El Instituto Plan Agropecuario presentó los resultados ganaderos del ejercicio 2024 – 2025
Viernes 28 de noviembre de 2025. Lectura: 5'
Por Tomás Laguna
Más allá de todo lo que habitualmente se habla del agronegocio ganadero, el verdadero arte de la producción está porteras adentro. Todo empieza con una adecuada gestión del pasto, base del estado del arte en la materia. De ahí en más se puede empezar a entender las luces y sombras en el devenir de los resultados productivos y económicos. Es lo que ofrece el IPA, cada año, con datos objetivos relevados desde la misma producción.
El pasado miércoles se realizó, en el ya tradicional subsuelo de la esquina de Bv. Artigas y Burgues, la presentación de los resultados del monitoreo de empresas ganaderas para el ejercicio 2024/2025. Esto se logra a partir de la registración, con uno de los instrumentos de gestión más antiguos y a la vez vigentes de la ganadería uruguaya, las llamadas “Carpetas Verdes” (1970 – Rodrigo Von Oven, Lucía Frick – Sección Economía y Registros del Plan Agropecuario).
Como corresponde, la actividad tuvo inicio analizando la producción de pasto de los últimos ejercicios y la recuperación del campo natural tras la sequía del ejercicio 2022/2023, para luego ingresar en el análisis de precios e indicadores productivos. Para el lector interesado recomendamos ingresar a la misma página del IPA, accediendo desde su portal a la actividad completa.
Por cierto, los resultados de gestión son tantos como sistemas productivos (cría, ciclo completo, invernada) y en cada caso como las particularidades agronómicas de las distintas regiones del país. En esta oportunidad el IPA ofrece el análisis de los dos primeros sistemas mencionados a través de las realidades de la región norte y litoral norte, comparadas con la región este y noreste. Quedan en el haber los sistemas de invernadas, en particular aquellos del litoral, sin duda los más dinámicos y productivos en carne por hectárea.
Breves comentarios a modo de síntesis muy general, lejos de pretender ingresar en el análisis mismo de los resultados por razones de espacio y tiempo. En una mirada global a la ganadería en su conjunto y para 24 años transcurridos, se puede afirmar que la productividad está en sus puntos más altos, más allá de las lógicas fluctuaciones por efecto año y sus razones climáticas. En todos los casos analizados se comprueba la franca recuperación productiva tras la sequía, donde solo la carne vacuna por ha. aumentó un 12% respecto al ejercicio anterior. Se vuelve a los niveles del buen año 2018-2019. Este último ejercicio, gracias a la buena disponibilidad de pasto y las relaciones de precio, también ayudó.
En cuanto a los resultados económicos de la totalidad de predios analizados, el ingreso de capital, antes de renta y servicio de deuda, creció por segundo año consecutivo, aumentando 44,5% solo en el último ejercicio (de 74 a 107 dólares corrientes/Ha). Estamos ante el segundo mejor año de la serie analizada. En los primeros nueve años (21-22 al 09-10) el promedio apenas llegó a los 29 dólares/Ha; en los siguientes quince (hasta el último analizado) el promedio alcanzó los 75 dólares/Ha. Con la referencia de estos últimos quince años, se puede afirmar que el ejercicio cerrado en junio pasado fue muy bueno (+43% respecto a la media) gracias a la conjunción de buena producción de pasto y mejores precios.
Cuando el análisis se refiere a moneda constante deflactada a valores de junio de 2025, las diferencias se amortiguan: la diferencia de +43% respecto de la media de los últimos quince años se reduce a tan solo 15%, lo que relativiza la magnitud de los buenos resultados de este año. En definitiva, el poder de compra —fundamentalmente en pagos de salarios para el productor— es necesario estimarlo de acuerdo a este último análisis.
En síntesis, un ejercicio donde las empresas aún están en proceso de recuperarse de la sequía de dos años atrás, pero ya con franca mejora en resultados productivos, económicos y financieros. Con los productores bien posicionados para el próximo ejercicio gracias a una buena salida del invierno pasado, con más vacas criando y una muy buena marcación de terneros en el otoño pasado.
En el análisis presentado, se espera que el próximo ejercicio se mantengan los buenos precios tanto para el gordo como para el ternero de reposición. No obstante, existe alguna alarma en cuanto a la posibilidad de un clima caluroso y seco. Se hace tangible aquella máxima según la cual los buenos años en las actividades agropecuarias deben servir para configurar los necesarios “colchones” para los tiempos de clima y/o de precios adversos. Nunca un año define la rentabilidad en el agronegocio; acaso una secuencia de no menos de siete años puede precisar su rentabilidad.
Una vez más recomendamos acceder a la presentación completa en la web del IPA para una comprensión cabal de los múltiples detalles que no hemos tenido en cuenta en estas muy breves consideraciones.
Como cierre, nos hacemos eco de las reflexiones del actual presidente del IPA, Ing. Agr. Santiago Scarlatto. Los resultados presentados no incluyen la renta de la tierra, en particular para los arrendatarios, ni la atención al servicio de deuda. Esto implica que los valores presentados, si bien muy positivos tanto por producción como por evolución de los costos de producción, en la realidad de las cuentas del productor resultan acotados, determinando que la escala mínima necesaria para lograr ingresos que atiendan las necesidades de cada familia sea mayor a la media en los distintos sistemas productivos. En otras palabras, la ganadería vacuna sigue siendo un negocio de escala, aun bajo los buenos guarismos productivos y económicos que surgen del último ejercicio.
Recordamos las palabras del Ing. Agr. Tabaré Aguerre en sus tiempos de ministro de Ganadería: mayor escala no es concentración de la tierra. Nos quedamos también con esta reflexión para los objetivos y políticas del Instituto Nacional de Colonización.
Desde estas páginas felicitamos al IPA y a la excelencia y compromiso que a lo largo del tiempo han demostrado sus técnicos. Merece recordarse, a riesgo de olvidar a muchos, el enorme esfuerzo personal del Ing. Agr. Ernesto Majó por mantener activo el sistema de registros y monitoreo de empresas ganaderas, tiempos inmediatos posteriores a la reinstitucionalización del IPA. Actividad hoy directamente asumida en la persona de su Director General, Ing. Agr. Carlos Molina.
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