| Desarmar la bomba
 
 Por Julio María Sanguinetti
 
 El Uruguay no está a punto a de estallar. Empiezo diciéndolo para que no  se me atribuya, como es habitual en el oficialismo, un tremendismo que  no practico por formación y estilo. Pero digo sí que está instalada una  bomba de tiempo, que habrá que desarmar paso a paso para que no nos  arrastre y haga cierta la maldición de los 20 años (1982, la tablita;  2002, la banca)...
 
 El tema es así: si la economía está estancada,  la ocupación bajó, las horas trabajadas son menos, la recaudación  disminuye, la exportación bajó un 17% y el déficit significa un rojo  anual de 2.500 millones de dólares, estamos en problemas serios. El  Ministro Astori, en reciente exposición, estableció que el déficit de  4,3% del PBI es el mayor problema que él considera tiene el país y que, a  su juicio, nace del déficit parafiscal del Banco Central y los egresos  del Banco de Previsión Social.
 
 En efecto, el 31% de los egresos  del Estado es pasividades y el mismo va creciendo desde el dislate dela  ley de 2008 y su aplicación tan mala como la ley misma. Antes del 2007,  el promedio de altas jubilatorias era de 12.500 por año, hoy estamos en  30.000. O sea que del 2008 al 2017 se aprobaron 175 mil altas que, con  los criterios anteriores, se irían dando paso a paso, sin ese aluvión  constante que ha puesto todo en riesgo. Y lo decimos con toda propiedad:  está el sistema en riesgo. Felizmente, esto lo reconocen el Presidente  de la República Dr. Vázquez, el ex Presidente Mujica hace pocos días y  el propio Ministro Astori, reiteradamente.
 
 Esta, como se ve, es  parte explosiva de esa bomba de tiempo que hay que desarmar. El  oficialismo nos aconseja que lo pongamos en la nómina del próximo de  gobierno, para arreglar lo que ellos desarreglaron y que estaba  financiado sin problemas hasta el 2025. Naturalmente, hay que decir toda  la verdad y es que este atentado contra el sistema es parte de la idea  del Ministro Murro de llevar todo hasta el desastre para ver si se puede  eliminar las AFAP porque él considera que el ciudadano no tiene el  derecho humano de ahorrar para financiar su retiro, ya que sería parte  del egoísmo individualista que nutre el sistema capitalista…
 
 El  desbalance fiscal es el que ha llevado al abuso en las tarifas públicas  como mecanismo de financiación. Es verdad que siempre se usó el  mecanismo, pero tanto se ha abusado del mismo que terminamos con un gas  oil a U$S 1,24 frente a U$S 0,98 en Argentina y U$S 0,93 en Brasil. Y la  energía eléctrica industrial es de U$S 129 el MW/h cuando en Argentina  es de U$S 96. Todo lo cual repercute directamente en la competitividad  al añadirse a un tipo de cambio retrasado, a una baja de la inversión y a  unas relaciones laborales por lo menos pedregosas, para decir lo menos.
 
 Todo  ha terminado golpeando el empleo: se perdieron 47 mil puestos de  trabajo en cuatro años, cuando la población en edad de trabajar se  incrementó en 75 mil personas. Y la tasa de desempleo, que está en 8,4% ,  en realidad sería 11,5% si la gente con deseo de trabajar se hubiera  mantenido en los mismos guarismos y no hubiera bajado, como  efectivamente ocurrió.
 
 La situación exige un plan de medio y  largo pazo. Si no logramos recuperar el crecimiento, nada será posible.  Por eso hay que arrancar con una acción enérgica para lograr acuerdos de  libre comercio, trazar un programa de incentivos a la competencia,  comenzar con la reforma de la seguridad social (que aunque producirá  efectos a largo plazo, es una señal de aliento fundamental a la  inversión), revisar regulaciones y el organigrama estatal para eliminar  reparticiones y programas acumulativos.
 
 En el corto plazo, habría  que reducir los cargos de confianza a los niveles de 2004, eliminar  esos centenarios contratos de confianza personal de los Ministros y  establecer por ley que de cada tres vacantes, solo se llena una. Por  supuesto, las empresas del Estado tienen que cortar sus sectores en  pérdida, hay que controlar el sistema de licencias médicas de BPS, que  según Astori cuesta 60 millones al año, y rápidamente debe  administrativamente restringirse la prueba testimonial para otorgar  jubilaciones.
 
 Si estas medidas regeneran la confianza, la  economía podrá comenzar a remontar. Naturalmente, el barrio no ayuda,  porque ni Argentina ni Brasil están creciendo y el mundo, si bien  volverá a crecer, ya no lo hará a las tasas anteriores (China solo al  6%).
 
 Lo importante es saber que hay caminos y esperanza. Que todo  comienza con asumir, de verdad, la realidad, y empezar, paso a paso, a  desmontar la espoleta de la granada. Es posible, como se advierte. Dará  trabajo, pero una vez más será nuestra tarea, como Partido  históricamente identificado con la “ética de la responsabilidad”.
 
 
 
 |  | |  |  | Soberanía en pausa: el contencioso por las patrullas oceánicas 
 |  | No es de izquierda Julio María Sanguinetti
 |  | No da para más 
 |  | Ni santuario ni botín: la memoria que el gobierno busca enterrar 
 |  | Tolosa: “La educación financiera no es un lujo, es una condición para la democracia y el crecimiento” 
 |  | El precio del poder sin control 
 |  | La crisis del Estado tributario moderno y el desarraigo Elena Grauert
 |  | Regalías de Trump a Milei: no solo los ganaderos estadounidenses son los agraviados... Tomás Laguna
 |  | Segura e igual: ¿caída real o espejismo estadístico? Laura Méndez
 |  | De humano a humano Susana Toricez
 |  | El diario del diablo cojo Juan Carlos Nogueira
 |  | Elecciones legislativas en Argentina y su impacto en el Mercosur Alvaro Valverde Urrutia
 |  | El fin de una era: Bolivia gira el rumbo con Rodrigo Paz Pereira 
 |  | Cuba: la implosión de un sistema que ya no se sostiene ni con miedo 
 |  | La primera ministra de Japón rompe el techo de cristal... por la derecha 
 |  | Trump y su justicia paralela: los amigos perdonados, los enemigos perseguidos 
 |  | Frases Célebres 1057 
 |  | Así si, Así no 
 | 
 |