¿Por qué cayó el gobierno alemán?
Viernes 29 de noviembre de 2024. Lectura: 7'
Con la destitución del ministro de Finanzas y presidente del partido liberal, el canciller, Olaf Scholz, disolvió la coalición de gobierno. Alemania se encamina hacia unas elecciones anticipadas. En medio de la tensa situación geopolítica, la locomotora de Europa debe ocuparse de sí misma, argumenta Jonathan Neu en una interesante crónica para el portal Diálogo Político que recomendamos leer.
Mientras en la mañana del miércoles 6 de noviembre el mundo seguía los resultados electorales en Estados Unidos, la coalición de gobierno en Alemania se derrumbaba. El país más poblado de Europa, habituado a la continuidad y la estabilidad, cayó en una crisis política excepcional. En los 75 años de posguerra alemana, sólo en dos ocasiones se fracturó el gobierno y se convocó elecciones anticipadas (1982 y 2005). Sin embargo, el final del gobierno de la coalición semáforo (llamado así por los tres colores políticos de sus socios de coalición: rojo para los socialdemócratas, amarillo para los liberales y verde para los verdes) no sorprendió a muchos observadores.
Después de tres años de continuas disputas internas en el gobierno, caracterizadas por permanentes indiscreciones, acusaciones mutuas y la dificultad de encontrar acuerdos, la disolución prematura de un gobierno que lleva mucho tiempo en crisis resultó ser un divorcio anunciado.
El descalabro de la coalición
En la noche del miércoles 6 de noviembre, el canciller alemán Olaf Scholz (socialdemócrata) destituyó a su ministro de Finanzas, Christian Lindner (líder del partido liberal FDP), poniendo de esta forma fin a la coalición de gobierno. Con ataques personales inauditos en la cultura política alemana, el canciller ajustó cuentas con su exministro en una declaración de prensa donde lo acusó de infidelidad al gobierno, incompatibilidad con la generación de acuerdos, entre otras descalificaciones. Esto abrió el intercambio de culpabilizaciones por el fracaso de la coalición. Al día siguiente, otros dos de los cuatro ministros liberales dimitieron. Sólo el ministro liberal de transportes renunció al FDP y seguirá en la administración, otro acontecimiento único en la historia alemana.
A esta situación precedió una larga disputa sobre el presupuesto federal para el año siguiente, que reflejaba las diferentes prioridades políticas de los liberales, socialdemócratas y verdes. En una economía en fase de recesión, exigida por nuevos gastos elevados en las fuerzas armadas y la guerra en Ucrania, y un continuo flujo de migrantes, faltan miles de millones para el presupuesto de 2025. Mientras los socialdemócratas y los verdes pretendían revitalizar la economía mediante un gasto significativamente mayor y, al mismo tiempo, ampliar aún más el ya extenso Estado de bienestar alemán, los liberales insistían en limitar el endeudamiento y no estaban dispuestos a eludir el límite consagrado en la Constitución alemana. A pesar de arduas negociaciones a lo largo del verano, algunas con 80 horas de duración, el gobierno fue incapaz de acordar un presupuesto.
Así cayó el gobierno
Al mismo tiempo, el gobierno había descendido a niveles históricamente bajos en las encuestas debido a las constantes disputas e indiscreciones internas. La cumbre económica que convocó el canciller a fines de octubre es emblemática para mostrar el estado de descalabro del gobierno. Como no invitó a esta cumbre ni a su ministro de economía ni a su propio ministro de finanzas, éste último organizó, sin más, una cumbre económica paralela.
En este momento los liberales están por debajo del 5% en las encuestas lo que amenaza su propia existencia, ya que en Alemania este es el umbral electoral necesario para obtener una representación parlamentaria. La anterior es otra razón por la que muchos observadores políticos suponen que Lindner hace tiempo buscaba una forma de liberarse de la coalición poco popular y recuperar su perfil en el electorado. Pocos días antes de su destitución como ministro de economía, se filtró un documento de su cartera con exigencias inaceptables para los socios de la coalición. Lo que siguió ya se sabe: el canciller Scholz respondió a provocación despidiendo a Lindner después de que no se encontrara solución al conflicto presupuestario.
