Edición Nº 1052 - Viernes 12 de setiembre de 2025

China decidió avanzar con Uruguay: ¿qué posición tendrán los integrantes del Mercosur que tienen a China como su principal socio?

Por Alvaro Valverde Urrutia

El presidente Lacalle Pou y el canciller Bustillo consideran que no se requiere la habilitación de los socios para iniciar las negociaciones, no obstante haber comunicado a los cancilleres del Mercosur la carta recibida del gobierno chino aceptando avanzar hacia un TLC, previo estudio de factibilidad, para continuar con las negociaciones. Esta opción sería la más problemática para los sectores industriales argentinos-brasileños.

Lo que interesa destacar aquí es que el gobierno adoptó una posición, que aunque difícil de sostener, no piensa dar marcha atrás. Tanto el presidente como el canciller han sostenido firmemente que Uruguay entiende que la Dec 32/00 no le impide negociar acuerdos comerciales con terceros países, invitando a los otros socios del Mercosur a participar o haciéndolo independientemente si no quieren o no pueden.

También, si algún o algunos socios aceptarán ingresar en las negociaciones, se podrían establecer diferentes tipos de modalidades para cada socio, plazos, listas nacionales, entre otras. Esto significa que, en principio, no recurrirá al Mercosur (como planteamos nuestra propuesta de solicitar un waiver general), ni para buscar autorización, ni para entorpecerse en un debate jurídico sobre la validez o no de la Dec 32/00 o sobre el cumplimiento y la pérdida de vigencia del art 1 del Tratado de Asunción, que son los argumentos en que se basan Argentina, Paraguay e Itamaraty.

Por consiguiente, Lacalle Pou y Bustillo entienden que las condiciones ya están dadas para negociar con terceros países (caso China), es decir la puerta ya estaba abierta para negociar acuerdos y solo faltaba encontrar las contrapartes. Esto fue lo que el canciller Bustillo hizo en su reciente viaje, en particular, con Turquía.

Cabe recordar que en la última reunión de Olivos entre los presidentes Fernández y Lacalle, no hubo ningún pedido de permiso de Lacalle para negociar, sino que ambos gobiernos explicaron con transparencia sus posiciones, pero cada uno se mantuvo en la postura que sostiene.

Es cierto que Argentina, por su política de economía cerrada y proteccionista de la industria local, se opone a toda apertura comercial global con países desarrollados, sólo estaría soltando un poco la cuerda para acercarse a Brasil en lo que es de su interés dentro de la rebaja del AEC, pero no en el conjunto del mismo.

Llegado el caso, el consenso no sería un tema simple, pero tampoco nuevo, son años con esta dificultad. Argentina no tiene ninguna vocación de negociación interna, sus prioridades son otras y, si bien, Brasil no se opone, tiene grandes dificultades internas para negociar con los global traders, como China y Estados Unidos. Esto obedece a la oposición de su sector privado, o al menos una parte influyente del mismo que tiene temor a perder o reducir sus niveles de protección efectiva por eventuales rebajas arancelarias, sobretodo en sectores que hoy se benefician de alícuotas altas del AEC.

Por ello, hoy se estaría enfriando la rebaja arancelaria propuesta por Brasil dentro de un contexto político en declive para Bolsonaro para las próximas elecciones con reacción negativa de los empresarios brasileños a dicha rebaja, en consonancia con la propuesta argentina.

En suma, el Mercosur tiene en la negociación externa su "talón de Aquiles", es lo más frustrante e inoperante, que tiende a no resolverse nunca y que salvo a Uruguay pareciera importar cada vez menos a los otros socios.

Es posible preguntarnos: ¿en actuales las condiciones tensas en el Mercosur, China está dispuesta a avanzar en negociaciones con Uruguay para un TLC sabiendo que generaría un roce con Argentina y Brasil? O a la inversa: ¿qué pueden hacer Argentina y Brasil si China decide avanzar con Uruguay?

China no es sólo el principal socio comercial de Uruguay, también lo es de Argentina y Brasil. Con Argentina en fundamental su participación en comercio, inversiones y financiamiento. Mientras, Brasil ha recibido en los últimos años el flujo mayor de inversiones chinas en la región, en particular, en lo eléctrico y sectores de petróleo y gas.

Además, China también se centra en la infraestructura tecnológica, la construcción de centros de datos, la expansión de 5G, que quiere lograr en la región, en especial, con Argentina y Brasil.

En suma, ¿cuando Argentina y Brasil tienen a China como su principal socio comercial, arriesgarían su vínculo? También, el país asiático sabedor de esa relación con los dos principales socios pudiera diplomáticamente estar dividiendo las aguas dentro del Mercosur porque de por sí su presencia pesa y mucho dentro de los socios. ¿Es posible que alguien se animaría a vetar el acuerdo de Uruguay con China más allá del temor de la CNI brasileña e industriales argentinos?




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