Edición Nº 1032 - Viernes 25 de abril de 2025

La negación, ¡esa izquierdista!

Por Julio Aguiar Carrasco

La dimensión de la corrupción en nuestra América ha llegado a niveles vergonzosos

La corrupción mayúscula en el Brasil no comienza con el lavo-jato, sino con el Mensalao o “la mensualidad”. Era un pago mensual que se otorgaba a legisladores de la Cámara de Diputados que estuviesen dispuestos a votar leyes del Gobierno, incluida la reelección del entonces Presidente Lula, allá por el 2005.

Cayeron en la masiva redada José Dirceu (procesado con prisión), mano derecha, amigo personal de Lula y quien tenía su oficina al lado de la del presidente; José Genoíno, presidente del Partido de los Trabajadores; Delubio Soares, tesorero y Marcelo Sereno, Paulo Rocha y Silvio Pereira, dirigentes nacionales del mismo. También fueron procesados los aliados en el Gobierno del PT, el PP, PMDB de Temer, PL, Banco Rural y BMG: ¡24 personas condenadas!

Lula no fue denunciado. ¿Ud. no desconfiaría? Es difícil explicar como el más interesado en esto, que era el Presidente, no supiese nada. ¡Entre otras cosas, se jugaba la reelección!

En mayo del 2014 estalla en Brasil la brutal corrupción del Lava Jato. Resultado, por ahora, dirigentes del 70% de los partidos políticos investigados o acusados (260 personas): 160 ya han sido condenadas por 56 cargos penales que incluyen corrupción, lavado de dinero y asociación ilícita: 26 grandes empresas clausuradas.

La corrupción en la Argentina no le va en zaga. 14 detenidos, 13 arrepentidos y 43 imputados. El ex vice presidente Bodou estará preso unos años, al igual que un sin número de amigos y jerarcas K.

Cristina K tiene 6 causas en su contra: asociación ilícita, lavado de dinero, encubrimiento y administración fraudulenta. ¡Y el asesinato del fiscal Nisman!

Lo último, los empresarios de la obra pública en la Argentina comienzan a ser detenidos también, a raíz de los famosos cuadernos. ¡Y también alguna gente de la “juventud maravillosa”, la Cámpora!

Por suerte para los argentinos, la impresionante manifestación frente al Congreso del martes pasado, pidiendo el levantamiento de los fueros de C-K, demuestra que hay muchos que quieren terminar con los mafiosos.

Yo creo que en el Uruguay hay corrupción, más de la que desearíamos. Los gobiernos del FA, al grito de que “el que es de izquierda, no es corrupto”, es el que más lo ha desarrollado desde la apertura democrática. Un vice-presidente, el presidente del BROU, el entonces ministro de economía, Bengoa, etc.: todos procesados en ejercicio de sus cargos.

ALUR, PLUNA, ANCAP, LA REGASIFICADORA, ASSE, los negocios con Venezuela, etc.: ¿cuánto dinero se ha ido en todo esto? La avioneta de ALUR viajó a Buenos Aires 42 veces en dos años (¿?) y un financista vinculado al gobierno K realizó 164 viajes muy breves hacia el Uruguay entre 2003 y 2015. ¿Y aquella maleta que casualmente encontraron en el Aeropuerto de Carrasco con cientos de miles de dólares? ¡Desaparecida en acción!

Es tan brutal la liviandad con que se maneja todo, que el Uruguay está invirtiendo U$S800 millones en construir la infraestructura ferroviaria de UPM II: cuando termine, los finlandeses nos dirán si está bien y lo aceptan. ¿Y si no? ¿Qué clase de negocio es este?

Frente a este verdadero tsunami de corrupción, los populistas de izquierda atinan a decir “que todo es una conspiración de la derecha y del imperialismo. ¡Que todo es mentira!”.

¿Conspiración? ¿Mentira? Pues no tenemos que ir muy lejos para escuchar, impertérritos, a la senadora Costanza Moreira diciendo que “los gobiernos K han sido probablemente de los mejores de los últimos 30 o 40 años”. ¡Claro, incluye a Menem!

El mismísimo Sendic sigue aduciendo que todo fue “un linchamiento de la derecha (ese enorme fenómeno nunca definido). Y que Mujica y Vázquez no le defendieron”.

Ahora Mujica, fuera del Senado al que renunció, dice que a Sendic “lo acusaron por robar algo de ropa” (sic). ¡Una verdadera tomadura de pelo! ¡Porqué no se callará la boca de una buena vez!

El presidente del Frente Amplio, Javier Miranda, dice que el mismo no puede impedir que Sendic sea candidato al Senado en 2019. Aclaró también que propuso la reunión del Plenario Nacional para tratar el tema: no solo no se concretó sino que tampoco se logra consenso dentro de la coalición. La única solución la brindará la Corte Electoral: si no pueden ponerse de acuerdo en qué hacer con un corrupto, ¿cómo van a gobernar?

La muletilla es la negación. No pasó, no robó, es una conspiración. No importa la montaña de expedientes y de acusaciones, no importa la trayectoria del Juez Moro o del Juez Bonadio, están vendidos y forman parte de algo más grande.

La misma negación que la izquierda tuvo con los comunistas en la URSS. Los gulags eran un invento de la CIA, en Rusia se respetaban los derechos humanos, había libertad, etc. Muchos intelectuales se inclinaron ante la presión comunista y nunca dijeron nada. Ni siquiera cuando se cayó el Muro y quedó en evidencia que todo el sistema soviético era peor que lo que se decía.

Ahora sucede lo mismo. Es una cobardía intelectual y un fenómeno psiquiátrico, pero existe, sigue existiendo a pesar de todo. ¡Realmente es un fenómeno extraño!

El narcicismo, lavado de cerebro, el odio y los “tontos útiles” como Zapatero personifican perfectamente esta patología.

El tema da para mucho más. Los uruguayos siempre creemos que somos la excepción. ¡No es así!

En algún momento, ganando las elecciones, habrá que promover una auditoria en todos los gobiernos, nacionales y departamentales, en que gobernó el Frente Amplio.



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