A pesar del fin de la coalición de gobierno, el gobierno de Scholz seguirá en funciones por el momento sin los ministros liberales, que ya han sido reemplazados. El gobierno semáforo (rojo, amarillo, verde) se ha convertido como afirman con un toque de humor algunos observadores, en un semáforo peatonal (rojo, verde).
Censura parlamentaria y elecciones
El gobierno alemán ya no dispone de una mayoría propia en el Parlamento, lo que significa que solo puede impulsar leyes con el apoyo de la oposición. Por ello, Olaf Scholz ha anunciado que se enfrentará a una moción de censura en el Parlamento. Si, como se espera, recibe el voto de censura, el presidente federal puede convocar nuevas elecciones en un plazo de 60 días. La sesión del Parlamento para atender la crisis será el 16 de diciembre y las nuevas elecciones federales el 23 de febrero de 2025.
Si no se logró consenso sobre el presupuesto de 2025 antes del descalabro de la coalición de gobierno, menos se podrá contar con un acuerdo ahora mismo. Dependiendo de la formación del futuro gobierno alemán, en el peor de los casos el presupuesto podría no ser aprobado por el Parlamento hasta el verano (junio-agosto) de 2025. Aunque esto no llevará a un cierre del gobierno completo como en los Estados Unidos, la administración estatal tendrá a una gestión presupuestaria provisoria. Por un lado, esto significa que de momento no se podrán asumir nuevos compromisos y, por otro, miles de millones destinados a la cooperación internacional al desarrollo permanecerán congelados. Quienquiera que dirija el próximo gobierno tendrá que tomar decisiones muy incómodas a la hora de elaborar el presupuesto.
Elecciones anticipadas
Solamente el partido de centroderecha CDU está bien posicionado para las elecciones adelantadas. Desde las últimas elecciones de 2021 han podido reposicionarse en cuanto a contenidos con un nuevo programa de principios y han resuelto la cuestión de la candidatura con Friedrich Merz. En algunas encuestas, la CDU alcanza el 32%, lo que supera la intención de voto de toda la coalición actual, por lo que se considera probable que Merz sea el futuro canciller. Por esto, sigue siendo intrigante ver con qué socio podría gobernar la CDU tras las elecciones.
Tras la experiencia con el gobierno actual, la CDU quiere a toda costa evitar una coalición a tres bandas. El partido populista de derecha, Alternativa para Alemania (AFD), podría seguir mejorando en los sondeos, ya que es probable que la actual crisis de gobierno exacerbe más aun la frustración de muchos votantes.
Por otra parte, los tres partidos «semáforo» están sufriendo claramente. Aunque Olaf Scholz quiere volver a presentarse por los socialdemócratas, sus índices de popularidad personal son muy bajos y su partido sólo alcanza el 15%. El actual ministro de economía, Robert Habeck (Los Verdes), considerado un excelente comunicador, pero también muy vinculado al gobierno saliente, probablemente se presente por los Verdes. Es seguro que pesar de la difícil situación geopolítica mundial, Alemania deba concentrar sus esfuerzos en ocuparse de sí misma por el momento.
Perspectivas para Latinoamérica
Finalmente, desde una mirada latinoamericana, una posible victoria electoral de la CDU también podría ser de interés para la región, ya que este sector político se caracteriza por su especial interés en la región.
La bancada parlamentaria de la Unión Demócrata Cristiana y la Unión Social Cristiana (CDU/CSU) redactó el año pasado un documento estratégico sobre la cooperación estrecha con América Latina. En esta proclama se plantea, entre otros puntos, una asociación más estrecha en política de seguridad, la implementación del acuerdo Mercosur y un fortalecimiento de la colaboración institucional. De tal manera, la expectativa de una mayor atención a lo que ocurre en esta parte del mundo dentro de la agenda de un futuro gobierno demócrata cristiano, es razonable.
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