Uruguay busca profundizar el comercio con China

Por Alvaro Valverde Urrutia

Ante la nueva realidad geopolítica y económica que plantea la pandemia, el gobierno uruguayo está intensificando su estrategia en política exterior, en particular, en lo político-comercial, buscando un mayor beneficio como productor y exportador de alimentos.

Postergada la posibilidad de suscribir el acuerdo entre el Mercosur y la Unión Europea en este 2020, el gobierno del presidente Lacalle Pou está enfocado a profundizar las relaciones con China; así como estaba previsto con Estados Unidos, al observar que ambos países trasmitían señales propicias. Ahora, hay un compás de espera respecto a la administración de Biden.

Las relaciones con China son una prioridad a profundizar por el gobierno uruguayo. En la actualidad, la relación bilateral está atravesando por una buena etapa. Recientemente, el presidente chino, Xi Jinping sostuvo una conversación telefónica con el presidente Lacalle Pou, con dos temas centrales. Primero, destacaron la marcha sobre el futuro de las relaciones binacionales basadas, entre otras, en una visión conjunta alejada del proteccionismo y orientada al comercio abierto.

El interés de Xi Jinping es avanzar en la relación y profundizar en lo comercial. Al mismo tiempo, que pretende progresar en el comercio con el Mercosur. Mientras, el interés del gobierno uruguayo de concretar el acuerdo con China, apunta a lograr beneficios en varios bienes, básicamente, en lácteos, vinos, frutas frescas y carne, como consecuencia de un aumento de la profundización comercial.

Segundo, en el diálogo entre los presidentes, también, estuvo arriba de la mesa el tema Mercosur-China y las posibilidades que pueden seguir ambos países para incrementar las relaciones comerciales, teniendo presente los impedimentos jurídicos que impone el Mercosur para negociar unilateralmente. No obstante, el gobierno debe evitar dar pasos que molesten o disgusten a sus socios del Mercosur. Lacalle Pou tiene esa disyuntiva.

Si bien la celebración de acuerdos comerciales con terceros no depende exclusivamente de Uruguay, en virtud de la normativa del Mercosur, sino de la voluntad política de los otros socios que no dan respuesta a la solicitud de China de firmar un TLC en conjunto. Sigue existiendo el firme interés del presidente Lacalle Pou en que Uruguay avance en lo comercial con China.

Lacalle Pou sostiene que "nosotros, hace un tiempo, en la cumbre del Mercosur, dijimos que el bloque nos debía de permitir crecer e integrarnos al mundo con mayor velocidad y más peso. Pero que no podía ser el Mercosur un freno para la integración nacional y, en ese sentido, los avances que ha habido con China a nivel de país bilateral, ahí es donde hay que profundizar más".

Pero, el gobierno argentino descartó que el Mercosur vaya a negociar con EE.UU o China, sostiene que ese tema no está sobre la mesa. Por consiguiente, Argentina es quien traba las posibilidades en avanzar en las conversaciones con EEUU y China, con lo cual no le deja margen a Uruguay para intentar recomponer las conversaciones comerciales a nivel del Mercosur en conjunto con China.

Por consiguiente, el Mercosur presenta a través, básicamente, de Argentina y en menor medida de Brasil resistencias a negociar en conjunto un TLC con China.

Mientras, el gobierno chino está abierto con Uruguay a ambas posibilidades, ya sea la bilateral o la del Mercosur. Considera que la decisión le corresponde definir a Uruguay y al Mercosur, de cómo se va a encauzar la relación hacia el futuro. Resulta innegable que para China suscribir un TLC con Mercosur es un objetivo más ambicioso en la promoción del comercio; así como en la cooperación de inversiones

Uruguay se convirtió en el primer miembro del Mercosur en incorporarse a la estrategia de la Nueva Ruta de la Seda, cuando firmó un memorándum de entendimiento con China que tiene por objeto, entre otros, fomentar el libre comercio y las inversiones de infraestructura.

Para ello, ambos países vienen trabajando en documentos y planes de acción conjunto dentro de esa estrategia, afinando los detalles finales. Esto aumentara la inversión china, los mercados y una mayor oferta. Como resultado de ello, recientemente, capitales chinos invirtieron en la industria frigorífica nacional.

También, en una reciente reunión virtual de la Comisión Mixta Económico-Comercial y de Cooperación entre Uruguay y China, el gobierno uruguayo planteó su intención de ser un "hub de inversiones y de logística" de bienes y servicios chinos para el ingreso a la región latinoamericana, en especial, para en el sur. Dicha propuesta fue recibida con interés por el gobierno de Xi Jinping.

