Edición Nº 1043 - Viernes 11 de julio de 2025

El relato maniqueo del hambre

La expresión no es feliz, pero es la realidad: son mala leche. No hay día que no inventen una situación para golpear al gobierno por lo más bajo. Son inmorales. Aprovechan la desgracia ajena para llevar agua a su molino. No tienen escrúpulos.

 

Durante todo el fin de semana, los pasquines afines al Frente Amplio, coadyuvados por sus cobardes -por anónimos- militantes de "twitter", viralizaron un video y varias fotografías en las que se puede observar a un grupo importante de personas haciendo fila para alimentarse en la olla popular del Colegio del Sagrado Corazón (ex Seminario). Obviamente, el material gráfico iba acompañado de un discurso oportunista y rastrero, en el que el gobierno es responsable por una situación de "hambre extrema", cuestión que en el "paraíso frenteamplista" no ocurría.

Los creadores del relato, que recurren al hambre de ese pueblo que tanto dicen defender si es necesario, se mostraron consternados, pero se olvidaron decir que la olla popular del Seminario -que alimenta a los más necesitados de los barrios Cordón, Centro, Ciudad Vieja y Villa Dolores- fue fundada a finales de 2003 y trabajó ininterrumpidamente durante los tres gobiernos del Frente Amplio.

Lo mismo sucede con la otra parte del "relato del hambre". Aunque denuncien casos de niños y adolescentes con hambre en las escuelas y liceos, algo que han hecho en varias oportunidades, la realidad que es que nunca antes en la historia de la alimentación escolar del Uruguay había habido tantos días con el servicio cubierto en las escuelas públicas como sucede desde 2020.

En el mismo sentido, aunque insistan en que la situación es prácticamente "desesperante", los datos oficiales (que son públicos y no secretos e incompletos como los de las ollas que gestiona la izquierda) indican que la demanda de alimentos distribuidos por el Mides a las ollas populares ha ido disminuyendo a medida que la situación económica mejora.

El Frente Amplio, que debería estar dando explicaciones por el caso del Alcalde de su partido acusado de manejar irregularmente los insumos destinados a ollas populares en Canelones y todos los revalúos de las ollas que ellos gestionan, como analizábamos recientemente en Correo - http://www.correodelosviernes.com.uy/Se-destapan-mas-ollas.asp -, pretenden alimentar un relato de hambre, como si la situación en la que dejaron el país en 2020 fuese inmejorable.

Las ollas populares, que hoy utilizan como trincheras políticas, también existían en sus gobiernos, aunque ellos no las gestionaran, ni les importase. Cientos de personas en situación vulnerable se aglomeraban en distintos puntos de la capital para recibir un plato de comida -a veces el único del día- que concedían diversas organizaciones sociales y religiosas. Lo mismo sucedía en el interior del país.

La única diferencia, es que el actual gobierno, en su rol de oposición, nunca recurrió al hambre y a la desgracia para caranchear.

 





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