Edición Nº 1039 - Viernes 13 de junio de 2025

¿Hacia dónde va la cooperación de la UE en Latinoamérica?

Viernes 13 de junio de 2025. Lectura: 6'

Con el cierre de USAID, surge un vacío que genera la oportunidad para que proyectos europeos tomen protagonismo en la región, asegura el académico Mario Carvajal en un artículo publicado por Diálogo Político que deseamos compartir.

Aunque existe una preocupación por la ausencia de la Unión Europea en asumir el vacío dejado por USAID en América Latina, esto no significa que no existan ventanas de oportunidades de cooperación para fortalecer los lazos entre ambas regiones. En julio del 2023, por ejemplo, la Comisión Europea anunció una inversión de 45.000 millones de euros para profundizar y fortalecer las relaciones. Según la CAF, entre los temas de la agenda de cooperación, se mencionaron proyectos que “van desde la producción de hidrógeno limpio, materias primas críticas o la ampliación de la red de cableado de datos de alto rendimiento, hasta la producción de vacunas más avanzadas”.

La agenda de la UE en América Latina y el Caribe tiene como principales objetivos la lucha contra el cambio climático y el incentivo a las energías renovables, el fortalecimiento de los servicios digitales, la electromovilidad y asignación de un nuevo papel a los recursos naturales, mediante la transferencia de tecnología y el fortalecimiento de la industria agrícola. No obstante, existen algunos obstáculos para que esta cooperación se profundice de manera adecuada.

Comercio existente

América Latina y el Caribe y la UE tienen una relación estrecha. Según datos de la CAF, la UE es el tercer socio comercial más importante para la región, detrás de Estados Unidos y China. Además, el viejo continente es la principal fuente de inversión extranjera directa, con un stock acumulado estimado en 800.000 millones de euros para el 2023. Para este entonces, las empresas europeas habían invertido más en América Latina y el Caribe que sus pares en China, Japón, Rusia e India juntos. Esto demuestra que las relaciones, actualmente, no solo están en un buen estado, sino que tiene un potencial de crecimiento importante.

Según datos de la misma institución, en 2022 el comercio total de mercancías entre la UE y Latinoamérica fue de 293.090 millones de euros. Esto es equivalente al 4.8% de las importaciones de afuera de la UE y al 5.8% del total de las exportaciones fuera de la UE. Además, entre 2013 y 2022, hubo un aumento del 59% de importaciones y 37% de las exportaciones entre estas dos regiones. Esto evidencia un rápido incremento en las relaciones comerciales.

El proceso también fue acompañado por una relación relativamente equilibrada, pues el superávit de la UE es solo de 5.000 millones de euros. Ese valor es mucho menor si se compara con Estados Unidos; en 2023 tuvo un superávit comercial con la región de 27.150 millones de dólares. Para China, el valor para el mismo año fue de 33.000 millones de dólares. Por esto, la UE tiene una legitimidad importante con la región al ofrecer una relación comercial y económica más equilibrada que sus pares. Entonces, es importante analizar dónde están enfocados los proyectos de inversión y cooperación en América Latina.

América Latina en las inversiones de la UE

Estas son solo algunas de las iniciativas de inversión por parte de la UE en América Latina y el Caribe anunciadas en el 2023.

En América del Sur, en Argentina hay proyectos vinculados a la transmisión energética, programas de desarrollo rural, movilidad sostenible, transición energética –en especial en hidrógeno verde– al igual que en materias primas críticas, mejor manejo de residuos y apoyo a pequeñas y medianas empresas para la economía verde. El enfoque en Brasil está en proyectos de energía renovable, modernización de sistemas de saneamiento y agua, iniciativas a proteger bosques tropicales y apoyo a pequeñas y medianas empresas en tecnologías verdes. Por su parte, en Uruguay la inversión estará dirigida a agua y saneamiento, impulso a la movilidad urbana eléctrica y producción de hidrógeno. Y en Chile, la UE se enfocará en producción de hidrógeno, transporte y producción de combustible neutro en carbono.

Hacia el centro del continente, en Colombia el enfoque está en economía sostenible, e-movilidad y en el esfuerzo para llegar en 2026 a un 85% de conectividad digital para la población. Para Costa Rica las prioridades son proyectos de salud, e-movilidad y bonos verdes. Y en Panamá, la UE se enfocará en proyectos de energía en transición, la descarbonización del Canal, la transformación digital, el sector biofarmacéutico y vacunas.

Dificultades

De todos modos, existe una falta de alineación de las necesidades y las soluciones entre las partes. Esto no solo dificulta los proyectos mencionados anteriormente, sino también aquellos dirigidos a apoyar la creación de empresas de innovación en América Latina y el Caribe. Según un informe de la EU-Lac Foundation, existe una desconexión importante entre los objetivos claros por parte de los actores del ecosistema de innovación y la compresión de lo que los empresarios pretender conseguir. Igualmente, el acceso limitado a las reuniones internacionales ha dificultado la creación de relaciones sostenibles y oportunidades de establecer contacto. Además, la desconexión entre las preocupaciones y necesidades de las contrapartes potenciales deriva en soluciones menos significativas y eficaces, incapaces de abordar estas cuestiones con eficacia.

En segundo lugar, en América Latina y el Caribe existe una brecha de talento en temas como la sostenibilidad, la internacionalización de industrias y la industria digital que limitan el accionar y capacidad de innovación de la región. Las barreras lingüísticas también han afectado la generación de asociaciones entre la Unión Europea y América Latina y el Caribe que puedan transferir este conocimiento.

En tercer lugar, la diferencia entre los marcos normativos de la UE, con un enfoque más preventivo y estructurado, y América Latina y el Caribe, mucho más flexibles para promover temas de innovación, y menos fijos a largo plazo, hacen que las inversiones, tanto en dinero y tiempo, puedan a veces ser exhaustivas.

Aprovechar la oportunidad

La Unión Europea y América Latina y el Caribe tiene aún mucho potencial de crecimiento. No solo en temas económico y comerciales, sino también en temas de cooperación internacional. Adicionalmente, existe una clara intención por parte del viejo continente de aumentar sus niveles de cooperación, aun cuando no logre asumir el vacío de USAID.

No obstante, es importante tener en cuenta que existen una serie de riesgos operativos que afectan la eficacia y el nivel de cooperación e inversión entre las partes. De esta manera, si América Latina y el Caribe quiere aprovechar la inversión de la UE deberá trabajar para disminuir estas dificultades. De lo contrario, la UE podría perder su interés en la región y América Latina y el Caribe perdería una oportunidad dorada para diversificar sus fuentes de cooperación internacional.



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