas desde 2012. La exposición mediática de su situación llevó a que el entonces director de la Agencia Tributaria de Canelones, Casaravilla, intentara regularizar su deuda mediante un procedimiento excepcionalmente favorable que no se le ofrece al ciudadano común. Sólo así, y luego de la revelación, Andrade canceló sus adeudos.

Esta acción fue tan irregular que Casaravilla terminó destituido por las autoridades de Canelones, y recientemente fue ratificada su irregularidad, como analizamos aquí en CORREO. No obstante, mientras el funcionario infiel pagó las consecuencias, Andrade apenas enfrentó el escrutinio público y judicial por su construcción irregular y su evasión fiscal de casi una década.

En fin, citando al propio Andrade le preguntamos: ¿más turbio no tiene?