Edición Nº 1041 - Viernes 27 de junio de 2025

La Universidad no es un partido

Viernes 25 de octubre de 2024. Lectura: 2'

La reciente decisión de la Asamblea General del Claustro de la Universidad de la República, de fijar postura a favor del plebiscito de la seguridad social impulsado por el PIT-CNT, es un despropósito. Como institución pública que alberga a estudiantes, docentes y egresados de diferentes concepciones políticas e ideológicas, nuestra Universidad no tiene ni debe tener el derecho de fijar posición sobre temas que exceden su competencia.

La universidad debe ser un espacio plural y diverso, donde todas las voces sean respetadas y donde se fomente el debate abierto y crítico, no un lugar donde se impone una opinión particular sobre temas político-partidarios que son objeto de discusión en la sociedad. No importa cuál sea el contenido del plebiscito, lo que importa es que la Universidad de la República, como institución pública, debería mantenerse al margen de cualquier postura que pueda ser vista como una imposición ideológica.

Aunque algunos pretendan presentar la resolución como una posición institucional, no se corresponde con la diversidad de opiniones que existe dentro de la comunidad universitaria. La universidad no está compuesta únicamente por aquellos que votarán el Sí; también la integran estudiantes, docentes y egresados que piensan distinto, y que ahora ven cómo una institución que debería representar a todos se pliega a una campaña político-partidaria determinada.

Lo decimos sin medias tintas: fijar posición sobre un plebiscito, especialmente cuando no se ha asegurado una participación amplia y representativa de toda la comunidad universitaria, es una afrenta a la neutralidad y a la diversidad que debería caracterizar a la Universidad de la República.

La controversia en la Facultad de Arquitectura ejemplifica los hechos claramente. La colocación de una pancarta apoyando el Sí –hecho que, desgraciadamente, se repite en múltiples establecimientos– generó rechazo entre un grupo de estudiantes independientes, quienes decidieron manifestarse en contra del proselitismo dentro de las instalaciones. Su pancarta, con el mensaje “Yo vengo a estudiar, yo pienso diferente, a mí no me representan, ¿y a vos?”, es un fuerte recordatorio de que la universidad debe ser un lugar para todos.

La Universidad de la República no es un partido político ni debe actuar como tal. No debería tomar partido en debates que dividen a la sociedad, y mucho menos imponer una opinión que no refleja la pluralidad de su comunidad. Los estudiantes, docentes y egresados tienen derecho a sus propias opiniones, sin que la institución intente hablar en su nombre y, de esta manera, condicionar su libertad de pensamiento.

No se trata de impedir el debate, sino de garantizar que el mismo se realice sin imposiciones. La partidización del ámbito académico solo contribuye a debilitar la confianza en la institución y a generar divisiones innecesarias. La universidad debe ser ejemplo de neutralidad y de respeto a la diversidad de ideas, no un escenario más de la disputa política coyuntural.



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