Edición Nº 1066 - Viernes 19 de diciembre de 2025

Purgas en el MGAP

Viernes 19 de diciembre de 2025. Lectura: 3'

Por Tomás Laguna

En un acto destemplado e inexplicable, las autoridades del MGAP han procedido a cesar a varios directores departamentales para proceder con la designación directa de operadores que les respondan políticamente.

El artículo 297 de la Ley de Presupuesto Nacional para el ejercicio 2015–2019 facultó al Poder Ejecutivo, en la órbita del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca, a contratar 19 directores departamentales. Esta iniciativa se inscribía en el marco de un oportuno programa de descentralización en la gestión del MGAP. Se estableció que los cargos serían asumidos en régimen de contratos a término, de renovación anual, no configurando la condición de funcionarios públicos, y no pudiendo ser renovados más allá de cada período de gobierno. El mismo inciso estableció que las personas a asumir estas responsabilidades debían acreditar idoneidad suficiente de acuerdo con las tareas a desempeñar. En ningún momento se confiere a estas responsabilidades la condición de “cargo de confianza política”; en todo momento se recalca como mérito las capacidades personales para la función.

Durante el segundo gobierno del Dr. Tabaré Vázquez se realizaron algunas contrataciones, quedando numerosos departamentos vacantes. En el año 2022, bajo la gestión del Ing. Agr. Fernando Mattos al frente del MGAP, se realizó un llamado público bajo la supervisión de la Oficina de Servicio Civil y la Contaduría General de la Nación, a través del cual se procedió a nombrar 19 directores, cubriendo todo el país.

De las actas de “Uruguay Concursa” surge que en aquel llamado se presentaron 1.683 postulantes, de los cuales 290 no cumplían los requisitos exigidos y finalmente 1.393 fueron los que participaron de las instancias de las entrevistas correspondientes. Al ser necesarias nuevas designaciones por vacantes, las mismas se realizaron a partir de aquellos postulantes que no llegaron a ser nombrados en el llamado original, respetándose el espíritu de la convocatoria pública.

Es necesario consignar que los directores departamentales en funciones se “foguearon” en las peores circunstancias de la sequía de 2023, acreditando el valor del servicio público prestado a partir de sus responsabilidades.

A 10 meses de asumida la actual administración de gobierno, de pronto y sin previo aviso, se procedió a la destitución de 6 de los 19 directores departamentales, anunciándose que se procederá a realizar en total 9 designaciones, todas en forma directa, en las que se incluyen departamentos con vacantes o jubilaciones. No hubo justificación alguna que ameritara tales ceses de contrato. De hecho, no hubo una renovación total, que bien pudo ser una razón de orden general, sino determinados casos elegidos por la caprichosa y soberana voluntad de los operadores políticos al frente del MGAP. Es evidente y nada disimulado el objetivo de ocupar los cargos con militantes políticos del partido de gobierno, desplazando a personas no identificadas con la izquierda organizada y militante. Incluso así lo habrían manifestado para justificarse ante el funcionario cesado.

Es cierto que por ley los cargos están provistos a partir de contratos renovables por evaluación anual de desempeño; es cierto que la ley establece que las renovaciones son “no más allá del período de gobierno”, otorgando la potestad en tal sentido a cada nueva administración. Pero lo actuado por los operadores políticos del MGAP, seleccionando “a dedo” a las personas a destituir, con reemplazantes ya identificados, demuestra un grotesco y despreciable acto de acomodo y politización de cargos, propio de la peor calaña en el ejercicio del poder. Poco mérito y respeto les dejan a los “acomodados” de turno ante la opinión pública.

Estos hechos no deberían sorprendernos por provenir de quienes provienen, cuando lo grotesco parece ser una característica de la gestión al frente del MGAP. En definitiva, estamos ante un acto de desprecio por las instituciones que con tanto celo atienden el prometedor desarrollo del campo uruguayo en todas sus expresiones productivas.



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