Cierre del Acuerdo Mercosur-UE: Consecuencias Económicas y Comerciales para el Mercosur
Viernes 13 de diciembre de 2024. Lectura: 5'
Por Alvaro Valverde Urrutia
El acuerdo comercial entre el Mercosur y la Unión Europea tiene el potencial de transformar las economías de los países miembros al ofrecer acceso preferencial al mercado europeo y atraer inversiones estratégicas. Sin embargo, su ratificación depende de superar obstáculos políticos tanto en Europa como en el Mercosur. En el Parlamento Europeo, se requiere una mayoría cualificada para avanzar, lo que podría generar fricciones internas y retrasos. Además, los países del Mercosur deberán adaptar sus normativas a los exigentes estándares de la UE para asegurar que los beneficios del acuerdo se materialicen de manera efectiva y sostenible.
El cierre del acuerdo de libre comercio entre el Mercosur y la UE representa un hito significativo en las relaciones comerciales entre ambas áreas de integración. Sin embargo, sus implicaciones varían considerablemente según el contexto económico, político y comercial de cada país miembro del Mercosur.
El acuerdo tiene el potencial estratégico que permitiría a los países del Mercosur acceder al mercado europeo para diversificar exportaciones y atraer inversiones extranjeras, todo bajo un marco de reglas claras y predecibles. No obstante, también plantea desafíos sustanciales, especialmente en términos de competitividad, ya que muchas industrias del Mercosur deberán adaptarse a los rigurosos estándares de calidad, sostenibilidad y producción que caracterizan a la UE.
El impacto general del acuerdo comercial tendrá efectos en la reducción de aranceles y la eliminación de barreras no arancelarias para productos y servicios. Para el Mercosur esto se traduce en una mayor presencia en el mercado europeo, especialmente para sectores estratégicos como la agricultura, la carne, los productos lácteos y las frutas. Además, las expectativas son altas en cuanto a la atracción de inversiones tecnológicas y a la mejora de la competitividad, particularmente en la industria y los servicios.
Por otro lado, las industrias del Mercosur también enfrentarán desafíos, como la competencia más intensa en sectores como la manufactura y la automotriz, además de tener que cumplir con normas ambientales más estrictas impuestas por la UE.
Respecto a las consecuencias del acuerdo en el capítulo comercial, para cada miembro del Mercosur se presentan beneficios e impactos negativos, a saber: Argentina se beneficiaría con el acceso preferencial al mercado europeo incrementando las exportaciones agroindustriales, particularmente en carne, granos y productos derivados. Además, sectores como el vino, la tecnología agrícola y productos farmacéuticos también se beneficiarían.
En los aspectos negativos cabe mencionar a la industria automotriz y otros sectores manufactureros que enfrentan un entorno de mayor competencia, lo que podría perjudicar a las industrias menos competitivas.
En suma, el gobierno argentino de Milei que impulsa la apertura comercial, deberá equilibrar los intereses de los sectores exportadores con la protección de sus industrias locales.
Brasil, como la economía líder de la región, podría expandir su exportación de productos clave como soja, carne y azúcar. Además, se espera un flujo de inversiones tecnológicas que reforzará su liderazgo regional.
Respecto a los impactos negativos, los sectores como el automotriz y algunos rubros de manufactura se verán desafiados por la competencia europea. Además, las exigencias ambientales generarán tensiones internas, especialmente en relación con la deforestación.
Por consiguiente, Brasil tendrá que equilibrar los beneficios económicos con las presiones internas sobre la sostenibilidad.
Los beneficios para Uruguay, con su perfil exportador de productos agrícolas y lácteos, se verá fortalecido por el acceso preferencial a la UE. El acuerdo también refuerza su estrategia de diversificación comercial, abriéndose a nuevas negociaciones bilaterales.
Mientras, los impactos negativos, refieren a la competencia europea que podría presionar a las pequeñas y medianas empresas, que enfrentan mayores costos y exigencias.
En suma, Uruguay es uno de los grandes beneficiarios del acuerdo, pero deberá gestionar con cuidado la transición hacia los nuevos estándares de calidad y competitividad.
La ratificación del acuerdo representa para el Mercosur en su conjunto tanto oportunidades como desafíos comerciales y económicos
Respecto a los beneficios, especialmente se concentran en el: 1) Acceso preferencial a mercados clave, lo que podría incentivar la modernización industrial y tecnológica; 2) Mayor integración con las cadenas globales de valor, posicionando a los países del Mercosur como actores más relevantes en el comercio mundial y 3) Un mayor flujo de inversiones europeas que permitirá mejorar la competitividad regional.
Mientras, los desafíos estarán centrados, especialmente en: 1) la necesidad de ajustar políticas internas para cumplir con las regulaciones del acuerdo, como las normas medioambientales, podría generar tensiones internas dentro del bloque 2) Aumento de las desigualdades dentro del Mercosur, debido a las distintas capacidades de adaptación de los países miembros y 3) El riesgo de una dependencia excesiva de las exportaciones primarias, limitando la diversificación económica a largo plazo.
El acuerdo Mercosur-UE enfrenta desafíos en su ratificación, a pesar de haber concluido las negociaciones técnicas. La fase política en la UE es importante, con países como Francia y Austria expresando preocupaciones sobre el impacto medioambiental y la competencia en sus sectores agrícolas. Aunque estas objeciones no impiden necesariamente la ratificación, el proceso requiere una mayoría cualificada en el Parlamento Europeo, lo que implica el apoyo de al menos 55% de los países miembros que representen al menos el 65% de la población de la UE.
Para que el acuerdo sea ratificado, se necesita el respaldo de varios países y votos en el Parlamento Europeo. A pesar de que algunos países pueden no ratificar el capítulo comercial, el sistema de mayoría cualificada podría permitir avanzar entre los países que lo ratifiquen. Sin embargo, la oposición de varios países podría generar fricciones y retrasar la implementación del acuerdo, lo que prolongaría los beneficios comerciales.
Geopolíticamente, el acuerdo también tiene relevancia estratégica. En un contexto de proteccionismo global y la creciente influencia de China en América Latina, representa una oportunidad para la UE de fortalecer sus vínculos con una región abundante en recursos naturales y con mercados en expansión, asegurando el acceso a materias primas esenciales para sus industrias.
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