Correo de los Viernes - Cae otro mito ambientalista

Cae otro mito ambientalista

Así como hace poco tiempo un equipo de científicos hizo pública su posición a favor de los alimentos transgénicos al demostrarse que no provocan daños en la salud de los seres humanos, cayendo uno de los principales mitos de la prédica ambientalista, estudios realizados en Uruguay durante una década vienen a demostrar que la forestación industrial no provoca daños a la tierra ni al agua, lo que siempre fue sostenido por diversos sectores sociales y políticos.

Cuando se votó hace 30 años la ley de forestación, hubo una intensa campaña promovida por grupos supuestamente ambientalistas –decimos supuestamente porque no se conocía entonces la seriedad y profesionalidad de esas posturas– que sostenían que la forestación terminaría con los recursos hídricos, ya que sobre todo los eucaliptus agotarían todas las fuentes de agua.

Esa prédica se mantiene aunque no con tanto rigor, pero forma parte todavía de un discurso más vinculado al fanatismo que a la razón, del cual cada tanto tenemos noticia a través de las movilizaciones de los “ambientalistas” de Gualeguaychú.

Sin embargo, estudios realizados durante una década por científicos de la Universidad de la República vienen a confirmar lo contrario, demostrando que en condiciones de tiempo normales –sin grandes sequías– las plantaciones de eucaliptus no provocan daños ambientales de entidad.

El programa radial En Perspectiva entrevistó a Luis Silveira, jefe de la sección Hidrología y Clima del Instituto de Mecánica de los Fluidos e Ingeniería Ambiental de la Facultad de Ingeniería, y a Mario Pérez Bidegain, docente grado 4 del Departamento de Suelo y Aguas de la Facultad de Agronomía, quienes son los responsables de los estudios comparativos que se llevan a cabo en dos cuencas, una con forestación y la otra, dedicada a la ganadería, sin plantaciones de árboles. El estudio lleva ya diez años, pero las medidas y comparaciones sistemáticas se han hecho durante ocho años, período suficiente para sacar conclusiones.

Los científicos informaron que la cuenca con forestación no muestra erosión ni pérdida de nutrientes por encima de lo permitido, así como la recarga de los acuíferos es normal, con pérdidas -que a lo sumo llegan al 17% - que pueden reponerse. Los grupos ambientalistas que se opusieron a la forestación indicaban que las pérdidas serían por lo menos del 70% y que no habría forma de recomponer los recursos hídricos. Pero eso no se ha confirmado y con promedios normales de lluvia al cabo de cada año, la recomposición de los recursos queda garantizada.

Los científicos concluyeron por lo tanto que en las condiciones de la zona en que se estudiaron las dos cuencas, Paysandú y Río Negro, la forestación es sustentable, es decir, que mantiene el equilibrio entre el cuidado del ambiente y el propósito productivo.