Una vez más, el cinismo frenteamplista queda el descubierto. En mayo, cuando se anunció que el gobierno uruguayo había oficiado de enlace entre Conmebol y Sinovac para que las asociaciones de fútbol consiguieran vacunas, los frenteamplistas hablaban de "vacunación VIP". Hoy, cuando gracias a esas gestiones nuestro país es sede de los tres eventos futbolísticos más importantes del continente, lo festejan, intentando apropiarse de los méritos.

Durante el mes de noviembre y hasta este sábado, nuestro país está siendo sede de la definición de los títulos más importantes de América del Sur en fútbol: Copa Libertadores, Copa Sudamericana y Copa Libertadores Femenina. En momentos en los que el mundo vive rebrotes del virus y soporta nuevos cierres, nuestro país recibe miles de extranjeros, reactivando los sectores de la economía más castigados por la pandemia.

A principios de este año, cuando la Conmebol se disponía a seleccionar al país sede, Uruguay se encontraba muy lejos de la lista de países que podían albergar las finales. No obstante, el gobierno uruguayo vio la oportunidad de posicionarse como anfitrión debido a la situación sanitaria de nuestro país. Como se afirmó en su momento, la aspiración de transformar al país en "hub deportivo" era -y continúa siendo- un asunto primordial por los ingresos que genera.

Entre abril y mayo, el Presidente Lacalle participó en dos encuentros presenciales -que fueron fustigados por la oposición- con dirigentes de la AUF y Conmebol. Entre otras cosas, de esos encuentros surgió la tan mentada noticia de las "vacunas para el futbol". El gobierno uruguayo hizo de enlace entre Conmebol y Sinovac, lo que permitió el arribo de 50.000 vacunas anticovid que fueron destinadas a las asociaciones de fútbol para poder realizar los torneos internacionales fijados.

Rápidamente, los agoreros aprovecharon la oportunidad para insistir con una supuesta "vacunación VIP".

"Vemos que el presidente anunció la cooperación con la Conmebol para vacunar para la Copa América. De repente esa misma consideración la podría tener para el departamento de Canelones", lanzaba capciosamente el Intendente Orsi, que afirmaba que a Canelones se lo había "perjudicado notoriamente" de forma intencional.

Ivonne Passada, actual candidata a presidir el Frente Amplio, era aún más explícita (y desagradable): "Vacunación Vip: El presidente gestionó 50.000 vacunas para la confederación sudamericana de fútbol. En nuestro país, uruguayos con comorbilidades, discapacidad y en edad de riesgo esperando la vacuna. ¿Qué urgencia tiene el negocio sudamericano del fútbol? Vergonzoso."

Hoy, unos pocos meses después, los frenteamplistas han cambiado de parecer, intentando incluso apropiarse de los méritos. "Montevideo está profundamente agradecida por la elección", dijo Cosse con desparpajo a comienzos de noviembre cuando recibió al presidente de Conmebol, Alejandro Domínguez.

"Montevideo tiene el honor, el privilegio y la responsabilidad de recibir las finales deportivas más convocantes del continente. Es una oportunidad para lucir nuestro país y generar oportunidades de trabajo para nuestra gente. Brindemos al mundo una cálida bienvenida a Montevideo", aseguró días después en sus redes sociales, sin hacer ni una mención al gobierno nacional.

Y finalmente, aseguró tras la primera final: "Montevideo vivió la primera de las tres finales que se disputarán en nuestro país. El Estadio fue renovado y quedó espectacular. Una verdadera fiesta del deporte que ha generado una gran oportunidad. Nunca antes una ciudad recibió al mismo tiempo tres finales continentales."

Poco para agregar. Como te digo una cosa te digo la otra, versión fútbol...