La suciedad de Montevideo: un síntoma del caos que el FA incubó
Viernes 21 de noviembre de 2025. Lectura: 4'
Cuando la basura inunda las calles y los olores se convierten en rutina, Bergara y ADEOM se acusan mutuamente, pero el verdadero responsable es un sistema de gobernanza desarticulado que el Frente Amplio dejó crecer en la Intendencia.
La recolección de basura en Montevideo se ha convertido en un ajedrez de acusaciones cruzadas entre el intendente Mario Bergara y la Asociación de Empleados y Obreros Municipales (ADEOM). Cada parte lanza la culpa a la otra, pero lo que emerge con claridad es que el desastre es fruto de un desorden estructural que arrastra la Intendencia, herencia del Frente Amplio.
Bergara no se guarda nada. Afirmó que ADEOM dice “mentiras” y atribuye la caída del servicio a las medidas sindicales: según él, “en octubre se dio una situación de conflicto con Adeom que sin duda alteró esa situación”. El intendente detalló que, tras un inicio prometedor con recolección de hasta 4.400 contenedores por día, esa cifra se redujo un 25 % en octubre, hasta unos 3.300, debido a “dos días de paro general”, “paros de una hora” y “44 asambleas con paro” en distintos puntos. Según él, el recorte de horas extras y del sexto día no alcanzó para el área de residuos: “la reducción (…) fue cero (…) de parte de las medidas de la IMM no hubo ni una hora extra menos ni un sexto día menos en la recolección de residuos”.
Por su parte, ADEOM no se queda atrás. La secretaria general del gremio, Silvia Tejera, acusó al intendente de recortes que están directamente “afectando en los servicios” y señaló que “en la limpieza es donde más se nota”. El sindicato asegura que la reducción de horas extra y del sexto día no fue una cuestión de voluntad política, sino una necesidad presupuestaria, y que la falta de personal y la reorganización ordenada desde la Intendencia están detrás del atraso.
Además, trabajadores denunciaron que los camiones que recogen basura no salen si están en mal estado. Eso, según ellos, es parte de la mala administración de la IMM, que prioriza ajustes al presupuesto por encima de mantener en buen estado los vehículos necesarios para la recolección.
Los datos, irónicamente, confirman la crisis. Según cifras oficiales citadas por El País, el porcentaje de contenedores con acumulación de desechos aumentó dramáticamente: al 3 de noviembre, el 26,7 % de los casi 11.700 contenedores tenía más de cuatro días sin vaciarse. Con esos registros, es difícil sostener que el problema es solo una cuestión de paros o medidas sindicales: hay también disparos estructurales en la capacidad de la Intendencia para responder.
La disminución del 25 % en la recolección, reconocida por el propio Bergara, es una señal clara de que no basta con declarar mala fe: el servicio está cediendo terreno de forma sistémica.
En la disputa verbal entre Bergara y ADEOM, el gran perdedor es Montevideo. Mientras se tiran las culpas, la mugre se acumula y la ciudadanía paga el costo. Que ambos actores compartan responsabilidad es innegable, pero la administración pública capitalina carga con una parte mucho más pesada: si no había recortes, como afirma Bergara, ¿por qué se desmorona la recolección? Y si los paros son legítimos, como dice ADEOM, ¿por qué no hay un plan estructural que garantice el servicio aun en momentos de conflicto?
Este es el resultado de un desorden institucional: bajo el mandato del Frente Amplio, el sistema municipal de recolección no fue modernizado ni fortalecido con estabilidad financiera. Los ajustes, los paros y la mala administración son síntomas de una Intendencia que nunca logró institucionalizar un modelo eficiente, ni profesionalizar su estructura, ni equipar adecuadamente su flota.
La basura no es solo un problema de limpieza: es un espejo del desgobierno frenteamplista [https://www.correodelosviernes.com.uy/La-crisis-fiscal-de-Montevideo-es-real-y-lleva-la-firma-del-Frente-Amplio-2025-11-21.asp]. Tanto Bergara como ADEOM se acusan por la crisis, pero lo cierto es que la Intendencia está fracturada. En lugar de trabajar unidos para mejorar el servicio —como prometió el intendente al asumir—, se ha instalado una guerra de acusaciones que deja a Montevideo más sucia, más desorganizada y más herida. Es hora de que la ciudad exija responsabilidad a ambos lados: no basta con que se culpen mutuamente, deben dar soluciones reales.
|
|
 |
La crisis fiscal de Montevideo es real y lleva la firma del Frente Amplio
|
Lo pasajero y lo importante Julio María Sanguinetti
|
La ANP repite el libreto
|
La suciedad de Montevideo: un síntoma del caos que el FA incubó
|
La rápida marcha atrás de UKG en Uruguay
|
Una licitación mal hecha deja a María Dolores sin cultivos de verano
|
Los trenes perdidos Luis Hierro López
|
Pinochetismo imaginario y progresismo de cartón: el relato del FA ante el balotaje chileno Santiago Torres
|
Poder Narco y Estado en Uruguay Elena Grauert
|
Acuerdo Trump - Milei: preocupa pasividad de nuestro gobierno Tomás Laguna
|
Poco importan los niños Susana Toricez
|
La tiranía de la tolerancia Juan Carlos Nogueira
|
Los eternos refugiados árabes Eduardo Zalovich
|
Milei y Trump sacuden el Mercosur: oportunidades y riesgos para la región y sus repercusiones con la UE Alvaro Valverde Urrutia
|
El revés del referéndum: Ecuador marca hasta dónde puede avanzar el Ejecutivo
|
Chile y la encrucijada de diciembre
|
Los “safaris humanos” de Sarajevo o el turismo de la muerte
|
La disputa China vs Japón y Taiwán
|
Frases Célebres 1062
|
Así si, Así no
|
|