Sus erecciones, nuestras palizas

El control sobre las chicas musulmanas en los barrios en los que el islam es mayoritario es constante y efectivo, reflexiona la escritora Najat El Hachmi en una breve pero contundente columna para El País de Madrid en la que reflexiona a partir de dos agresiones a adolescentes que han horrorizado a los franceses. Transcribimos la nota a continuación.

Dos casos de agresiones a adolescentes sacuden estos días la opinión pública en Francia. Una se ha saldado con la desgraciada muerte de un chico de 15 años después de que desobedeciera la orden de otro joven de no hablar con su hermana. La otra víctima es Samara, una alumna de un centro de Montpellier, que ha salido del coma al que la llevaron tres menores que le propinaron una brutal paliza. Según su madre y su abuela, el motivo habría sido que la niña se vestía "a la europea".

No sabemos muy bien lo que esto significa, siendo tan diversos en su indumentaria los habitantes de esta parte del planeta, pero no cuesta imaginar en qué consiste, para los fanáticos, ataviarse como una buena musulmana: no llevar ni maquillaje ni el pelo suelto, ni ropa ajustada y no mostrar ni un solo centímetro de piel.

Que estemos en Ramadán no hace más que exacerbar los ánimos. Si el resto del año no hay quien aguante a los intolerantes, ni les cuento cómo son cuando pasan hambre y sed. Que es un mes de recogimiento y reflexión, paz y armonía no es más que un cuento de hadas.

Antes, para cumplir con este pilar fundamental del islam bastaba con no meterse nada en el cuerpo durante el día: ni comida, ni agua, ni lo otro, pero los islamistas se han sacado de la manga miles de prohibiciones más, muchas pensadas ad hoc para las mujeres, a quienes se pide que hagan todo lo posible por no llamar la atención de los hombres.

¿Y eso por qué? Pues porque según muchos sabios obsesionados con el sexo, si a uno se le empina el miembro en plena jornada de "recogimiento y paz" y acaba eyaculando, habrá perdido el día de ayuno.

El buen musulmán hace sus esfuerzos para no caer en la tentación hasta que "no se pueda distinguir un hilo blanco de uno negro" pero, claro, si todas las mozas se le ponen delante con brazos desnudos, melenas al viento y camisetas ajustadas, la tarea se le complica. La solución sería que se metiera en su casa, pero ¿cómo va a ser eso de que nosotras podamos ir libremente por la calle y ellos estén encerrados? Les resulta más lógico pedir a las niñas que se tapen y no vayan provocando.

No sé si esta es la razón por la que casi matan a Samara, pero el control sobre las chicas musulmanas en los barrios en los que el islam es mayoritario es constante y efectivo, y supone cercarlas y convertirlas en coto vedado en el corazón de la Europa libre. Y no solo en Francia, también muchas musulmanas españolas viven con la misma vigilancia fanática y misógina. Puro odio a nuestra libertad.




Sin espacio para las medias tintas
Recuerdo y Compromiso
Julio María Sanguinetti
La Revolución de los Claveles
Santiago Torres
"Antisionistas"
La "guerra de las bandejas" continua...
Institucionalización del abuso
El Frente Amplio y la vivienda
Occidente, nosotros
Debería darles vergüenza...
El trabajo debe cuidarse respetando las reglas del mercado
Elena Grauert
Encuentro de muy pequeños productores rurales con el precandidato Yamandú Orsi
Tomás Laguna
Ladran Sancho
Consuelo Pérez
Informar con responsabilidad sobre el futuro de las jubilaciones
Jorge Ciasullo
La expansión del Imperio Español en el Río de la Plata
Daniel Torena
Un país asolado por la violencia respalda la línea dura de su presidente
La obsesión antiisraelí de Gustavo Petro legitima a Hamas y pone en peligro a los colombianos
Cambios en el mapa
Los temores de guerra en Europa
Frases Célebres 987
La desaparición de Josef Mengele
LA LIBRERIA
Inicio - Con Firma - Ediciones Anteriores - Staff Facebook
Copyright © 2021 Correo de los Viernes. Publicación de la Secretaría de Prensa del Foro Batllista.