Por su parte, la relación entre Argentina y China está dando señales de un mayor acercamiento entre ambos países. La reciente conversación entre el presidente Fernández con su par chino, Xi Jinping, estaría marcando una relación más estrecha entre ambos países.

Para el gobierno argentino resulta primordial mantener un vínculo en varias áreas con el país asiático, ya que en política exterior la Argentina tanto en lo regional como internacional ha ido perdiendo relevancia.

La intención argentina es incorporarse a la Nueva Ruta de la Seda. El hecho de adherirse a la misma significaría una ayuda a contar con financiamiento chino para inversiones en infraestructura y transporte, energía fósil y renovable, minería, manufactura, agricultura, innovación y tecnología de la información.

En lo comercial y en el marco del compromiso de China de ampliar la apertura de su mercado a los productos que garanticen la seguridad alimentaria de la población, Argentina acaba de suscribir con el país asiático un acuerdo para la exportación de porotos de soja (1 millón de ton) y aceite de soja (100.000 ton) a partir del 1 de enero de 2021.

Para la política exterior argentina, también, la presencia de China genera incertidumbre no sólo en ese país sino en el Mercosur, en particular, por el dragado y el mantenimiento de la Hidrovía Paraná-Paraguay; ya que el gobierno de los Fernández ha manifestado su interés de nacionalizar ese servicio para el próximo año al vencer el plazo de la actual "confusa" concesión.

La Hidrovía como puerta de salida de la producción agrícola, ganadera e industrial del Mercosur y Bolivia, hace que cualquier decisión que Argentina adopte con relación a China en este rubro afectara intereses estratégicos conjuntos de esos países.

En caso que el dragado y balizamiento claves para la navegación, se concretara en el interés de nacionalizar el servicio y que el mismo pudiera adjudicarse a una empresa china, ello tendría un impacto estratégico sobre Brasil, Bolivia, Paraguay y Uruguay, ya que China es el principal mercado de destino de la mayor cantidad de los productos exportados por la boca de salida de la Hidrovía.

Esta es una opción política de intereses estratégicos y no se debería sopesar ideológicamente, ya que se enmarcaría en el escenario de guerra comercial entre EEUU y China, que dejaría consecuencias para el gobierno argentino si apoya el avance estratégico del país asiático pero, también, debe preservar y fortalecer las relaciones con los socios del Mercosur.

En cuanto a la relación entre Brasil y China se mantiene y el país asiático es el principal socio comercial, en 2019, los brasileños exportaron al mercado chino productos por 62.000 millones de dólares. Los tres principales productos fueron la soja, petróleo y hierro.

No obstante, es factible que el enfrentamiento comercial entre Estados Unidos y China repercuta contrariamente en el Mercosur, ya que no surge una manifiesta coordinación entre los países miembros.

El papel internacional del presidente Bolsonaro y de Itamaraty tiene consecuencias adversas no solo para Brasil, sino también para el Mercosur, porque a medida que ese país pierde espacio en la escena global sosteniendo agendas que niegan la pandemia de Covid-19; ha sumado más tensión con los proyectos y pruebas de la vacuna de la empresa china Sinovac Biotech, contra el coronavirus la cual Bolsonaro rechaza, mientras apoya la vacuna de Oxford; la postura de alejarse del multilateralismo; el desvío de las políticas medioambientales; las críticas inconsistentes a socios comerciales trascendentes como el efectuado con China. El gobierno de Bolsonaro generó una confrontación con el gobierno chino que no fue lo mejor para la imagen internacional de Brasil.

Por último, se firmó la RCEP (siglas en inglés de Regional Comprehensive Economic Partnership, es el mayor acuerdo de libre comercio del mundo, suscrito por 15 países. El acuerdo busca eliminar los aranceles y cuotas en el 65 % de los bienes y demás barreras al libre comercio.

El acuerdo comprende a los bienes y servicios, la economía digital, la propiedad intelectual y disputas comerciales, entre otros asuntos. No obstante, no comprende regulación sobre los derechos laborales y el impacto medioambiental.

El embajador de China en Montevideo, Wang Gang, aspira a que Uruguay firme el RCEP y aumente sus exportaciones al continente asiático.

El objetivo sería que Uruguay se incorpore al acuerdo y tenga el beneficio para sus exportaciones a China y otros países de la región asiática, en particular, frente a países como Australia y Nueva Zelanda que son competidores en carnes y lácteos.




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