Edición Nº 1052 - Viernes 12 de setiembre de 2025

Otro drama

Son quinientas las personas ausentes de sus hogares y sin destino conocido, según una información ofrecida ayer por el semanario Búsqueda. Algunos de esos casos llevan décadas sin resolverse, ante una especie de anestesia de la sociedad. El Ministerio de Interior no da información oficial, ya que en su página web sólo habla de 194 ausentes.

En las oficinas de la Policía Científica y de Crimen Organizado, hay cientos de carpetas con los datos de personas ausentes cuyo posible paradero se investiga todos los días, pero todavía se desconoce. Desde julio, ambas dependencias del Ministerio del Interior comenzaron a trabajar juntas para mutuamente intentar reducir ese bagaje de información al solucionar casos que parecen imposibles, alguno de los cuales llevan décadas sin aclararse.

La ley 18.849 creó los registros vinculados a investigaciones criminales, por lo que un laboratorio especializado almacena información asociada a las huellas genéticas digitalizadas de todas las personas imputadas en un proceso penal. Es una base de datos sobre procesados con o sin prisión o procesados por el Juzgado de faltas, que están obligados legalmente a prestar su ADN. Cuando sucede un delito la Policía Científica confronta electrónicamente las pruebas biológicas (sangre, semen, saliva, sudor u otro fluido corporal) que recoge en la escena del hecho con esta base de datos y averigua si cotejan con alguno de sus sospechosos.

Pero la ley también señala que uno de los cometidos del Registro Nacional de Huellas Genéticas es contribuir a rastrear el paradero de personas desaparecidas, un objetivo que empezó a cumplirse desde julio cuando el laboratorio sumó otra segunda base de datos: un banco genético de familiares de personas ausentes con el que busca encontrar a las más de 500 que hay en el país.

El semanario indicó que “en su sitio oficial el Ministerio del Interior tiene un archivo público con 194 personas que permanecen desaparecidas, una de ellas desde hace más de 40 años. Se trata de Tabaré López Gallo, un hombre que desapareció a fines de 1981, cuando tenía 61 años, y cuyo rasgo más descriptivo son dos dientes de oro. En el archivo también se encuentran casos más recientes y divulgados públicamente como el de José Ignacio Susaeta, que desapareció a los 23 años en enero de 2015, luego de irse en auto de su casa, supuestamente a visitar a un amigo. En todas las situaciones son individuos cuyos familiares autorizaron que se hagan públicas sus fotografías y datos, que incluyen la edad al momento de la desaparición, el último lugar en el que se los vio y detalles físicos como cicatrices, tatuajes, marcas, quemaduras y lunares.”

“Si a esos 194 se suman las personas ausentes cuya información no está autorizada a ser divulgada, hay actualmente en Uruguay alrededor de 500 personas ausentes”.

No se entiende la razón por la que el Ministerio de Interior no ofrece información completa y detallada.



Crecer con dudas
El sentido de los actos
Julio María Sanguinetti
Cuando libertad de cátedra se convierte en justificación de prejuicios
La lechería enfrenta su hora crítica y exige definiciones
Crecimiento en pausa: los primeros signos de alerta en la economía uruguaya
María Dolores y una denuncia más que justificada
Motín en alta mar: cuando la pesca deja de ser trabajo y se convierte en caos
La cadena agroindustrial de la carne bovina en foco con un dramático mensaje de la industria
Tomás Laguna
El mapa oculto del trabajo infantil
Laura Méndez
Es tendencia
Susana Toricez
La legitimidad en entredicho: una lección de Weber para el presente
Juan Carlos Nogueira
Luis Tróccoli: un obrar con hidalguía y convicción
Gabriela y Roberto Pena Schneiter
Milei responde al golpe electoral con maquillaje político y sin autocrítica
Rusia pretende redefinir los límites de la impunidad
Crisis sin freno en Francia: Bayrou cae y Macron debe resetear el gobierno
Frases Célebres 1052
Así si, Así no
Inicio - Con Firma - Ediciones Anteriores - Staff Facebook
Copyright © 2024 Correo de los Viernes.