Correo de los Viernes - ¿Y dónde está el Ministro? II

¿Y dónde está el Ministro? II

Por Tomás Laguna

En la semana que finaliza el Ministro respondió a quienes lo consideran ausente recibiendo a la totalidad de las gremiales rurales, en sucesivas reuniones que le ocuparon un día entero. Ya nadie puede decir que no es escuchado, “pero el poncho no aparece...”

En la edición anterior nos preguntábamos dónde está el ministro de ganadería y agricultura en momentos en que el principal sector productivo de la economía va perdiendo pié en una sumatoria de distintos problemas que se suceden sin pausa. Partimos con la pérdida de competitividad para producir a costos internacionales, agravada por un deterioro diferencial del precio de nuestros principales productos, a lo que se agrega pérdida de mercados en algunos rubros, o costos de ingreso en mercados destino por aranceles elevados en todos los productos de exportación, a la vez de soportar un creciente e irresponsable incremento en los tributos ciegos, todo lo que conforma un marco adverso para el sector. Sin dejar de mencionar que la ganadería aún soporta los efectos de la sequía del otoño y principio del invierno, que los arroceros no han podido sembrar el área prevista este año por exceso de agua que no deja entrar a las chacras, y que una vez que la cosecha de trigo sale buena en calidad y rendimiento el precio es tan bajo que un flete a puerto puede llegar a quedarse con el 20% del producto transportado. Entretanto la lechería sobrevive temporalmente por el mentado FAL, una ayuda financiera que nadie sabe hoy como reembolsarán.

El Ministro Aguerre respondió prontamente a los cuestionamientos de su marcada ausencia de los problemas reales de la producción convocando para el pasado miércoles 25 a una reunión con todas las gremiales rurales. Así fue que por tandas de grupos fueron pasando por su despacho los dirigentes ruralistas de las distintas agremiaciones de carácter nacional. Sin duda una medida inteligente, estratégica. Ocurre que muchos que vociferan desde las cuchillas suelen irse al mazo en el pico a pico. Así fue que sin que llegue la sangre al río el pasado miércoles se agotó en reuniones interminables, a prueba de estoicos y pacientes. Ya nadie puede decir que el Ministro no los escucha ni que no tuvieron la oportunidad para cantarle “las cuarenta” como amenazaban. El gremialismo ruralista es muy heterogéneo y cubre todo el espectro, desde los más levantiscos y rebeldes hasta los más condescendientes y mansos. Desde los que cuestionan todo y nada les sirve hasta los que dicen estar para “la propuesta constructiva antes que la confrontación”. Entre ambos extremos los hay más discretos y racionales. Todos pasaron por la sala de reuniones del MGAP.

¿Que quedó de esa interminable jornada de reuniones? Seguramente que cada delegación se volvió para sus pagos tratando de digerir los interminables discursos y análisis a los que ya nos tiene acostumbrado el Ministro Aguerre. Pero ¿cuál es la propuesta en materia de políticas sectoriales como respuesta al difícil momento de la agropecuaria? Seguramente que, salvo respuestas puntuales a temas muy puntuales, no hay un mensaje y compromiso en la instrumentación de políticas hacia el sector.

Por cierto, sería de ingenuos esperar tal propuesta. Ocurre que el ministro no tiene la capacidad política de incidir en la mayor parte de las medidas que son instrumentadas entre OPP y el Ministerio de Economía. No solo que debe aceptar los incrementos en los impuestos ciegos a la producción, sino peor aún luego tiene que salir a justificarlos para quedar bien con sus empleadores, ya no el Poder Ejecutivo sino las huestes militantes de la izquierda vernácula. Le está pasando lo mismo que empieza a padecer el Canciller. Y eso que este último encuentra mayor apoyo directo en el Presidente de la República. Pero además de tener que aceptar medidas con las que discrepa (lo confirma en los ámbitos más privados) tampoco puede proponer otras como la eliminación del subsidio cruzado, -que realiza la producción combustible mediante-, al transporte urbano o el incremento en los topes de devolución del IVA para una ganadería que lo requiere de forma urgente.

¿Qué rol cumple el Ministro en el Gabinete? ¿Es una figura decorativa con discursos interminables o es capaz de incidir en las necesarias e impostergables medidas que requiere la producción hoy? Creemos que ni una cosa ni la otra. De lo último estamos convencidos, no tiene mayor incidencia en las políticas sectoriales, pero tampoco es un cero a la izquierda. Ha cumplido una misión evangelizadora entre los gobernantes de esta izquierda tan urbana, tan ideologizada y finalmente tan resentida frente a los propietarios de la tierra. ¿Tiene valor esta tarea que estoicamente ha venido cumpliendo desde que el ex presidente Mujica lo nombró en el cargo? Creemos que si, aunque es difícil comprobarlo objetivamente. Al menos en sus intervenciones no deja de identificarse con “nosotros los productores”, asumiendo su condición de tal.

Quienes los defienden razonan, no le peguemos que si lo sacan quién sabe qué troglodita del MPP nos meten. Y ese argumento mantiene a raya al gremialismo rural, evitando un flanco de ataque a un ministro muy particular, que ha sabido sobrevivir a un ejercicio completo de gobierno y se proyecta para completar su permanencia en el actual gabinete.

Políticamente está explicada la supervivencia del Ministro Aguerre. Pero los distintos dramas que se van sumando en una interminable secuencia que irremediablemente pegan bajo la línea de flotación a nuestro principal sector generador de divisas siguen sin resolverse.

Si el largo de las reuniones y análisis ministeriales sirviera de algo, seguro seríamos los más competitivos productores de alimentos del orbe...