El ataque de Irán a Israel supone un cambio cualitativo en el marco de la conflictividad en Cercano Oriente porque ya no es una organización terrorista que da el zarpazo, como el 7 de octubre pasado, sino un Estado que ataca directamente a otro.

A esta altura es claro que el feroz ataque perpetrado por Hamas en el sur de Israel el 7 de octubre pasado no puede desconectarse de lo que venía aconteciendo entre Israel y buena parte de los países árabes en los meses inmediatamente anteriores.

Efectivamente, Israel venía avanzando en acuerdos de normalización de relaciones con Emiratos Árabes Unidos, Baréin, Marruecos y Sudán en lo que se dio en llamar el "Acuerdo de Abraham", en homenaje al patriarca común de judíos y musulmanes. Arabia Saudita estaba próximo a incorporarse a tales entendimientos.

La reacción de Irán -potencia chiíta rival de todos los otros que son sunitas- fue introducir una cuña en ese proceso instrumentalizando a Hamas, uno de sus proxies, y así sacudir a todo el mundo árabe con el victimismo palestino.

Acto seguido y aprovechando la guerra defensiva de Israel contra Hamas, Irán volvió -como tantas otras veces- a emplear otro de sus proxies, Hizbolá, para llevar a cabo ataques desde Siria. La coordinación entre Hizbolá e Irán fue tan ostensible, que llevaban a cabo reuniones entre jefes de la Guardia Revolucionaria de Irán (un cuerpo de élite independiente de las FFAA formales y creado hace 45 años para ser su contrapeso) y dirigentes de Hizbolá en la mismísima sede del consulado iraní en Damasco.

Por esa misma razón, ese edificio se convirtió en objetivo militar legítimo para Israel, obligado a defenderse de los ataques de Hizbolá mientras llevaba a cabo su guerra contra Hamas en el frente sur. El ataque israelí al consulado se cobró siete vidas. Entre ellas, la del general de brigada Mohamed Reza Zahedi, uno de los comandantes de más alto rango de la Guardia Revolucionaria.

La respuesta de Irán al ataque israelí fue masiva e inédita: 189 drones Shahed 136 (los que Irán proveyó a Rusia para su guerra con Ucrania), 110 misiles tierra-tierra y 30 misiles de crucero. La "cúpula de hierro" evitó una masacre, contando Israel no solo con el apoyo de EEUU, Francia y el Reino Unido sino también de Jordania.

Finalmente, en la madrugada de hoy, Israel llevó a cabo su represalia, lanzando un ataque sobre la provincia de Isfahán, ubicada en el centro de Irán, a 406 km. al sur de Teherán y donde se encuentran las instalaciones nucleares iraníes. El régimen iraní negó un ataque con misiles y señaló que sus defensas antiaéreas operaron eficientemente.

Considerando la naturaleza del conflicto, la respuesta israelí puede considerarse de "baja intensidad", casi con seguridad cumpliendo algún acuerdo con EEUU para no agravar la escalada bélica. De parte del régimen iraní se anunció que no habría ninguna respuesta.