El asalto a la embajada de México en Ecuador

Más allá de si el ingeniero Jorge Glas -hombre clave del entorno de Rafael Correa- es culpable o no de los delitos que se le imputan, el violento asalto a la embajada de México y posterior secuestro de Glas perpetrado por el gobierno de Noboa constituye una flagrante violación del derecho internacional y debe ser condenado sin ambages.

 

En horas de la tarde del domingo 17 de diciembre pasado, el exvicepresidente ecuatoriano Jorge Glas entró a la embajada de México en Quito y solicitó refugio. El hecho puso en tensión las relaciones entre Ecuador y México, tensión que se fue agravando con el paso de los meses. ¿El motivo? La Corte Constitucional de Ecuador confirmó la revocación del habeas corpus que le había otorgado la libertad provisional a Jorge Glas.

Primero, el presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador (AMLO, como se lo suele denominar) sugirió el 3 de abril que el asesinato del popular político y periodista Fernando Villavicencio había tenido por objeto perjudicar electoralmente a la candidata del "correísmo" Luisa González. Como consecuencia de ello, la embajadora mexicana fue declarada persona no grata y expulsada del país. "En el contexto de las recientes y muy desafortunadas declaraciones del Presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, sobre las elecciones de 2023 en el Ecuador y el asesinato del candidato presidencial Fernando Villavicencio, el Gobierno de la República del Ecuador ha decidido, de conformidad con el artículo 9 de la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas, declarar «persona non grata» a la Embajadora de México en Quito, señora Raquel Serur Smeke", señaló el comunicado de la cancillería ecuatoriana.

La respuesta del gobierno de AMLO fue conceder asilo al exvicepresidente Glas, a lo que el presidente Noboa señaló que no concedería el salvoconducto para que Glas pudiera salir de Ecuador rumbo a México.

El viernes 5 de abril la canciller mexicana, Alicia Bárcena, intimó al gobierno ecuatoriano a que dispusiera el salvoconducto. Pero a la noche, a las 22 horas, un destacamento de élite de la Policía Nacional del Ecuador entró por la fuerza en la embajada y detuvo a Glas.

El procedimiento fue extremadamente violento, como se pudo observar en los videos captados por las cámaras de seguridad de la embajada y que fueran difundidas por AMLO el pasado martes.

Primero un grupo de policías trepó los muros de la embajada y luego voltearon la puerta utilizando un ariete, ingresando al edificio. En la biblioteca se encontraron con el encargado de la embajada, Roberto Canseco, forcejeando varios de ellos con el funcionario. En las imágenes se ve cómo cuatro policías sacan a Glas tomado por brazos y piernas, mientras Canseco sigue forcejeando con los policías para impedir la aprehensión, siendo finalmente arrojado al piso, golpeado con escudos antidisturbios y arrastrado por el piso.

Inmediatamente Glas fue trasladado a la Fiscalía General y luego a un hospital. No queda claro si Glas intentó suicidarse o fue forzado a recibir una sobredosis de ansiolíticos. Luego se lo llevaron a Guayaquil donde fue encerrado en una cárcel de máxima seguridad.

El procedimiento, groseramente violatorio de la Convención de Viena de 1961, determinó que México rompiera inmediatamente relaciones diplomáticas con Ecuador y anunciara que denunciará a su gobierno ante la Corte Internacional de Justicia.

El gobierno de Noboa, por su parte, buscó justificarse, señalando un comunicado presidencial que la detención de Glas debió llevarse a cabo "para proteger la seguridad nacional" y que "rechaza cualquier tipo de inmunidad a criminales, delincuentes, corruptos y narcotraficantes". "Al haberse abusado de las inmunidades y privilegios concedidos a la misión diplomática que albergaba a Jorge Glas y conceder un asilo diplomático contrario al marco jurídico convencional, se ha procedido a su captura", agregando que "ningún delincuente puede ser considerado un perseguido político".

El asalto a la embajada fue condenado prácticamente por la unanimidad de los países.

¿Pero quién es Jorge Glas?

Glas, que tiene 54 años, es ingeniero eléctrico y cuenta con una maestría en administración de empresas y fue dos veces vicepresidente de la República de Ecuador. Una con Rafael Correa y otra con Lenin Moreno hasta que fue juzgado y encarcelado por la multinacional causa Odebrecht. Antes, también con Correa, había ocupado cargos muy relevantes como Ministro de Telecomunicaciones y Ministro Coordinador de Sectores Estratégicos.

Como ya se señaló fue juzgado por la causa Odebrecht y condenado a seis años de cárcel. Pero luego se sumó la llamada "causa Sobornos", siendo condenado por cohecho por ocho años. En 2022, empero, su abogado presentó un habeas corpus por razones médicas y en muy polémica decisión un juez que lo había condenado concedió la libertad provisional.

El juez Emerson Curipallo, en un período de tres meses, liberó en 2022 a Glas y a otros 15 presos por narcotráfico, sicariato y violación. Y utilizó varias veces el procedimiento de extender a terceros ajenos al proceso la sentencia que dictaba a favor de un solicitante.

Curipallo ha tenido problemas financieros, teniendo varios procesos en su contra por deudas con personas y entidades financieras, habiendo sido denunciado por incumplimiento de sus obligaciones en no menos de 13 ocasiones.

Precisamente, se vincula a Curipallo y estas polémicas liberaciones -incluida la de Jorge Glas- se vinculan al narcotraficante Leandro Norero, alias "El patrón". Por ello, en la llamada "causa Metástasis", el juez Curipallo fue encarcelado con prisión preventiva, acusado de recibir sobornos de Norero a cambio de esas liberaciones, incluida la de Glas. Según informes de la Fiscalía General, Norero habría negociado directamente con Correa la liberación de Glas.

Violación clarísima al derecho internacional

Con este asalto a una embajada, el gobierno de Noboa ha quedado en pésima posición en la guerra que libra contra el narco. La defensa de Glas puede aducir que el procedimiento ilegal vicia de nulidad todo el proceso en contra de su cliente.

El gobierno de Ecuador ha señalado que la Convención de Viena no brinda protección a delincuentes o procesados y es cierto. Pero se salteó un "pequeño detalle": según la propia Convención es el Estado que brinda asilo el que debe tipificar la situación del solicitante y no el Estado que pretende aprehenderlo.

A delincuencia se la combate con la ley en la mano.




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