Correo de los Viernes

Apostillas

Por Luis Hierro López

La seguidilla de novedades a partir de la campaña electoral nos habilita a volcar algunos comentarios breves sobre la a veces asombrosa realidad.

Irreponsabilidad

No se justifica la demora del Poder Ejecutivo en reglamentar la ley No. 19.677, promovida por el Gobierno y promulgada el 26 de octubre del año pasado, titulada “Autorización a las Fuerzas Armadas para la realización de tareas de vigilancia y apoyo a organismos con jurisdicción y competencia en zona fronteriza”.

La ley establece una zona de veinte quilómetros en torno a la frontera, exceptuando los centros poblados, en los que las Fuerzas Armadas podrán ejercer controles a través de patrullajes o elementos técnicos de vigilancia, proceder a la detención de personas en casos flagrantes y reclamar el apoyo de la justicia. Los procedimientos de detención están regulados de acuerdo con los criterios internacionales.

Los funcionarios militares que realicen esos operativos estarán cubiertos por el artículo 28 del Código Penal, que establece la presunción legal de configuración de la causal de justificación y la exención de responsabilidad penal, una redacción más contundente que la que cubre a la Policía.

Es incomprensible que en momentos en que Uruguay está siendo seriamente atacado por el narcotráfico –las toneladas de droga que salen impunemente del país han ingresado con anterioridad al territorio por las fronteras– el Poder Ejecutivo se encuentre tan seriamente moroso para poner en marcha un instrumento que él mismo promovió. Da la impresión de que el Gobierno no quiere mezclar su acción con la campaña para reformar la Constitución que impulsa el senador Larrañaga, ya que precisamente en la base de esa discusión se prevé la extensión de las tareas auxiliares de las fuerzas armadas a la seguridad pública, lo que es resistido por sectores frenteamplistas. Es mezquina además de irresponsable la demora oficial.

Magia

El candidato oficialista Daniel Martínez anunció, a través de su principal asesor económico, Juan Voelker, que para bajar el déficit fiscal no achicará el gasto público nacional –había prometido hacerlo en la Intendencia de Montevideo y, por el contrario, lo subió un 26% en los dos últimos años– ni impondrá nuevos impuestos, porque ambas recetas son recesivas. El vocero de Martínez sostuvo que el candidato apostará al crecimiento de la economía. El economista Odone explicó ante ello que, para que el déficit del 5% del PBI se supere sólo con el crecimiento de la economía, Uruguay deberá crecer a una tasa del 6.5% durante los diez próximos años, un promedio similar al que tuvo el país en el irrepetible ciclo de las “commodities” entre 2003 y 2013. El pensamiento mágico recobra su vigor, pero por suerte, tras esas explicaciones, el candidato continuista tuvo un gesto de realismo y abrió el paraguas y, refiriéndose más más bien a las afirmaciones de su contrincante blanco que a sus propias convicciones, agregó que “nadie que mire lo que pasa en el mundo”, puede negar definitivamente que pueda establecer algún impuesto.

Personas Ausentes

En un país que presta tanta atención a los derechos humanos del pasado –lo que está bien– llama la atención que haya una especie de anestesia con algunas situaciones del presente. La lentitud con que las autoridades han venido reaccionando respecto a las personas ausentes, cuyo destino se desconoce, es una expresión de esa indolencia. Según publicamos en nuestra edición anterior, el semanario Búsqueda calculó que hay más de 500 uruguayos en esa condición: personas, muchos de ellos jóvenes, que se han ido del hogar, quizás por problemas particulares, quizás yéndose al exterior o, seguramente en muchos casos, víctimas de secuestros, comercio sexual o asesinatos.

Tras la publicación del semanario, la web del Ministerio -https://www.minterior.gub.uy/index.php/ausentes – actualizó su información, pero a regañadientes, porque publicó una nómina con 194 ausentes, sin hacer mención a los más de 300 casos restantes.

Muchos países hacen campañas masivas, incluyendo, por ejemplo, fotografías de las personas ausentes hasta en los envases de leche. Acá se ha ocultado durante mucho tiempo la información y recién ahora, a empujes de la prensa, el Ministerio empieza a difundir algún requerimiento. En el último comunicado se incluyen nombres de jovencitos que en las redes circulan como ausentes hace más de dos años. ¿Será posible superar la insensibilidad, la lentitud de respuesta y la omisión oficial?

Enfrentamiento que tiene más de un siglo

En mayo de 1917, hace más de un siglo, se produjo en el diario El Día una interesante polémica entre José Batlle y Ordóñez y Celestino Mibelli, un líder socialista devenido después en comunista. El historiador Vanger recogíó esos textos en Reforma o Revolución, un libro breve pero decisivo, porque se registra allí la poderosa diferencia que separó al batllismo del socialismo o del comunismo: la lucha de clases como motor de la historia y el enfrentamiento entre explotadores y explotados. “No hay lugar para el odio” proclamó don Pepe, desarrollando sus principios en favor de la integración entre el capital y el trabajo, la base del reformismo batllista.

Es oportuno recordar que esa discusión quedó zanjada hace más de un siglo, tanto en el plano ideológico como en los hechos, porque esa teoría fracasó en todo el mundo. Pero todavía hoy hay voceros frenteamplistas que siguen agitando esas banderas furiosamente. Y para peor, hay algunos tránsfugas excolorados que se suman a ese obsoleto recurso dogmático que debería estar definitivamente archivado.