La muerte de un internado en la Colonia Bernardo Etchepare a causa del ataque de una jauría de perros, ocurrida semanas atrás, desnudó las penosas realidades en el interior del centro asistencial.

Como consecuencia de ese episodio, intervino la justicia que determinó la separación de más de 100 canes que convivían con los enfermos en el extenso terreno de la colonia.

Las autoridades judiciales también dispusieron el traslado de pacientes a otros recintos de la institución, como consecuencia del deplorable estado para la existencia humana de algunos locales. Estas instancias se han ido cumpliendo parcialmente.

Pero los organismos de la salud pública están llenos de sorpresas, lo cual parece demostrar el caos interminable y la permanente negligencia.

Días atrás, según denuncia El Observador, un paciente de la colonia fue agredido por otros internos, y falleció luego, “sin recibir atención adecuada”. Funcionarios advirtieron el deceso horas después de ocurrido.

Por su parte, la presidenta del Directorio de Asse, Susana Muniz, señaló que “no se constataron signos de violencia” en el cuerpo del occiso. Dijo que la muerte se produjo por causas naturales.

El director de la colonia, Osvaldo do Campo señaló que el paciente llevaba “6 horas muerto o día y medio”. También indicó que desconocía los términos del episodio.

La Colonia Etchepare alberga a 800 internados con trastornos mentales. Algunos viven en condiciones contrarias a los Derechos Humanos.

Cuesta creer que instituciones dependientes de la salud pública caigan en extremos aberrantes, y registren sucesos inimaginables.

Todo es, desde hace diez años, desorden, incapacidad y carencia total de la responsabilidad.

Verdades: el paciente murió por falta de asistencia adecuada; existen denuncias de una agresión; nadie de las autoridades aclara debidamente el episodio; Muñiz afirmó que el cuerpo no presenta señales de golpes o ataques. Todo es oscuro y confuso.

Es hora de aplicar soluciones; los organismos dependientes de Asse deben ajustar su acción, nada debe ser improvisado. Hasta el momento, el sector ha sido un escenario de dramáticos disparates.

Hace diez años que el sector se ha hundido en la más profunda crisis.¿Alguien vendrá a resolverla?