Correo de los Viernes - Mesa de Trabajo: Ni tanto ni tan poco

Mesa de Trabajo: Ni tanto ni tan poco

Por Tomás Laguna

Venciendo incertidumbres y escepticismos, ayer sesionó a pleno la Mesa de Trabajo instituida por el Poder Ejecutivo para atender los reclamos de los sectores productivos. Como gran logro se aceptó estudiar la propuesta de rebaja del gasoil.

Las gremiales rurales y el delegado de Un Solo Uruguay fueron recibidos por una importante delegación del Poder Ejecutivo. A saber por el MGAP el ministro Enzo Benech, por el MEF el subsecretario Pablo Ferreri, por el MIEM el subsecretario Sr. Guillermo Moncecchi, por OPP su novel subdirector Santiago Soto, por el MTSS su ministro Ernesto Murro, el INC representado por el director Miguel Vassallo, y finalmente el Secretario de Presidencia de la República Sr. Miguel Toma. Seguimos sosteniendo que en función de la delegación que atendió durante más de tres horas los planteos muy bien documentados presentados por los representantes de los sectores productivos, el Poder Ejecutivo demostró su atención y preocupación ante los mismos. Nobleza obliga, ingenuidades aparte...

Desde el gobierno se pretendió poner por delante las medidas por el mismo instrumentadas en función de los reclamos de los movilizados, dónde para hacer bulto incluyeron hasta los permisos de pastoreo en la vía pública para los afectados por la sequía. Faltaba mas...

Los representantes de la producción mediante un cuidadoso análisis objetivo demostraron lo inocuo de las mismas. Pero insistieron una vez más en los temas de fondo: el gasto público y su incidencia en el tipo de cambio, el precio del gasoil y la energía eléctrica, las postergaciones de nuestra economía al no lograr una más competitiva inserción internacional (reclamábamos por este punto hace dos ediciones), más el preocupante endeudamiento del agro seguido de una creciente morosidad particularmente en rubros como el agrícola.

Finalmente lo que quedó como producto más tangible de la sesión de trabajo se resumió en como bajar el costo del gasoil a partir de una propuesta presentada por los arroceros, muy bien justificada a partir del impacto en toda la economía y no solo en los sectores productivos. El solo hecho de que la misma haya sido considerada digna de estudio por parte del Ejecutivo permite definir que la instancia fue alentadora. Esto significa, alienta a seguir en el intento de lograr acuerdos que ayuden a mitigar el problema de fondo, esto es la falta de competitividad de la producción nacional. En términos médicos, ante una enfermedad que nos aqueja se requieren medidas que permitan moderar sus síntomas y nos permitan sentirnos mejor. Pero la enfermedad seguirá su curso hasta tanto no ceda en sus causas (eliminar el virus que la provoca o intervención quirúrgica cuando la farmacología es superada). Bajo este análisis, bajar el precio del gasoil es una aspirina para quien sufre de una agresiva gripe.

Reducir el costo de los insumos (por ahora todo se centra en el gasoil) tiene incidencia directa en los costos de producción. Es una parte en la ecuación de resultados. La otra, no menos importante, es como mejorar los ingresos. Y allí es clave un tipo de cambio que deje de generar transferencias desde los sectores transables hacia el resto de la economía. Esta variable es significativamente más difícil de corregir que el precio del gasoil y la voracidad fiscal que este encierra (la propuesta presentada justifica como sustituir los ingresos al fisco ocultos en el valor del gasoil con otros que una mayor actividad de los sectores productivos le generarían).

Pero también los ingresos de nuestras empresas volcadas a los mercados externos (razón fundamental de cualquier emprendimiento productivo en nuestro país) dependen de una mejor inserción internacional con menores costos al momento de exportar vía pago de aranceles. Un solo ejemplo, el costo arancelario que nuestro país deja en las arcas de los estados a los que les vendemos carne asciende a los 220 millones de dólares. Esto implica un costo de U$S 100 en promedio por animal faenado (sobre el total de cabezas faenadas, vacas y novillos). Traducido a precio percibido por el productor, evitar este costo puede incrementar en 40 centavos de dólar el precio pagado por kilo en cuarta balanza (cifras informadas por la Cámara de la Industria Frigorífica). Según los valores recientes informados por INAC, el ahorro de este costo arancelario puede impactar entre un 12 y un 13% en más en los valores cuarta balanza para el novillo gordo. En estos cálculos sobre promedios generales, el impacto sería relativamente mayor en la vaca gorda.

Como sea, parece que el argumento que justifica continuar en este ejercicio de encuentros y diálogos entre el sector productivo y el gobierno se focaliza en cómo lograr una rebaja en el gasoil. Es necesario comprender que en una causa compleja cualquier logro debe ser valorado en si mismo. En definitiva es la aspirina que nos permite soportar las dolencias mayores hasta tanto la enfermedad se cure. Como ya lo hemos mencionado, por esta razón, y solo por ésta, la reunión del miércoles 21 de marzo puede considerarse alentadora.

No obstante reafirmamos que no hay aspirinas ni placebos que solucionen los crecientes problemas de competitividad de nuestra economía. Porque lo que está en juego es el modelo país, y para modificarlo faltan 2 años...