El presidente Vázquez y la inseguridad
Por Luis Hierro López
El principal responsable de la crisis de inseguridad que vive el país es el presidente de la República, quien había comprometido en su campaña electoral una rebaja del 30% en el delito y no pudo cumplir con su promesa. En vez de reconocer con sinceridad esa falta, el Dr. Vázquez acude a pretextos indecorosos.
Hace muchos años que el señor Bonomi es Ministro de Interior y también hace muchos años que el hermano del presidente Vázquez es subsecretario. Han dispuesto de los mejores presupuestos posibles para mejorar la acción policial, tienen mayorías parlamentarias que les han respondido a mano alzada en todas las interpelaciones y cuentan con las mieles del poder, es decir, hacen lo qué quieren sin tener que dar explicaciones.
Sin embargo, los resultados son cada vez peores: hay un asesinato cada veinte horas, las rapiñas siguen creciendo pese a las promesas en contrario –iban a bajar un 30%, nos dijo el presidente- y la Policía se siente indefensa y sin mando por la actitud de un gobierno que no asume su responsabilidad ante el delito.
En su presentación en ADM, el presidente Vázquez acudió a dos engaños para tratar de convencer a la audiencia de que sus anteriores promesas en el sentido de que la rapiñas bajarían en su mandato un 30%, eran correctas. Mencionó una encuesta inexistente y reiteró la explicación ya divulgada por el ministro Bonomi en el sentido de que el nuevo Código del Proceso Penal –“el efecto noviembre”, como lo llamó Bonomi– justificaría el crecimiento del delito. Como ya hemos explicado en Correo de los Viernes la aplicación del nuevo Código no tiene vinculación con las cifras del delito, manipuladas anteriormente, y en forma indigna, por el Ministerio de Interior. Lo que ocurrió es que con el nuevo Código también la Fiscalía debe publicar las cifras de los delitos, con lo que el Ministerio, que antes ocultaba la realidad, tuvo que blanquear las estadísticas y reconocer la realidad. Así fue como, prácticamente de un día para otro, el Ministerio tuvo que reconocer que las rapiñas habían subido un 57%. No es que subieron tanto, sino que esa fue la forma, vergonzosa por cierto, que manejó el Ministerio para encubrir su mentira anterior.
Ese hecho, por sí mismo, descalifica al ministro Bonomi y a su equipo, quienes mintieron durante varios años respecto a la cantidad de rapiñas, tratando de salvar la promesa electoral del Dr. Vázquez. Es una pena que el señor presidente se sume ahora a esa campaña de falacias. Pudo haber asumido, por una vez, sus errores, pero prefirió, deliberadamente, el camino del engaño. Así le irá.
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