La "paternidad" del grado inversor no es frentista

El desinflado precandidato a la presidencia de la República por el Frente Amplio, Mario Bergara, cuestionó que la ministra de Economía, Azucena Arbeleche, festejara que la calificadora de riesgo Moody's elevase la nota de la deuda uruguaya, tras una década de estancamiento. El precandidato reclama la "paternidad" del grado inversor, pero olvida que el mismo se consiguió por primera vez durante la segunda administración del ex Presidente Sanguinetti.

El año pasado, las tres calificadoras de riesgo más importantes del mundo, Fitch Ratings, Moody's y Standard & Poor's (S&P), mejoraron las perspectivas para Uruguay. En dos de ellas, nuestro país logró calificaciones históricas durante el 2023.

En abril de ese año, S&P subió la nota de Uruguay a "BBB+", con perspectiva estable. En su resolución, S&P destacó que la perspectiva estable refleja la expectativa de que el crecimiento económico continuo y los resultados fiscales estables contribuyan a un déficit fiscal moderado y a la estabilización en los niveles de deuda. Además, la agencia resaltó el avance en las reformas estructurales, con especial énfasis en la reciente reforma de la seguridad social, y reconoció como positivos los cambios en la regla fiscal, la mayor transparencia en el mercado de los combustibles y las acciones por una mayor inserción internacional, entre otras.

En junio, la agencia Fitch Ratings subió la nota de deuda de Uruguay, desde "BBB-" a "BBB", con perspectiva "estable". La nota otorgada es la más alta que ha recibido Uruguay por parte de dicha agencia desde que ésta comenzó a calificar al país en enero de 1995. "El sólido desempeño fiscal del país que permitió absorber el shock de la pandemia del covid-19, sumado al historial de cumplimiento del marco fiscal modificado -desde 2020-, que ha mejorado su credibilidad, aumenta la resiliencia a los shocks económicos y reduce el riesgo de un potencial aumento en el stock de la deuda pública", justifican la decisión según el comunicado de la calificadora.

Sumándose a las calificaciones históricas, el viernes de la semana pasada, Moody's elevó la nota de la deuda uruguaya, luego de una década de estancamiento en la calificación. De esta forma, la agencia reafirmó la mejor calificación en la historia del país (que ya le daban las otras dos agencias mencionadas). La nueva calificación se debió a "instituciones sólidas que apoyan la implementación de reformas estructurales y cumplimiento continuo de los marcos de política fiscal y monetaria, que a su vez apuntan a tasas de crecimiento más altas y sostenidas que en el pasado, respaldado por una fuerte inversión", indicó Moody's.

Como es lógico, la ministra de Economía y Finanzas, Azucena Arbeleche celebró el logro, y brindó una conferencia de prensa en la que afirmó que la noticia "genera un impacto directo en todos los uruguayos, porque genera un país más atractivo para los inversores, lo que converge en la generación de empleo, el fin último de la política económica".

En este contexto, la ministra marcó diferencias con el frentismo. "Esta administración ha tenido una política fiscal distinta a la de los gobiernos anteriores, donde había suba de impuestos para financiar excesos de gasto y se ponían metas fiscales que no se alcanzaban", dijo Arbeleche que destacó, en referencia a la nueva regla fiscal, "hemos puesto reglas de juego claras y hemos jugado dentro de las reglas". Arbeleche se refirió, finalmente, al aumento del empleo acompañado de incremento del salario real y la baja de inflación, criticando, por "disparatado", el plebiscito del Pit-Cnt para revertir la reforma jubilatoria, una reforma que destacan todas las calificadoras.

Como era de esperarse, el inefable Bergara se molestó porqué, según él, Arbeleche no le dio al Frente Amplio el crédito que se merece. "Yo creo que tiene un componente de mezquindad utilizar un tema que claramente responde a un proceso de largo plazo como un logro de tres días. Esto no se logró en tres días", dijo el economista frentista.

Estamos de acuerdo, Sr. Bergara. Ya en la segunda administración Sanguinetti (1995-2000) Uruguay escaló hasta obtener el grado inversor, que logró por primera vez en su historia. También es cierto que el mismo se perdió en el curso de la brutal crisis de 2002, recuperándose en 2012, luego de siete años de administraciones frentistas. Pero no podemos soslayar que si no fuese por el manejo responsable de la mencionada crisis, nunca se hubiese recuperado esa calificación, que, ya que estamos, le recordamos al Sr. Bergara que en 2019 estuvimos a punto de perder, producto del manejo irresponsable de la economía por parte de su partido. No pueden reclamar ninguna "paternidad"...




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