En abril pasado, en una nota desde estas páginas cuestionando las dificultades para determinar la representación de los productores granjeros ante la Unidad Agroalimentaria Metropolitana (UAM), decíamos que una vez superada la controversia generada en la ley de presupuesto entre el Poder Ejecutivo y la Intendencia de Montevideo por su gobernanza y posterior acuerdo alcanzado, la responsabilidad para nominar la representación de los productores granjeros quedó compartida entre el Poder Ejecutivo y el Gobierno Departamental, no obstante no haber cambiado los criterios de designación: "Tres miembros designados por organizaciones representativas de productores vinculadas a la actividad de la Unidad Agroalimentaria Metropolitana y que cuenten con personería jurídica, las que serán convocadas por la Intendencia de Montevideo y el Poder Ejecutivo para nominar candidatos."

Por entonces insistíamos que al no establecer el texto legal cuales son las organizaciones "representativas", como si ocurre en otras muchas integraciones de institutos vinculados al agro, se generaba un vacío dónde el poder político carece de criterios objetivos para actuar, peor aún, la decisión quedaba a media agua entre el Poder Ejecutivo y la Intendencia de Montevideo.

La realidad es que en el ámbito de la producción granjera para una misma actividad suelen coexistir más de una gremial según su ámbito regional de actividad, su propia génesis, su orientación, pero en definitiva todas son igualmente válidas, o por decirlo de otra manera, sin que ninguna pueda asumir, objetivamente, mayor protagonismo que otras.

Reclamamos por entonces una reglamentación de la ley estableciera en forma expresa que gremiales debían asumir la representación o bien criterios indirectos a través de los cuales las mismas gremiales definieran en una suerte de mesa de productores granjeros quienes eran sus delegados.

Las autoridades se lavaron las manos y dejaron abierto a la discusión entre las diversas gremiales la forma de representarse. Al punto que la Intendenta de Montevideo en una de las tantas reuniones para intentar definir este asunto, llegó a considerar falta de madurez de los productores por la imposibilidad de llegar a un acuerdo.

Pero las gremiales finalmente dieron una lección de madurez, contra todo pronóstico de acuerdo. Así fue que siete gremiales granjeras, ninguna de las cuales estaba dispuesta a resignar protagonismo ni representatividad, luego de intensas discusiones finalmente lograron un acuerdo que las integra a todas ellas en la representación en el directorio de la UAM.

Los tres delegados titulares responderán a Salto Hortícola, Confederación Granjera y Comisión Nacional de Fomento Rural, sus alternos respectivos corresponderán a la Asociación Nacional de Productores de Papa, la Asociación de Productores Agrícolas de Canelones en conjunto con la Sociedad de Fomento y Defensa Agraria y finalmente la Mesa Hortícola de Salto. Quienes hoy son alternos asumirán la titularidad en la segunda mitad del período, es decir al año y medio de haber asumido.

Es necesario reconocer el mérito del acuerdo alcanzado, en el que todas las gremiales sin excepción seguramente hicieron concesiones en el proceso de negociación, lo que da a este acuerdo mayor consistencia y perspectivas de durabilidad. Dado el carácter espontáneo, en cuanto a que la negociación se realizó sin condicionantes externas más allá de la premura para expedirse, y protagónico por parte de cada una de las gremiales, el resultado final debería refrendarse a través de un decreto reglamentario de la ley 19.720, el cual recogería una solución surgida de los mismos administrados en lugar de imponer otra elaborada en los gabinetes del MGAP.

Una última consideración. Pocos días atrás él MGAP puso a consideración de las gremiales granjeras el proyecto de ley que da forma al INAGRA, al cual ya nos referimos desde estas páginas. Decíamos entonces que uno de los temas que dará lugar a mayor discusión será, precisamente, la representación de los productores en el nuevo instituto. Estamos ante dos instituciones para un mismo rubro. Una, la UAM, que atiende todo lo atinente a la comercialización, el otro, la INAGRA, atendiendo los aspectos productivos en cuanto a tecnología, sustentabilidad e inocuidad de la producción de alimentos, y todo otro aspecto que hace el desarrollo de la granja. Sin duda ambas instituciones necesariamente interconectadas en su accionar. ¿Porque no aprovechar el acuerdo espontáneo y protagónico de las principales gremiales del sector para decidir su representación en la UAM y replicar esta misma solución en el INAGRA? Más aún, la alternancia en la titularidad podría invertirse entre uno y otro directorio permitiendo en todo momento el protagonismo de todas y cada una de las gremiales de productores.

El sentido de oportunidad suele ir acompañado del sentido común...