Sería más digno que se calle

Incómodo por su desplazamiento electoral, el ministro Astori no tuvo mejor idea que criticar a algunos candidatos opositores por sus propuestas sobre el gasto público. Sería mejor que se llame a silencio y trate de mejorar en algo el desastre económico que nos dejará al final de su mandato.

El país está económicamente postrado y el gobierno deja una pesada hipoteca para las futuras generaciones, con un déficit de casi el 5% del producto, una deuda externa de más de 40.000 millones y un desempleo creciente. De todo ello son responsables los gobernantes del Frente Amplio en su conjunto, pero es notoria la autoría del por dos veces ministro de Economía , vicepresidente en otra instancia, y figura de indudable peso en los tres gobiernos autoproclamados progresistas.

A veces se quiere valorar lo que hizo Astori “por lo que evitó”, en referencia a las propuestas radicales de los sectores vinculados a Mujica. Esa apreciación podría servir para el primer gobierno del Frente Amplio, en 2005, cuando el programa proponía nacionalizar la banca y otros extremismos como ése. Pero luego de eso, Astori acompañó – deliberada o resignadamente – todos los desastres habidos y por haber, desde la innecesaria designación de 70.000 nuevos funcionarios, los despilfarros con la “velita al socialismo” del Fondes, los fracasos con Ancap, Pluna y otras empresas públicas y el incremento desbordado del gasto público. En realidad, el ministro ha sido el autor intelectual de los “espacios fiscales”, la trampa en la que hizo entrar a todo el país para justificar el enorme déficit que hoy significa que la economía este postrada y sin expectativas. Astori no evitó todo esto y, por el contrario, en los temas principales de las cuentas públicas, es el principal responsable.

En esa medida, llama poderosamente la atención que el ministro se crea con autoridad suficiente como para criticar las propuestas de algunos candidatos de la oposición. En un acto de campaña electoral Astori enfiló sus baterías contra Lacalle Pou y Sartori, blandiendo argumentos contradictorios. A Lacalle Pou lo criticó por querer ahorrar U$S 900 millones del presupuesto y a Sartori por proponer crear 100.000 puestos de trabajo. También se refirió a Talvi, observándolo por haber propuesto rebajar el presupuesto en U$S 1300.

Sería mejor que el señor Astori se dedique, con honestidad intelectual y lo mejor de sus esfuerzos, a mejorar el déficit y la enorme deuda externa que nos deja. Quizás en los pocos meses que le quedan al frente del Ministerio pueda mejorar en algo esas pesadas situaciones que complican el futuro de los uruguayos, en vez de distraer sus fuerzas para ensayar respuestas meramente electoreras a sus contrincantes.



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