Edición Nº 1037 - Viernes 30 de mayo de 2025

El absurdo de las “paradas inteligentes”

Edición Nº 1035 - Viernes 16 de mayo de 2025. Lectura: 2'

Una semana antes de que los montevideanos fueran a las urnas para elegir el próximo gobierno departamental, la Intendencia de Montevideo decidió estrenar su última joya del gasto público: los flamantes “refugios inteligentes”. No se trata de una ironía ni de un montaje humorístico. Hablamos de una iniciativa que compromete nada menos que 22,9 millones de dólares del presupuesto municipal durante los próximos 15 años para reemplazar 1.500 paradas de ómnibus por estructuras “modernas” y “conectadas”.

Y mientras los contenedores desbordan, las calles se rompen, las veredas parecen laberintos para acrobatas y la limpieza sigue siendo la principal queja ciudadana, la administración frenteamplista saca pecho por colocar pantallas en las paradas. Como si el problema de fondo fuera la falta de datos digitales y no el caos físico de una ciudad donde moverse se ha vuelto un suplicio.

El director de Movilidad de la Intendencia lo explicó con entusiasmo: se instalarán diez refugios nuevos por mes durante tres años. La empresa ganadora del contrato, CONSORCIO GLOBAL AD360, se encargará de la instalación y del mantenimiento, incluso ante vandalismo, en un esquema que se extiende por 15 años. Todo suena prolijo, bien planeado. Todo menos el número: 955.633.298 pesos, unos 637.000 pesos por refugio. ¿De verdad alguien cree que esto es una prioridad?

Basta con mirar alrededor. Montevideo sigue atrapada en los mismos problemas estructurales de hace décadas. El servicio de transporte público es lento, ineficiente y carente de renovación real. Las unidades se ven sobrecargadas, las frecuencias se incumplen y las conexiones entre barrios periféricos siguen siendo una odisea.

El absurdo se vuelve aún más grotesco si se compara esta cifra con otras necesidades urgentes que enfrenta la ciudad. Con 22,9 millones de dólares se podrían mejorar cientos de calles, repavimentar decenas de avenidas, construir veredas accesibles para adultos mayores y personas con discapacidad, o hasta reforzar el sistema de recolección de residuos. Se podrían iluminar mejor los barrios donde reina la oscuridad y donde el alumbrado público, aún con la tecnología led, sigue siendo insuficiente. Pero no. Lo urgente, para esta Intendencia, es legar pantallas y plásticos caros.

Lo que sobran son paradas. Lo que faltan son soluciones. Y lo que no debería faltar nunca es un poco de sentido común. Porque cuando el dinero se despilfarra en lo accesorio, el precio lo paga el pueblo en lo esencial. Y ya basta.





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