El pasado de Tabaré Vázquez y el futuro de la oposición

Por Adolfo Castells Mendívil

El ex Presidente Dr. Jorge Batlle, publicó en Facebook una columna: “El pasado me condena”, parafraseando el título de una buena película de Alan J. Pakula, que allá por los años 70 protagonizaran Jane Fonda y Donald Sutherland, sobre los avatares de la relación entre una prostituta y un policía.

Batlle empieza por explicar que el Dr. Tabaré Vázquez dedicó su tiempo, la semana anterior, a recordar el pasado de los padres de los candidatos de los partidos tradicionales y que él, estimulado por esta actitud, escudriñó en el pasado del candidato frenteamplista.

Allí encontró en su curriculum oficial, publicado en la página de la Presidencia de la República, que entre los años 1972 y 1987, hay —otra vez parafraseando, pero ahora al propio Vázquez— un “prolongado y profundo silencio (PPS)”. Y ¡Oh casualidad! en ese período se sitúa la dictadura (1973-1985). De manera que el Dr. Batlle se plantea una serie de interrogantes sobre ese lapso en blanco de la historia del oncólogo.

Voy a reiterar una vez más, ya lo he hecho en varias oportunidades en estas mismas páginas, los datos que tengo sobre ese período, en que el Dr. Vázquez fue:

— Docente de la Facultad de Medicina. Recordemos que en esa época fueron destituidos la mayor parte de los profesores y que para acceder al cargo de Profesor Adjunto de Oncología en esa Facultad intervenida por los militares, Vázquez tenía que estar en posesión de una calificación que lo ubicara como hombre confiable ideológicamente, es decir la Categoría A.

— Por otro lado, Vázquez tuvo que ascender desde el grado 1 hasta el grado 5, al cual según su curriculum, accedió en 1987. O esa, que los militares tuvieron que verificar, más de una vez, sus antecedentes y encontrarlos “intachables”, para dejarlo proseguir su carrera docente.

— En 1976, usufructuó una beca del gobierno francés que le permitió especializarse en el Instituto Gustave Roussy de Paris, en tanto que todas las becas e invitaciones al exterior eran fiscalizadas por el ESMACO (Estado Mayor Conjunto).
 
— En 1977, fue nombrado por el Poder Ejecutivo, miembro de la Comisión Nacional de Energía Atómica.
 
— En 1980, por designación directa, fue designado en un cargo jerárquico de la Salud Pública: Jefe del Departamento de Radioterapia.

— El 5 de octubre de 1982, el Poder Ejecutivo lo designó para participar en el 9º curso de Investigaciones Cancerológicas, a realizarse en Israel.

Deliberadamente, dejo fuera de esta lista un telegrama de felicitación de Vázquez al dictador Gregorio Álvarez en ocasión de asumir la Presidencia, por no parecerme relevante.

El Dr. Batlle sí lo menciona y por su lado el candidato frenteamplista retrucó que “la acusación no es nueva y el tema ya se manejó en la campaña electoral de 1989. De todas formas —afirmó— estaba en Japón cuando se mandó ese telegrama y ahora pido que se muestre si es que está”.

“Si no vino de Japón no es mío —prosiguió— he dado más que muestras sobre este punto. Lo que sí recuerdo es que un medio de prensa publicó que había varios Tabaré Vázquez en el país, y que incluso uno de ellos era médico y tenía un hijo que se llamaba Álvaro, pero nunca apareció el famoso telegrama. Yo no lo envié y puedo mostrar documentación de que no estaba en el país en ese momento”.

Claro, que de lo demás que pasó, en esos 15 años de vacío, el Dr. Tabaré Vázquez no dice absolutamente nada. Y el Dr. Batlle tomó de nuevo la posta para lanzar, coincidiendo con mi información más arriba reseñada:

“En ese tiempo los empleados públicos, todo representante del gobierno como becario requería tener categoría A para poder cumplir con las funciones que se les ofrecieran. Cuando el gobierno militar constituye la Comisión de Energía Atómica designa por parte del Ministerio de Salud Pública y del Ministerio de Industria, a personas que representan al gobierno militar políticamente.

“¿Quiénes eran los representantes del Ministerio de Salud Pública designados por el gobierno dictatorial de Aparicio Méndez?, los doctores Kasdorf y Tabaré Vázquez. (…) ¿Qué hubiera hecho usted, un ciudadano democrático, si le ofrecen un cargo político por un gobierno dictatorial, usted hubiera aceptado?, seguramente no, yo por ejemplo no hubiera aceptado”.

Las notas de Batlle tuvieron obviamente repercusiones y —entre otras— quiero señalar lo que escribió en su cuenta de twitter el Diputado colorado de Vamos Uruguay, Fernando Amado: “Alguien cree sinceramente que a la gente le importa qué hizo Tabaré Vázquez hace 40 años? O que "el padre de" tal cosa o tal otra? Por favor.

No estoy de acuerdo con el Diputado Amado. Al Frente Amplio le ha importado y le sigue importando muchísimo señalar con el dedo a los posibles colaboradores de la dictadura, por supuesto, siempre y cuando no salgan de sus filas.

Los “compañeros” tienen —además de eso— todo permitido: avales truchos, déficits monumentales, compras directas, irregularidades (por decir lo menos) en el Plan Sindical de Viviendas, déficit monstruoso de ANCAP, con las naftas más caras del mundo, presionar a la Justicia, al Parlamento (como el SUNCA) y a quién sea.

Y así, el dedo acusador que enseguida señala a algún integrante de los partidos tradicionales, que haya tenido la más mínima actuación durante la dictadura, ese dedo nunca apunta a —por ejemplo— a José Korzeniak, que fue abogado asesor del Banco Central del Uruguay, hasta 1978, en que fue destituido (no renunció en 1973).

O Gonzalo Fernández, que ingresó a la Administración Pública en 1978, cuando se requería un certificado “A” y llegó a ser Director de la Asesoría Letrada del Ministerio de Turismo. Y se podría seguir con más empleados públicos durante el gobierno de facto, como: María Julia Muñoz, Daisy Tourné, Fernando Calloia, Daniel Martínez y tantos otros.

De manera que, en una campaña electoral, quien a hierro mata a hierro muere y no corre —a menos de sufrir una crisis de masoquismo— aquello de poner la otra mejilla. Por eso estoy de acuerdo con el Dr. Jorge Batlle.

Si el Frente Amplio fuera oposición, en estas instancias ya tendría la elección definida a su favor por los errores y horrores del gobierno. Porque, salvo los ex Presidentes: Julio María Sanguinetti, Luis Alberto Lacalle y Jorge Batlle, desgraciadamente, y me repito, a nuestra oposición actual le falta garra y tenacidad para machacarlos una y otra vez.

Y, además, el “fenómeno Mujica” que tiene, según CIFRA, el apoyo a su gestión —y no estoy hablando de popularidad— de más de una cuarta parte de blancos y colorados, se debe a una carencia de la dirigencia opositora, en la transmisión de la realidad a sus correligionarios.

De todas formas, confiemos que una actitud opositora más tenaz, en el poco tiempo que queda, nos evite la pesadilla de un tercer gobierno frentista.



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