Correo de los Viernes - Homenaje a un luchador, Amílcar Vasconcellos

Homenaje a un luchador, Amílcar Vasconcellos

La Junta Departamental incluyó la casa de Amílcar Vasconcellos, en el centro, en el programa “Las marcas de la memoria”, destinado a evocar los lugares montevideanos que fueron símbolo de la lucha contra la dictadura. Un nutrido grupo de dirigentes partidarios y vecinos fue hasta 18 de julio y Zelmar Michelini para expresar su adhesión al merecido reconocimiento.

El por entonces senador colorado Amílcar Vasconcellos fue uno de los más acérrimos opositores al alzamiento militar de 1973, habiéndose caracterizado por sus denuncias parlamentarias y periodísticas cuando la conspiración de febrero de ese año, instancia en la que realmente se consumó la insubordinación que terminaría en el golpe de Estado de junio.

Con coraje y decisión, Vasconcellos enarboló la bandera civilista y denunció a “los latorritos” que preparaban el golpe, a través de intervenciones parlamentarias y periodísticas que – por suerte – han quedado registradas en el libro que don Amílcar publicó en ese entonces, “Febrero amargo”.

Su voz fue firme y clara y lamentablemente esa advertencia no alcanzó para impedir el atropello a las libertades, pero quedará en el mejor recuerdo de la construcción cívica del país.

Por ese motivo, la Junta Departamental resolvió colocar una placa en la puerta de su apartamento, en 18 de Julio al lado de la Cancillería, donde Vasconcellos vivió esos años.

El justificado homenaje – al que asistieron la Intendente de Montevideo y otras autoridades – permitió a los organizadores evocar la recia figura de Vasconcellos, un prototipo de bastllista. Abogado y maestro, participó originalmente de la mítica Agrupación Avanzar de Julio César Grauert y luego se incorporó a la Lista 15 de Luis Batlle y al diario Acción, del que fue subdirector. Durante décadas mantuvo una prédica fuerte y clara a favor de la República. Un repaso de sus artículos y exposiciones, resumidos en otro de sus libros – Un país perdió su rumbo – da cuenta de que la defensa del trabajo nacional y de las exportaciones, la “lucha antiempresista” y la prédica hasta dogmática del Colegiado fueron algunas de sus permanentes preocupaciones.

Durante el acto, funcionarios de la Intendencia distribuyeron impresos que dan cuenta de la aplicación del programa “Marcas de la Memoria” y esa folletería – así como la original resolución de la Junta Departamental – contiene errores y omisiones que es necesario corregir.

En beneficio del “relato” que el Frente Amplio y las organizaciones sociales vienen utilizado en torno a aquéllos años trágicos – relato oficial que no reconoce la responsabilidad de los tupamaros en el desencadenamiento de los enfrentamientos violentos ni la notoria participación del Frente Amplio en el golpe de febrero que Vasconcellos combatió – las mayorías automáticas de la Junta Departamental eligieron una treintena de “marcas” de las cuales la enorme mayoría son referencias a locales sindicales o estudiantiles, cuya verosimilitud puede estar en duda. Las sedes de Fucvam, Aebu, Sunca, Untmra, Funsa, aparecen todos indicados como “ marcas”, lo que puede ser históricamente justo o no. Pero en cambio, es definitivamente injusto que locales colorados que muy claramente fueron símbolos de la lucha contra la dictadura – como el diario El Día o el semanario Opinar – no figuren en el listado preparado por el actual y transitorio oficialismo.

Celebramos que la Junta Departamental evoque la formidable figura de Vasconcellos, a la vez que señalamos nuestro repudio al uso oficial de la historia que, hasta con impudicia, hace el Frente Amplio.