La paz imperfecta

Mientras Savater da crédito al proceso de pacificación promovido por el presidente colombiano Juan Manuel Santos, no sólo el ex presidente de ese país Álvaro Uribe ensaya una feroz arremetida opositora. Una conocida columnista de The Wall Street Journal sostuvo que el pacto es un espurio entendimiento entre el narcotráfico, Obama y los hermanos Castro. ¿Podrá ser?

Veamos primero la opinión de Savater:

Viajo con bastante frecuencia a Colombia desde hace treinta años. Tengo en ese país buenos amigos, tanto entre escritores como entre cargos públicos, animadores culturales y gente del pueblo llano, pero no obtuso.

Y naturalmente quiero a esas gentes, como me ocurre invariablemente en los países hispanoamericanos. No son de los míos, sino que yo sé que soy de los suyos. Me considero en las antípodas del abominable Donald Trump y de los casi -Trumps con salsa española, que abundan más de lo debido aunque disimulen. Yo también soy hispanoamericano, carajo.

Y me ofende quien les ofende y juega en mi equipo todo el que confirma su progreso o aumente su prosperidad.

Y pese a todo esto, me cuesta responder cuando me piden mi opinión sobre el acuerdo de paz que ha firmado el gobierno colombiano con las FARC.

Sé lo que quiero para ese país y sus gentes honradas (a las otras les tengo menos cariño) pero me desbordan las dudas cuando examino ese pacto.

Comienzo por aclarar, quizá innecesariamente, que las dos partes no son equivalentes: por un lado está un régimen verdaderamente democrático, eso sí lleno de defectos como también los hay en USA, Suecia o España; por otro, una banda terrorista que recubre con fraseología marxista y populista una fabuloso negocio de narcotráfico y secuestros.

Son indudables los beneficios que puede traer el cese de un conflicto sanguinario de más de medio siglo de duración a un país que sin él hubiera podido desarrollarse mucho más pero junto a los beneficios, también puede hablarse de ciertos maleficios de la paz. Sobre todo, la impunidad casi total de los criminales.

Su potencial económico y su modernización social, por no mencionar lo obviamente más importante, el cese de miles y miles de tragedias humanas en zonas urbanas y rurales (sobre todo en estas últimas, quizá las más permanentemente martirizadas de uno y otro bando). Su incorporación con plazas por decreto y no electivas a la vida parlamentaria, las dudas respecto a la gestión de los miles y miles de hectáreas de narcocultivos, un tesoro apetecible para tantos, y también la incertidumbre de dónde y cómo se integrarán en la convivencia democrática los terroristas artificialmente redimidos.

Se trata de un rescate muy alto que tendrán que pagar todos los ciudadanos, sobre todo quienes han sido víctimas más directas de la agresión terrorista. Un rey francés dijo que “París bien vale una misa” y sin duda la paz vale muchas misas y renuncias, siempre que sean eficaces para conseguirla. Yo así lo deseo y me tranquiliza un poco que admirados amigos en cuyo criterio confío, como Héctor Abad Faciolince o Juan Manuel Vásquez, apoyen con o sin reservas el “sí” al acuerdo.

No pretenderé con fatuidad estar más calificado que ellos para juzgar. Me hubiera gustado, eso sí, que la campaña en los medios de comunicación no estuviese tan inclinada a favor del acuerdo o que el enunciado de la pregunta del referéndum que debe confirmarlo fuese realmente neutro.

Pero voto de corazón desde este lado del charco porque los optimistas tengan razón.


En contra de esa posición, la editora de The Wall Street Journal, Mary Anastasia O’Grady, sostuvo que aunque este domingo próximo gane en el plebiscito la opción de la paz – como indican las encuestas – la misma no se consagrará, dado que las Farc mantendrán un amplio poder económico y político.

La nota es muy larga, pero básicamente sostiene que reconocer la amnistía a los terroristas y narcotraficantes es un engaño en el que incurre el gobierno de Colombia, que actuó en este caso seducido por la blandura de Obama y presionado por la estrategia cubana.

Textualmente dice que “la familia criminal de los Castro quiere a toda costa este acuerdo, lo cual puede ser la única forma de explicar por qué Obama quiere ponerle el sello de aprobación de EE.UU.”

El acuerdo es malo porque “bajo el pacto, negociado y firmado en La Habana, las FARC también recibirán escaños en el congreso sin necesidad de someterse a elecciones y beneficios sociales. El grupo recibirá también decenas de estaciones de radio con el fin de que pueda diseminar su propaganda, un privilegio que no tiene ningún otro partido político. El acuerdo no requiere que las FARC paguen ninguna reparación financiera a sus víctimas, a pesar de que los capos narcoterroristas tienen un patrimonio estimado en los miles de millones de dólares. Las reparaciones serán pagadas por ciudadanos que respetan la ley a través de aumentos significativos de los impuestos. Las FARC han dicho que no entregaran sus armas hasta que todo esté listo. Entre tanto, recibirán armas y capacitación para hacer cumplir el acuerdo”

La periodista sostiene también que no se puede confiar en el Presidente Santos: “los colombianos no confían en Santos porque el presidente tiene problemas para cumplir su palabra, decir la verdad y ajustarse a la ley. He sido testigo de primera mano de esto”.



Sin espacio para las medias tintas
Recuerdo y Compromiso
Julio María Sanguinetti
La Revolución de los Claveles
Santiago Torres
"Antisionistas"
La "guerra de las bandejas" continua...
Institucionalización del abuso
El Frente Amplio y la vivienda
Occidente, nosotros
Debería darles vergüenza...
El trabajo debe cuidarse respetando las reglas del mercado
Elena Grauert
Encuentro de muy pequeños productores rurales con el precandidato Yamandú Orsi
Tomás Laguna
Ladran Sancho
Consuelo Pérez
Informar con responsabilidad sobre el futuro de las jubilaciones
Jorge Ciasullo
La expansión del Imperio Español en el Río de la Plata
Daniel Torena
Un país asolado por la violencia respalda la línea dura de su presidente
La obsesión antiisraelí de Gustavo Petro legitima a Hamas y pone en peligro a los colombianos
Cambios en el mapa
Los temores de guerra en Europa
Frases Célebres 987
La desaparición de Josef Mengele
LA LIBRERIA
Inicio - Con Firma - Ediciones Anteriores - Staff Facebook
Copyright © 2021 Correo de los Viernes. Publicación de la Secretaría de Prensa del Foro Batllista.