Por Fátima Barrutta
No podemos decir que esta semana "entramos a la cancha", porque ya estamos desde hace meses recorriendo Montevideo, militando por una coalición con más y mejor Batllismo.
¡Y no solo por la elección del 30 de junio! Venimos haciéndolo con convicción y poniendo el alma desde que amanecimos a la vida política.
Tuve el privilegio de haber ejercido como edil de Montevideo.
Tuve el honor de haber transitado ya una elección interna en apoyo a Julio María Sanguinetti, cuando asumió la tarea heroica de volver a recorrer el país, habiendo sido presidente durante dos períodos, y en un momento en el que tenía todo el derecho, bien ganado, de retirarse a un más que merecido descanso en estas lides.
Ahora, nuevamente me honro en trabajar con la misma energía por quien representa la mejor opción en la dilatada oferta colorada: Tabaré Viera.
Un batllista de todas las horas, un político experimentado en todos y cada uno de los roles que caben a un ciudadano ejemplar, como diputado, senador, intendente y presidente de empresas públicas.
Esta semana fue muy especial para mí porque el denodado esfuerzo de presentación de la lista 1010 culminó con alegría por el deber cumplido. Es una gestión que parece simple pero puedo asegurarle al lector que no lo es.
Las aparentemente sencillas hojas de votación son mucho más que papel impreso: son historias de vida.
Una carrera contra el tiempo que empieza tempranamente, inaugurando comités, escuchando a los vecinos, delineando propuestas que respondan a sus necesidades...
Es un camino azaroso que implica desde el diseño gráfico con su elección cromática, hasta la obtención de cada consentimiento, uno por uno hasta llegar a los dos centenares, de amigos que se suman para impulsarnos en nuestro objetivo y aportarnos sus ideas, saberes y experiencia. La verificación de esa nómina que parece inabarcable.
Muchas horas de trabajo colectivo, esfuerzo, alegrías y preocupaciones. La llegada a la Junta Electoral el último día, siempre con nervios, siempre precaviéndonos de cualquier imponderable que pueda poner en riesgo el cumplimiento en tiempo y forma.
Siempre previendo cada detalle, para que la Corte no realice observaciones que demore el ingreso de la lista a imprenta. Ese proceso largo y complejo se parece a un embarazo: hay que planificarlo y protegerlo durante meses, cuidar esa vida de afectos y esperanzas, para que las ideas se desarrollen y vean la luz, por el bien de todos.
El foco puesto en ese 30 de junio clave, donde asumiremos el desafío de movilizar a la gente para que no se quede en la casa y se exprese fuerte y claro en las urnas, en apoyo al mejor candidato del Batllismo y de toda la coalición. Haciendo más accesible nuestra lista 1010, facilitando que el ciudadano la pueda llevar al circuito de votación, al tener en cuenta que no le será fácil encontrarla en la gigantesca acumulación de papeles que habrá en el cuarto secreto.
La mayor concentración en esa tarea, pero la mirada puesta más allá: en un primero de julio que tiene que encontrarnos a todos los colorados juntos, tras la conquista de un mayor caudal electoral en la elección del último domingo de octubre.
Porque una coalición con Tabaré como candidato colorado es un reaseguro de victoria. Porque una gran bancada batllista es la condición necesaria para un gobierno con más sensibilidad social y transparencia. Vamos con Tabaré. Vamos por Julio. ¡Vamos con la 1010!