Correo de los Viernes - Perlitas del Sunca-gate

Perlitas del Sunca-gate

Viernes 27 de junio de 2025. Lectura: 2'

La corrupción indigna. Pero cuando además roza lo grotesco, lo hace con un dejo de burla. Eso es exactamente lo que transmite la nueva información sobre el escándalo del Fosvoc, el fondo social de la construcción vaciado por sindicalistas inescrupulosos. Esta semana supimos que parte del dinero desviado —que debía destinarse a mejorar la calidad de vida de los obreros— terminó en la compra de artículos tan insólitos como comida para mascotas, celulares, electrodomésticos, un estimulador sexual y hasta una camioneta que primero usó el sindicato. Sí, así como se lee. Un caso que cada día da más vergüenza ajena.

Stella Rey, funcionaria administrativa del fondo e indagada clave en la causa, está en el centro de la trama. Según la Fiscalía, fue responsable de casi 200 transferencias irregulares, muchas de ellas destinadas a lo que los investigadores llaman “mulas financieras”, cuentas ajenas usadas para disimular el flujo de dinero. Lo más escandaloso es que Rey, además de actuar como operadora del sistema, cobraba comisiones por cada transferencia. Una estructura organizada, reiterada y con beneficios personales —y políticos— para los involucrados.

El detalle de los gastos no puede ser tomado a la ligera. Más de $500 mil fueron consumidos por Rey en 2024 con fondos del Fosvoc. Entre ellos: $115.000 en comida para mascotas, una heladera, un iPhone, una laptop, un lavavajillas, un colchón, un comedor, cargadores de Apple, una pedalera, juegos de sábanas… y un estimulador sexual por $2.000. La lista completa parece escrita por un guionista de comedia, pero es real. Y fue financiada con dinero que los trabajadores de la construcción destinaban, con esfuerzo, a un fondo común para necesidades urgentes.

El uso del dinero no se limitó a consumos personales. También se compró una camioneta supuestamente destinada a la cooperativa Coopintare, pero que según los propios imputados, fue usada varios meses por el sindicato antes de ser entregada. Como si no alcanzara, hay testimonios que mencionan a dirigentes actuales del Partido Comunista en roles clave en el esquema. Y otros que aseguran que la práctica venía de años atrás, cuando en el Sunca estaban Oscar Andrade y Daniel Diverio. La Fiscalía sigue tirando de la piola.

Mientras tanto, el PIT-CNT publicó un comunicado expresando “repudio” y anunciando expulsiones. Pero todavía hay dirigentes como Laura Alberti, secretaria de finanzas del Sunca y del PCU, señalada por múltiples indagados como quien impartía órdenes, que sigue siendo respaldada por su sector político. ¿Hasta cuándo?

Y lo peor es que todavía falta. La estafa del Fosvoc recién empieza a mostrar su dimensión. Pero ya es, sin duda, uno de los episodios más bochornosos de la historia sindical reciente. Un fraude con olor a impunidad.