Correo de los Viernes - No aclares que oscurece

No aclares que oscurece

El ex Presidente y senador Mujica dijo que no dijo lo que sí dijo pero, por las dudas, pidió perdón. Más allá de lo que piensen sus víctimas de ocasión, lo de Mujica sigue siendo inaceptable: dice estupideces –como sostuvo el Dr. Vázquez– y luego se disculpa.

Luego de su último exabrupto, quedó flotando la duda de si Mujica se lo había dedicado a Valenti o a Selva Andreoli, su señora. Las aclaraciones y pedidos de perdón que formuló ayer Mujica en su audición radial, dejan en evidencia que, además de ordinario, ni siquiera es caballero: se había metido con Selva Andreoli.

En realidad no es algo que sorprenda. Ya hace unos años —como se ha recordado en estas horas— había dado cuenta de su machismo pornográfico cuando mandó a los senadores del Partido Nacional a “vigilar dónde andan sus mujeres”.

Ahora resulta que la referencia a “las aventuras” era al empleo del Twitter por parte de Esteban Valenti y que su señora pensaría en ellas como “consejera natural” de su marido. “Seguramente me expresé con poca claridad”, añadió a guisa de explicación.

Todo el mundo entendió lo que quiso decir y no hay explicación que valga al respecto. La única duda era si se refería a las presuntas “aventuras” de Valenti o de su señora. Y como la enmienda siempre es peor que el soneto, quedó claro que se refería a la señora.

Por cierto, Mujica obtuvo su propósito. Además de arrojar una sombra de dudas sobre la vida personal de dos ciudadanos que le incomodan, en un ataque de la peor calaña, logró que buena parte de los ciudadanos se embarcara en especulaciones y comentarios acerca de su exabrupto, olvidando por un momento los temas de fondo que lo provocaron.

Por ese motivo, más allá de si Esteban Valenti y Selva Andreoli aceptan su pedido de perdón o no (es un tema personalísimo, que sólo a ellos compete), desde el punto de vista cívico no es disculpable su voluntad de embarrar el debate ciudadano.