Edición Nº 1066 - Viernes 19 de diciembre de 2025

Como digo una cosa, te digo la otra...

Un día defienden en el Parlamento el concepto de "muertes evitables" y al siguiente se aglomeran innecesariamente durante una entrega de firmas que pretenden vendernos como "una gesta heroica". No les pedimos honestidad, pero al menos un poco de coherencia.

Si hay algo que no falla en la izquierda local es el doble discurso. El martes de la semana pasada, durante la interpelación a los Ministros de Economía y Finanzas y Salud Pública, el Senador socialista Daniel Olesker aseguró que Uruguay se encontraba viviendo una "tragedia" debido a que el gobierno "no escuchó" a los científicos.

"En una epidemia, el concepto de muertes evitables es un indicador clave para entender cómo funciona la pandemia", dijo. Seguidamente aseguró que "la mitad de las muertes en Uruguay" se podrían haber "evitado" si "se hubieran tomado medidas de reducción de la movilidad".

Digámoslo claro: las palabras de Olesker no son más que la culminación -eso esperamos- de una interminable lista de solicitudes de medidas restrictivas que comenzaron en marzo de 2020. Nunca terminaron de aceptar el resultado de las elecciones nacionales e hicieron hasta lo imposible por minar la confianza en el gobierno durante la pandemia. Primero insistieron con la "cuarentena obligatoria", luego con la "reducción de la movilidad" y finalmente con "bajar la llave general". Harina del mismo costal.

Esta falta de honestidad, no quita que la izquierda podría haberse comportado de forma coherente. Lastimosamente, no fue así. Para muestra un botón: menos de 48 horas después de cargarle los muertos al gobierno, dirigentes, legisladores y militantes frenteamplistas tomaron las calles de Montevideo para festejar, con aglomeraciones, besos y abrazos, el logro de las firmas que eventualmente -la Corte Electoral debe validarlas- permitirán referendar parte de la LUC.

Tampoco es que sorprenda. Durante 2020, luego de pedir que el gobierno nos encerrase de forma indeterminada como hizo el Presidente de la vecina orilla, se aglomeraron a lo largo y ancho del país. Marchas, paros y movilizaciones. En ese momento la LUC también fue la excusa.

En definitiva, no sólo no reconocen que se equivocaron, sino que no tienen problema en justificarlo. "Obviamente que a veces se producen acontecimientos en los cuales las organizaciones ponen los debidos cuidados para que se desarrolle bien, pero quién contiene la energía y emoción que con tanto esfuerzo se hizo", aseguró el secretario general del Pit-Cnt, Marcelo Abdala, el único frenteamplista que fue consultado por la prensa al respecto.

Ni honestidad, ni coherencia, ni memoria.




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