Edición Nº 1000 - Viernes 26 de julio de 2024

Oportuno proyecto de ley dirigido a limitar las potestades del presidente de la UAM

Por Tomás Laguna

Ante las denuncias por un comportamiento arbitrario del presidente de la UAM, designado políticamente por la Intendencia de Montevideo, senadores del partido Nacional presentaron un proyecto de ley limitando sus atribuciones.

Algunas ediciones atrás dedicamos este espacio a las dificultades para encausar la gobernanza de la Unidad Agroalimentaria Metropolitana, esto es el mercado concentrador de frutas y hortalizas. Una suerte de conducción hegemónica por parte de su presidente, representando al gobierno administrativo de la ciudad de Montevideo, fue la causa que finalmente estalló entre las gremiales con representación en su directorio. Demostrando de esa manera que lo que está mal hecho, irremediablemente va a funcionar mal. Esto ha sido determinante para que se vuelva a cuestionar si es razonable, si es sensato, que sea la intendencia departamental de Montevideo quien esté al frente de tan estratégico emprendimiento con proyección nacional.

El mercado concentrador de la producción, formador de precios, determinante en las exigencias fitosanitarias y de calidad del producto, es pieza crucial, sustantiva para el sector granjero. Dentro del concepto "granja" se incluyen multiplicidad de rubros, todos ellos intensivos en el uso de los recursos productivos, de base familiar, y en su mayoría con destino inexorable al mercado interno. La competitividad de todos esos rubros exige ingentes esfuerzos de incorporación de tecnología, tanto en productividad como en calidad, pero también en lo referente a la sanidad de los cultivos y el uso racional de los productos requeridos para el control de plagas. Considerando además que la producción granjera no escapa al mal endémico de toda la producción nacional, muy elevados costos de producción y como tal dependencia absoluta del precio final obtenido una vez el producto en el mercado.

En sus vulnerabilidades, la papa, la cebolla, la zanahoria, el tomate, el morrón, las hortalizas de hoja además de la fruticultura de hoja caduca (manzana, durazno, pera), la viticultura, deben ser de los rubros agrícolas más dependientes de las políticas públicas y la institucionalidad estatal. El soporte institucional de la producción descansa sobre la Dirección General de la Granja y la Dirección de Sanidad Vegetal, ambas del Ministerio de Ganadería Agricultura y Pesca. Pero también es actor preponderante el Instituto Nacional de Investigaciones Agropecuarias a través de su estación experimental "Las Brujas", abrevadero tecnológico obligado tanto para la horticultura como la fruticultura. No debemos dejar de mencionar al Banco de la República, la UTE y el Banco de Seguros del Estado en su atención preferencial a los productores granjeros a través de políticas diferenciales en el acceso al crédito, en muchos casos con tasas subvencionadas, a los seguros para la producción, bonificación en las tarifas de energía eléctrica para el funcionamiento de las cámaras de frio, además de otros soportes específicos como lo fue el apoyo para solventar los aportes patronales al BPS.

También desde el Estado se debe combatir el contrabando transfronterizo, principal enemigo del productor granjero en momentos de salir con su cosecha al mercado.

Han habido programas específicos de apoyo al desarrollo de la granja, como lo fue el PREDEG (Programa de Reconstrucción y Desarrollo de la Granja), eficaz instrumento creado durante la 2da administración de gobierno del Dr. Sanguinetti y eliminado sin más consideración durante el primer gobierno del Frente Amplio. Luego, como respuesta a la grave crisis climática de marzo de 2002 y durante el gobierno del Dr. Jorge Batlle, se constituyó el Fondo de Reconstrucción y Fomento de la Granja, el cual se financiaba con el IVA a los productos de granja importados. Mediante el mismo se atendieron las pérdidas ocurridas durante el temporal de aquel aciago marzo. Además se subsidió el costo de las primas a los seguros granjeros, abatiéndolas en un 60%. No fueron menos importantes las acciones emprendidas en apoyo a la articulación de la cadena agroindustrial del tomate. Este fondo fue, años más tarde, volcado a rentas generales por el entonces Ministro de Economía Danilo Astori, sin mediar para ello un análisis objetivo del destino que había tenido. Hoy se lo fortalece a partir de una ampliación en sus objetivos desarrollistas a partir de la última ley de Rendición de Cuentas.

En definitiva, la producción granjera a partir de la amplia base social sobre la que descansa ha justificado y es dependiente de las políticas públicas y acciones emprendidas desde el Estado y su institucionalidad de alcance nacional. No resulta razonable que el eslabón final en la producción, el mercado concentrador, quede por fuera de esta entramado de políticas e instrumentos sectoriales de alcance nacional. Es inconcebible que un burócrata político sea quien finalmente lo gestione como parte de un botín político. Pero es lo que ocurre. Así estamos, así llegamos a lo del principio. La granja nacional rehén de una contienda de supremacías políticas.

Para solucionar los excesos del delegado de la administración departamental de Montevideo, quien ejerce la presidencia de la UAM, los senadores del Partido Nacional presentaron un proyecto de ley a través del cual se le restan atribuciones al presidente de esta institución, tanto cuando ejerce la presidencia al frente del directorio como en sus atribuciones en la Mesa Ejecutiva. Hoy resulta la única opción posible ante la imposibilidad política de reubicar a la UAM pasándola a la órbita del gobierno de la República a través del MGAP.

Dadas estas circunstancias, el mencionado proyecto de ley debería ser puesto a consideración del legislativo sin más demora y como tal votado por los legisladores de la coalición. Pero no es la solución de fondo ni mucho menos. La granja nacional esta de rehén de una disputa política, privándola de una institucionalidad de alcance nacional en el punto más trascendente de la cadena, la colocación final de la producción.

Por respeto a la granja nacional, a la gran familia granjera y sus denodados esfuerzos por mantenerse en la producción, es hora de tomar medidas radicales a nivel de la UAM.




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