Edición Nº 1066 - Viernes 19 de diciembre de 2025

Generosa con dinero ajeno

La Ing. Cosse, que desde que asumió como Intendente no ha tenido una buena relación con el gremio municipal, se anotó unos "puntitos" a costa de los contribuyentes. Resulta inexplicable, en una intendencia que además está asediada por las deudas, que a los oficinistas se les pague $ 2.000 extra por teletrabajar cuando a los comerciantes se los está obligando a pagar impuestos y a trabajar en un horario limitado, por una decisión exclusivamente departamental.

Días pasados, circuló el texto de un acuerdo que la Intendencia de Montevideo (IM), representada por la Ing. Cosse, firmó el 15 de enero con la Asociación de Empleados y Obreros Municipales (Adeom).

En la resolución, se establece que la IM pagará una partida mensual de $ 2.000 a los funcionarios que realicen teletrabajo como forma de "resarcir -de forma ficta- los eventuales gastos derivados del trabajo a distancia".

El pago, cuya primera cuota se abonó el presente mes, tiene como objetivo "compensar" los gastos "relacionados con los medios vinculados al desarrollo de la actividad".

En la medida, se encuentran incluidos todos aquellos que estén "habilitados para acceder a los sistemas institucionales a través de la conexión VPN y que haya realizado teletrabajo al menos 10 días de forma remota".

Finalmente, la resolución se excusa aclarando que las medidas se llevaron adelante en el marco de la actual situación sanitaria y con el objetivo "de preservar la salud y seguridad de funcionarias y funcionarios".

La medida es inentendible, pero además es injusta. Por un lado con el contribuyente, que nuevamente deberá pagar con su dinero los dislates de la Ing. Cosse, una verdadera especialista en el mal manejo de los dineros públicos. Cómo se le explica este disparate a los comerciantes gastronómicos que continúan pagando sus impuestos y se los obliga, incluso habiendo mejorado la situación sanitaria de Montevideo, a cerrar a las 00. O a los músicos y artistas que están privados de las salas de espectáculos más grandes y tienen que pagar impuestos en eventos con aforos pequeños con los que no cubren siquiera la inversión.

Por otro lado, la medida también es injusta con el resto de los trabajadores de la IM, aquellos que no hacen teletrabajo y deberán afrontar todos los gastos corrientes sin partida extra. Resulta increíble que aquellos que se autoproclaman "defensores de los más débiles" no se den cuenta de que los trabajadores más sumergidos de la IM, cuyos puestos de trabajo requieren pocas o nulas calificaciones y no se desarrollan frente a una computadora, no cobraran este premio y deberán continuar trabajando normalmente.

¿Qué es lo que algunos festejan? ¿Qué Cosse compre paz sindical con sus impuestos? ¿Qué a los oficinistas de mejores salarios le paguemos un premio mientras hacemos trabajar normalmente a los funcionarios que cobran un salario mínimo?

Los más ingenuos podrán argumentar que, en definitiva, una partida tan pequeña no le hará daño a una Intendencia que recauda casi 2 millones de dólares diarios de lunes a domingos. No obstante, vale recordar que el último balance de la IM (2019) presentado el año pasado, dejó al descubierto un déficit de U$S 63 millones y una deuda de U$S 213 millones.

¿En qué cabeza cabe? En las huecas, definitivamente.




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