Los opositores al actual régimen autoritario bolivariano, tienen grandes esperanzas con el informe del The Wall Street Journal dando cuenta que fiscales federales de Estados Unidos están investigando a Diosdado Cabello, el Presidente de la Asamblea Nacional venezolana y nº 2 del gobierno, por presuntos lazos con el narcotráfico. En efecto, ese informe del 18 de mayo se basa en múltiples fuentes y confirma las noticias adelantadas por el Nuevo Herald de Miami y el ABC de España.

Por su lado, Cabello con el respaldo de toda la bancada oficialista, amenazando a todo el mundo como un energúmeno, rechazó la información del The Wall Street Journal (WSJ) y consideró que se trata de una campaña en su contra para afectar al país bolivariano, exigiendo a quienes han difundido las afirmaciones que presenten pruebas o que se preparen para las consecuencias.

“Hay grandes pruebas para justificar que Cabello no es solo uno de los jefes, sino el jefe del cártel”, aseguraron al WSJ fuentes del Departamento de Justicia, que añadieron que Cabello es “el principal objetivo” de la investigación. Y el nº 2 venezolano, no solo rechazó los señalamientos, sino que advirtió a los medios de comunicación que han publicado estas acusaciones que deberán asumir la responsabilidad de sus afirmaciones.

Por otra parte, aseguró que seguirá al frente, en el lugar que el Comandante Chávez le dio, que no se inhibirá ante las presiones de medios internacionales y amenazó a quienes “en Venezuela reprodujeron la noticia y todas las noticias” que se encontrarán en los tribunales de ese país. (Cabello ya inició los procedimientos administrativos y penales contra los medios venezolanos El Nacional, Tal Cual y La Patilla por reproducir esa información).

Como no podía ser de otra manera, de inmediato el siempre listo a boconear Nicolás Maduro, dijo que quien se meta con el Presidente del Parlamento, Diosdado Cabello, se mete con él y agregó: “Vamos a defender a Diosdado como defendimos a nuestro país el mes de marzo del ataque de Estados Unidos”.

Y prosiguió: “Cabello ha sido víctima desde el pasado enero de un ataque brutal de la ultraderecha mediática del eje Bogotá-Madrid-Miami a través de medios de Miami, del Wall Street Journal, del periódico fascista, franquista ABC de España”. “No es cualquier ataque, es un ataque a Diosdado, líder del Partido Socialista, cuadro fundamental de la revolución bolivariana, presidente de la Asamblea Nacional”.

Mientras tanto, el excandidato presidencial y Gobernador del estado de Miranda, Henrique Capriles, pidió que se investigue “la fortuna que han amasado altos funcionarios del gobierno, presuntamente implicados en narcotráfico y lavado de dinero y el gobierno debería investigar las graves denuncias en las que se presume que Venezuela sirve de puente para el narcotráfico”.

A todo esto la situación económica de Venezuela es crítica y la reacción de Maduro-Cabello es, pues, parte de una cortina de humo con la cual pretenden hacer olvidar el lamentable estado de cosas. Porque los indicadores son preocupantes: la inflación acumulada al cierre de abril, según datos extraoficiales, se ubica en 48,1% y en 2015 la inflación anual puede alcanzar un nuevo récord; los indicadores de escasez están por encima de 40,0%; y la brecha cambiaria alcanza la astronómica cifra de 4.474%.

Además, la liquidación de divisas se encuentra en mínimos históricos y en el primer trimestre del año, el sector privado estaría recibiendo, a través de los canales oficiales, alrededor de US$40,4 millones/día, una merma de 61,1% respecto al mismo período de 2014.

Otro dato alarmante es —en términos sociales— la caída del poder adquisitivo, medida a través del salario promedio, está cercana a 20% (en términos reales). En el sector externo, las reservas internacionales están por debajo de los US$19.000 millones.

En materia cambiaria, el gobierno bolivariano mantiene el régimen de cambio múltiple dentro de un esquema altamente ineficiente, pues la devaluación tiene un efecto negativo importante en los consumidores pero muy limitado en el sector público, quien debió ser su principal beneficiario. Por ende, la consecuencia es que la reducción del déficit fiscal es mínima.

La complejidad del panorama se agrava con el desempeño de la actividad económica. Estiman los analistas que la economía se contrajo 4,1%, el pasado año. Y para este año, la contracción se ubica en 7,1%. Lo que pasa en Venezuela es —según los economistas independientes— una “recesión estructural”, siendo además un shock de oferta, es decir, afectando la producción de bienes y servicios.

Parecería que la apuesta de Maduro y compañía es resistir la crisis, sin mayores ajustes hasta que los precios petroleros vuelvan a subir. Lo cual es un grave error porque aún con un alza de los precios del petróleo la economía venezolana podría tener una leve recuperación, pero no volvería a las elevadas tasas de crecimiento del pasado.

El Consultor internacional Asdrúbal Oliveros, entiende que mientras el Ejecutivo se resista a trabajar conjuntamente con el sector privado, las tasas de crecimiento se mantendrán por debajo del nivel potencial con pobres resultados para la población en general.

Y agrega que “en la actual coyuntura, el Ejecutivo apela a su sobrevivencia mediante la “caotización”, una estrategia que mezcla la radicalización, la represión y medidas aisladas, mientras que el sector privado debe enfrentar una baja en el poder adquisitivo, importantes distorsiones en el mercado cambiario, incremento de los controles y las regulaciones, además de la amenaza de los órganos del Estado respecto a la intervención directa en las decisiones de producción y comercialización. Una terrible contradicción, pues una respuesta asertiva para enfrentar la crisis es establecer mecanismos de cooperación entre el Estado y el sector privado”.

Si como se dice en economía, la clave del éxito está en anticiparse, el porvenir de la Venezuela de Maduro y Cabello es realmente alarmante y aun queda por ver qué maniobras tendrán que hacer para no largar las riendas del poder. Maniobras políticas, me refiero, porque las económicas no parecen desvelarlos, pese al caos que es, en esos aspectos, la bolivariana República chavista. Porque pensar que el régimen va a caer por las denuncias, nos parece algo ingenuo, mientras no vaya acompañado de otras acciones de la oposición, que por ahora no vemos, quizás porque no están en condiciones de hacerlas.