No hay tiempo que no se acabe, ni tiento que no se corte
Viernes 21 de marzo de 2025. Lectura: 2'
Por Consuelo Pérez
Hemos comprobado que un gran número de uruguayos elige a sus representantes no tanto por la buena gestión que los mismos han realizado en los últimos cinco años, o la pésima gestión que otros han perpetrado por treinta y cinco, aunque los perjudique directamente. No somos sociólogos ni conductistas para adentrarnos en esos vericuetos de la mente humana, que en democracia se expresa libremente, y festeja los “logros” como un gol de su equipo de futbol preferido (sic).
Es sabido por absolutamente todos los ciudadanos que ese modo de actuar se da principalmente en el departamento de Montevideo. Aunque el desastre y el descontrol estén a la vista (y al olfato) en una ciudad en continua decadencia en los aspectos de responsabilidad de la Intendencia Municipal - pues el montevideano lo percibe a diario - y esté oculta en la falta de transparencia y burocracia obscena en el edificio de ladrillos de 18 de Julio y Ejido y en todas sus sucursales barriales, se insiste, en forma inexplicable para el sentido común, en lo mismo. Y como verificación de lo expuesto, en los barrios más pobres, que son los más olvidados por la Comuna, el apoyo es aún mayor, convalidando la desigualdad, aunque el discurso mentiroso y en este caso hipócrita del Frente Amplio apunte a la “igualdad”.
Es en ese sentido que nos han preguntado muchas veces en nuestras recorridas barriales: ¿Para qué presentarse a unas elecciones en las que se sabe no ganarán? ¿No es mejor no gastar dinero y esfuerzo, y avisarles a los que no les importa su ciudad que cuando despierten de su letargo estamos prontos para encarar el camino de la recuperación?
Independientemente de lo que cada uno de nosotros piense en su fuero íntimo, es obvio que la respuesta pasa por aquello de que “No hay peor lucha que la que no se hace”. Y no por los aspectos políticos o que hacen a la existencia de los partidos, sino porque en realidad, siempre daremos la lucha de la información, del profesionalismo, de la capacidad y compromiso, poniendo por sobre todo a la ciudad en la que los montevideanos viven. O sobreviven.
También entendemos que la Coalición Republicana es la herramienta que une voluntades, formas de ver la ciudad, formas de ver la vida. Es en ese escenario que nuestra candidata, Virginia Cáceres, trabaja para hacer posible lo que hoy es nuestro primordial objetivo: recuperar la sensatez primero, para recuperar a Montevideo después.
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