Aunque triunfó políticamente al llegar a la presidencia, la vida de José Mujica –signada por la desprolijidad y la indisciplina para trabajar– está marcada por su falta de resultados, incluyendo el dramático saldo de los años de violencia.
Más recientemente obtuvo fama internacional por su supuesta pobreza, y para algunos uruguayos es un referente ideológico, pero ocurre que Mujica no fue electo presidente para pensar o para ser protagonista de películas, sino para gobernar y por lo tanto, el saldo hay que registrarlo en términos concretos: qué hizo y qué dejo de hacer.
Y en ese sentido, al pasar raya, nos encontramos con nada, después de cinco años de palabreríos y anuncios.
Un breve repaso da cuenta de esa orfandad. Dejemos de lado el actual contencioso sobre el Antel-Arena para ver si se diluye o se concreta, pero hay una larga saga de promesas incumplidas
1) Regasificadora
Está en duda y más bien todo hace pensar que la obra no se concretará. Pudo haber sido una alternativa si se hubiera concebido adecuadamente, pero a los problemas que tienen las empresas adjudicatarias se suma un proyecto desmedido, sobredimensionado con relación al mercado local y regional. Tiene un futuro muy complejo.
2) Ferrocarril
Tanto Vázquez en su primer mandato como Mujica durante su quinquenio anunciaron que a la brevedad el ferrocarril de carga estaría funcionando normalmente. Mujica hizo inclusive gestiones personales en el exterior. Se hizo gran ruido con el enlace ferroviario con Argentina, a través del vergonzoso “ferrocarril de los pueblos libres”. Diez años después, no tenemos nada.
3) Aratirí
El gobierno logró un acuerdo con los partidos para promover las grandes explotaciones mineras. Luego violó ese acuerdo para darle beneficios extraordinarios y reservados a Aratirí y las condiciones de esas negociaciones nunca se conocieron bien. Pese a ello el proyecto no prosperó.
4) Puerto de aguas profundas
Para beneficiar a Aratirí, Mujica impulsó la construcción de un puerto de aguas profundas en costas de Rocha. Expropió terrenos y dispuso una serie de medidas preparatorias de las instalaciones. Habló con líderes de otros países de la región para interesarlos en el proyecto. Fue, vino, habló, prometió…pero nada. No se concretó la idea, que ha sido prácticamente archivada por la actual administración.
5) Tercera planta de celulosa
El Presidente viajó personalmente a Finlandia para promover la instalación de una tercera planta de celulosa. El viaje fue “a lo Mujica” ya que no estaba muy bien organizado ni preparado y los finlandeses le dijeron que antes de la inversión, Uruguay tenía que asegurar la infraestructura necesaria, es decir, carreteras y puertos. Volvió con las manos vacías.
6) Inversiones españolas
En un misterioso viaje que hizo a España para entrevistarse con el Presidente del Real Madrid, Florentino Pérez – misterioso porque fue un viaje no oficial y la delegación estuvo integrada por Paco Casal y por el “Pato celeste” – se dijo que Mujica iba a interesar al magnate español en inversiones vinculadas a la generación de energía en Uruguay. Florentino Pérez se dedica a ese rubro en España. No hubo ningún resultado concreto ni tampoco informaciones transparentes sobre lo conversado.
7) Pluna.
No hay mucho más que agregar a lo que ya sabemos, hasta con rabia, todos los uruguayos. El propio Mujica dijo hace pocos días que duda que “Alas-U”, la empresa que sustituiría a Pluna, tenga posibilidades de prosperar. Un gran desastre por donde se le mire.
8) Relaciones con Argentina
Mujica y su canciller Almagro mostraron una inesperada docilidad con Argentina, sosteniendo que había que decirle a todo que sí para no generar nuevos enfrentamientos y obtener algo a cambio. Las actitudes de sumisión fueron lastimosas. Sin embargo, los bloqueos argentinos no sólo no cesaron sino que aumentaron y cinco años después, nuestras relaciones están peor y los intereses comerciales y portuarios de Uruguay han sido seriamente dañados.
9) ¿ Educación, educación?
Al asumir en 2010, Mujica sorprendió a los uruguayos al dar un discurso de tono republicano y al prometer que su principal reforma sería “educación, educación, educación”. Tres años después bajó los brazos y en una actitud inadmisible en un gobernante dijo que no pudo convencer a los sindicatos de la enseñanza ni imponerse a ellos. “No me la llevan”, explicó después resignadamente y el país no avanzó, sino que retrocedió lastimosamente.
10) Plan Juntos
No hay información oficial sobre la cantidad de casitas realmente construidas por el Plan Juntos, la novelería que impulsó Mujica a través de fondos solidarios, a los que él contribuyó con donaciones. No queda claro si se construyeron 40 casas o 400, pero en todo caso la cifra es muy pobre. Los asentamientos han crecido en estos años y el déficit habitacional sigue tan campante. Es de interés para el país que el Estado informe oficialmente sobre este tema. Suponemos que en la discusión del próximo presupuesto tendremos la oportunidad de saber la verdad, que va a hacer seguramente muy pobre.
No mencionamos acá algunos otros déficit que recién ahora se están visualizando, como la herencia del Fondes, cuyas empresas están todas fundidas, o lo ocurrido en el sector lechero, donde además de que se han retirado las empresas internacionales se registran excesos gremiales y corporativos que el gobierno de Mujica alentó y promovió. Tampoco se sabe cómo se aplicará en la práctica la ley de marihuana, tan discutible como inaplicable. Pero esa lista de diez puntos es suficientemente elocuente de la inacción y la irresponsabilidad. Quiere decir que a la pérdida de valores que Mujica le impuso a la sociedad, al despilfarro que sometió a las empresas públicas, a las designaciones cuantiosas e injustificadas de nuevos funcionarios públicos; a la inseguridad pública y al desastre en los hospitales, Mujica agrega una larga serie de desaciertos y fracasos, que son, en definitiva, consecuentes con su propia vida y estilo.