¿Queremos dar lástima o despertar admiración?
Viernes 26 de setiembre de 2025. Lectura: 2'
Por Susana Toricez
Montevideo merece mostrar su verdadera riqueza cultural, no improvisaciones que apenan.
Llegan los cruceros cargados de turistas a Uruguay y son recibidos en el Puerto de Montevideo por una cuerda de tambores paupérrimamente producida. Alguien debería advertir a los visitantes que eso que ven no es, en absoluto, representativo de la ciudad. ¿Por qué entonces el Departamento de Cultura de la IMM no asume su responsabilidad e interviene para que la situación cambie y sea sustituida por representantes de la auténtica cultura montevideana y uruguaya?
Se me ocurre que no sería mala idea que algunos artistas municipales —integrantes de la Banda Sinfónica Municipal, bien remunerados por cierto— tuvieran como parte de sus funciones recibir a esos miles de extranjeros que llegan, muchas veces, por primera vez a nuestro querido país.
¿Tan difícil sería armar pequeños shows, con cuerpo de baile incluido, donde se muestre tango, candombe y murga, elegantemente vestidos y con verdadera profesionalidad ¿Por qué no se hace? Lo necesario para hacerlo está, y también los recursos. Lo que no existe es la voluntad de mostrar una mejor cara de nuestra ciudad.
Evidentemente, es mejor dar lástima que recibir admiración. Parecería que ese es el perfil de esta Administración.
Se organizan shows callejeros en épocas de elecciones municipales. Sería interesante que se realizaran con otro fin que no sea el de ganar votos.
El propio Teatro Solís debería destinar, al menos un día a la semana, funciones gratuitas para mostrar nuestra cultura. En Barcelona, por ejemplo, la fuente de Montjuïc ofrece un espectáculo de luces gratuito un par de días por semana, lo que se convierte en una visita ineludible para cualquier turista. Ese es solo uno de los tantos espectáculos patrocinados por el Ayuntamiento, que hacen de Barcelona una de las ciudades más visitadas del mundo.
Sería positivo que por estas latitudes surgieran ideas así de brillantes —aunque más no fuera por imitación— y que la IMM diera a conocer más y mejor las virtudes uruguayas.
El uruguayo, en general, gusta de los espectáculos culturales, por más que los gobiernos frenteamplistas intenten disimularlo.
Entonces, en un país que se dice turístico, ¿por qué no pensamos precisamente en los turistas?
¿Qué hace falta para que eso suceda? Una sola cosa: voluntad.
|
|
 |
Orsi en la ONU: luces y sombras de un discurso
|
Único Frade Julio María Sanguinetti
|
Rivera, Verdad y Libertad
|
Escrachados no por lo que hacen sino por lo que son
|
Una semana de violencia: crónica del descontrol criminal en Uruguay
|
La judeofobia del Comité del FA en Madrid
|
Subsidio que no se justifica
|
Paro industrial: cuando el remedio puede ser peor que la enfermedad
|
Los dos Estados Luis Hierro López
|
Iniciativas para una educación financiera desde la infancia Santiago Torres
|
El secreto bancario: entre la libertad y el despotismo Elena Grauert
|
Extemporáneo proyecto de ley limitando la propiedad de los corrales de engorde Tomás Laguna
|
El desafío de no retroceder Ruth Furtenbach
|
Un comisionado para la infancia y la adolescencia: ¿nueva institucionalidad o superposición de roles? Laura Méndez
|
¿Queremos dar lástima o despertar admiración? Susana Toricez
|
¿Una revolución cultural a la Gramsci en Uruguay? Juan Carlos Nogueira
|
El capitán del puerto de Montevideo Jorge Ciasullo
|
Mercosur - EFTA: un acuerdo que reconfigura tiempos y presiones en la agenda con la Unión Europea Alvaro Valverde Urrutia
|
El peligroso negacionismo anticientífico de Trump y Kennedy Jr.
|
Argentina: “La historia vuelve a repetirse...”
|
Afuera con las voces femeninas en Afganistán
|
Sarkozy condenado: un juicio que sacude la imagen de Francia
|
Frases Célebres 1054
|
Así si, Así no
|
|