En la pasada edición de Correo, bajo el título:" Previsible Final de una Oscura Operación", se desarrolla información relativa al proceso de compra, durante la administración del Dr. Tabaré Vásquez del llamado avión presidencial y a la subasta del mismo la pasada semana.

Nos vemos en la necesidad de volver sobre el asunto, considerando la noticia que circula masivamente en las redes sociales sobre la mencionada subasta, en un intento no solo de desprestigiar el proceso, sino en sembrar dudas sobra la transparencia, esa característica que precisamente no huno en su compra.

En efecto, bajo las fotos que acompañan esta columna, que están circulando en las redes, se agrega a modo de asombro: "¡El mismo que vendimos en 180.000 dólares!"

En primer lugar, corresponde señalar que el "avión presidencial" es del año 1979 y los que figuran en las fotos son 25 o 30 años más nuevos. Basta consultar revistas especializadas para comprobar el valor de un modelo y año similar hoy en el mercado. Es, sencillamente, el que se pagó 180 mil dólares.

Consideramos necesario reiterar y agregar algunos detalles ilustrativos de lo irregular del proceso de adquisición: adquirido en forma directa a "un amigo" a un precio 3 veces superior (un millón diez mil dólares) a los establecidos en revistas especializadas, como fue reiteradamente advertido. Por otra parte, la justificación y excusa para adquirirlo fue que además se utilizaría para viajes sanitarios, lo qué así fue en 10 ocasiones, entre otras cosas porque el 90% de las pistas de aterrizaje del interior del país son de pasto- imposibles de ser utilizadas por este modelo de avión. Observada la compra por el Tribunal de Cuentas, fue cambiada la integración del mismo con el indisimulado fin de "levantar la observación- como ocurrió- Todo ello motivo un llamado a sala del entonces senador Dr. Pedro Bordaberry. En definitiva, desde su adquisición a la fecha, se han gastado más de 3 millones de dólares. No debe olvidarse que se utilicen o no las aeronaves deben someterse regularmente a rigurosas (y caras) inspecciones. Al decir del ministro Javier García: "una sangría permanente".

Es obvio que la dirigencia del FA, alentada por su militancia, no termina de digerir la contundente derrota electoral, circularán una y otra vez este tipo de noticias con el fin de desacreditar al gobierno y a sus instituciones, una y otra vez habrá que desmentirlas. Es lo que haremos sin pausa.