Ladran Sancho

Por Consuelo Pérez

Todos los uruguayos saben que el Partido Colorado es quien construyó este País. Lo sabe la Coalición Republicana, pero también los que intentan minimizarlo livianamente en su discurso cotidiano, u orgánicamente desde la oposición. Es que los afines a los totalitarios temen su vigencia y natural crecimiento.

La oposición argumenta que su "enemigos" -la Coalición- necesitan crecer para que ellos no puedan reincidir en su gobierno, porque es precisamente lo que hicieron en un Frente "Amplio" que ahora pasó a ser "angosto" de la mano de comunistas y tupamaros, excluyendo a todo el resto que mantenía algún atisbo de republicanismo. Lo ven cuantitativamente, y es coherente a su forma de pensar la política.

También la propia Coalición sabe que su permanencia y merecida vigencia, se sustenta en una buena votación del Partido Colorado en las próximas instancias electorales, y eso es cierto.

Pero lo más cierto es que el Partido Colorado es quien gestó la propia Coalición, que la ha integrado con probidad, de la mano de su conocimiento de la gestión de gobierno, de sus convicciones, y del contenido de sus propuestas. Y es quien no sólo la hará crecer, sino que asumirá en ella un papel protagónico, porque el gobernar está en nuestro ADN.

Nada podemos esperar de una oposición vacía de contenido, que intenta retomar el poder reivindicando su fracaso. Y que además, en su constitución interna, mantiene un pseudo "programa único", el cual sus candidatos no solamente han evidenciado desconocer, sino que incluso no comparten en su totalidad.

Para colmo, su matrimonio con el PIT-CNT está en crisis, lo que se manifiesta en la patética aspiración a la realización de un plebiscito, con opiniones divididas, y apelando a una gimnasia que hace alarde de ignorancia del potencial de la democracia directa, por proponer una alternativa vacía y nefasta para el país, negándose a debatirla con los que saben, y sumiendo a la gente en la confusión y en el discurso panfletario, dudando así de su inteligencia.

Y en ese escenario, tienen el tupé de faltar el respeto al Partido Colorado, "ninguneando" sus propuestas basados en los números de las encuestas, pero intentando, a su vez, apropiarse del contenido de las mismas, cuando dicen, impúdicamente, representar al batllismo.

Volviendo a lo del principio, la población en general es consciente -en la medida de que analice con inteligencia el espectro político- de que las propuestas y el accionar del Partido Colorado, aún en minoría, han apuntado y apuntan al conocimiento de las reales necesidades de la población, y se sustentan en lo técnico, lo profesional, lo impregnado de contenido social.

No somos conductistas ni politólogos para poder explicar o predecir el comportamiento del votante ante un escenario vacío e impregnado de demagógico totalitarismo por un lado, frente a otro rico en propuestas y demostraciones de éxito recientes.

Pero somos batllistas, y con eso nos basta para perseverar en nuestra tarea por el bien de todos.




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