El papelón de Bergara y el acierto de Ojeda
Edición Nº 1009 - Viernes 27 de setiembre de 2024. Lectura: 2'
Mario Bergara, exministro de Economía y actual senador del Frente Amplio, cometió un error garrafal al criticar la estrategia de campaña de Andrés Ojeda. Según Bergara, el spot publicitario del presidenciable colorado —donde Ojeda se muestra entrenando y contestando preguntas personales— “frivoliza” la política. Bergara no solo demostró una profunda incoherencia con su propio historial mediático, sino que además puso en evidencia la hipocresía de su discurso.
Ojeda, por su parte, respondió con elegancia y humor: “Arriba, carpincho”, le dijo, en alusión a la participación de Bergara en el programa ¿Quién es la máscara?, donde el senador se disfrazó del roedor y cantó en un show de entretenimiento. La ironía es innegable. ¿Acaso no es Bergara quien frivoliza la política cuando se disfraza en un programa de TV? ¿No es él quien vacía de contenido su figura política cuando decide exponerse de esa manera para obtener notoriedad?
Bergara, tan rápido para criticar, parece olvidar que los tiempos de la política han cambiado. Las campañas se adaptan a un electorado diverso, donde la imagen y el mensaje personal también importan. Ojeda, sin duda, ha entendido esto. Su capacidad para conectar con la gente de forma directa, mostrar su lado humano y ofrecer una campaña diferente, ha causado revuelo. Sí, Ojeda responde sobre su signo zodiacal y sus hobbies, pero también está dispuesto a discutir de frente los temas que importan, como lo ha demostrado en múltiples ocasiones, aceptando entrevistas y enfrentándose a cualquier pregunta sin miedo.
Mientras Bergara, que por falta de apoyo tuvo que bajar su candidatura a presidente, apoya a un candidato que vive escondido, Ojeda no teme exponerse. Bergara y sus correligionarios no pueden aceptar que Ojeda rompa los moldes, desafiando las expectativas y logrando que todos hablen de él. Es una muestra de la decadencia del frentismo, que ya no puede conectar con es “pueblo” que tanto invocan, ni renovar su mensaje.
El propio Ojeda lo reconoció: la gente no estaba prestando atención a la campaña, y su objetivo era captar esa atención ¿Lo logró? Por supuesto ¿El resultado? Ojeda se ha ganado la simpatía de un electorado que busca algo nuevo, algo que no venga disfrazado, como el carpincho. Los pone nerviosos y se nota…
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