Edición Nº 1052 - Viernes 12 de setiembre de 2025

La dignidad del Gavilán

Viernes 9 de mayo de 2025. Lectura: 2'

Por Susana Toricez

Quien recorra Montevideo coincidirá conmigo en que es asombrosa la cantidad de edificios en construcción que hay.

Principalmente entre las zonas del Centro y Parque Rodó.

Desde hace algún tiempo también es frecuente ver gran diversidad de aves que pueblan los espacios verdes, como la Plaza Matriz, la Plaza Independencia, la Plazuela Varela o la misma Plaza de Cagancha.

Por otra parte, es triste comprobar cómo se han alejado otras especies.

¿Quién no recuerda las gaviotas revoloteando por las playas montevideanas? ¿Verdad que casi no se ven?

La Humanidad toda avanza sí, pero inevitablemente entra en conflicto con la Naturaleza, y como consecuencia la va desplazando con hostilidad, dejando de maravillarse con ella.

Es sorprendente ver, por ejemplo, decenas de cotorritas que, si bien es un ave nativa, no solían alejarse de los montes.

También las palomas parecen disfrutar de otros aires y se han acercado muchísimo a la costa.

Pero más curioso aún resulta ver un ave rapaz que no parece asociarse con zonas urbanas o densamente pobladas.

Es el caso del gavilán mixto que oficia de controlador natural de las especies mencionadas anteriormente.

Suelo verlos con bastante frecuencia.

Como no me resultaba grato verlos levantar en el aire a una paloma y alejarse a toda velocidad con ella sujeta entre sus garras, traté de entender ese ciclo vital de sobrevivencia que implicaba el poder del más fuerte sobre el más débil.

Fue así como comprendí la lucha a la que los humanos los sometemos.

Ese hecho lo he entendido de tal manera que increíblemente hoy, debo reivindicar a ese pobre gavilán.

¿Cómo sucedió tal cosa?

Vi pasar velozmente a un gavilán con una rama de gran porte en sus patas.

Lo seguí con la mirada hasta que lo vi detenerse al tope de la grúa de un edificio en construcción, a unos 10 pisos de altura.

¡Allí ese pobre ser viviente está construyendo su nido!

¡Qué pena me dio! ¡Qué culpable me sentí!

El gavilán buscó infructuosamente un lugar natural bien alto para construir su nido, un cerro o un árbol, pero no lo encontró.

Tuvo que conformarse con esa fría torre de hierro para proteger sus crías.

Lo que narré anteriormente es la muestra clara de la manera en que destruimos o invadimos el espacio de otras especies.

Recuerdo que, paseando por algunos de los tantos bosques que hay entre Nueva York y Nueva Jersey, la cartelería indicaba cada pocos metros algo así: 'Usted está en territorio de ciervos. Ellos están en su hábitat. Circule lentamente. No es su espacio. Es el de ellos'.

Realmente hoy tomé clara dimensión de cómo nos comportamos los seres humanos.

Hoy ese pobre gavilán mixto, ese digno ave rapaz no sólo sacudió mi conciencia, sino que también me desplumó el corazón.



Crecer con dudas
El sentido de los actos
Julio María Sanguinetti
Cuando libertad de cátedra se convierte en justificación de prejuicios
La lechería enfrenta su hora crítica y exige definiciones
Crecimiento en pausa: los primeros signos de alerta en la economía uruguaya
María Dolores y una denuncia más que justificada
Motín en alta mar: cuando la pesca deja de ser trabajo y se convierte en caos
La cadena agroindustrial de la carne bovina en foco con un dramático mensaje de la industria
Tomás Laguna
El mapa oculto del trabajo infantil
Laura Méndez
Es tendencia
Susana Toricez
La legitimidad en entredicho: una lección de Weber para el presente
Juan Carlos Nogueira
Luis Tróccoli: un obrar con hidalguía y convicción
Gabriela y Roberto Pena Schneiter
Milei responde al golpe electoral con maquillaje político y sin autocrítica
Rusia pretende redefinir los límites de la impunidad
Crisis sin freno en Francia: Bayrou cae y Macron debe resetear el gobierno
Frases Célebres 1052
Así si, Así no
Inicio - Con Firma - Ediciones Anteriores - Staff Facebook
Copyright © 2024 Correo de los Viernes.