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PCU en la mira de la Senaclaft y la Fiscalía de Delitos Económicos

En una investigación sin precedentes, el Partido Comunista del Uruguay deberá entregar a la Secretaría Nacional de la Lucha contra el Lavado de Activos y el Financiamiento del Terrorismo (Senaclaft) sus balances financieros.
A pedido de la Fiscalía de Delitos Económicos y Complejos, a cargo del Dr. Gilberto Rodríguez, la Senaclaft citó a dirigentes del PCU en el marco de la causa por la trama de corrupción en el Fondo Social de Viviendas de Obreros de la Construcción (Fosvoc).
Por el caso ya fueron condenados en modalidad de juicio abreviado tres exdirigentes del Sindicato Único Nacional de la Construcción y Anexos (Sunca) y militantes del PCU: Bruno Bertolio, Santiago Bernaola y Víctor Rivero.
La referencia a la modalidad de juicio abreviado no es baladí. Al llegar a un acuerdo entre la Fiscalía y los procesados, en el que éstos reconocen su culpabilidad, no se desarrolla investigación alguna ni se sustancias pruebas. Por eso, con toda tranquilidad, el PCU y, muy especialmente, los dirigentes nombrados por los acusados como jefes de la maniobra, Óscar Andrade y Daniel Diverio y la secretaria de finanzas del PCU y el Sunca Laura Alberti, pueden decir que “no hay ninguna prueba” ni de su participación y de que el Sunca y el PCU hayan sido beneficiarios finales del desvío de fondos.
No es la primera vez que sindicalistas vinculados al PCU han quedado vinculados a actos de corrupción con el manejo de fondos para la construcción de viviendas. En 2017 estalló un escándalo con la estafa del Plan de Vivienda Sindical que resultara con un exdirigente comunista preso.
Por ahora el PCU, además de proclamar “yo no fui” y solidarizarse con los Andrade, Diverio y Alberti, no se siente obligado a brindar mayores explicaciones. Pero, como señalamos en nuestra nota del pasado 20 de junio, los delatores fueron sus propios compañeros. Militantes de la lista 658 del Sunca, parte de la estructura del Partido. Gente que compartió asambleas, actos, cenas, listas y movilizaciones. ¿Ahora son todos traidores? ¿Todos inventaron? ¿Todos delinquieron menos la cúpula?
Confiamos en que esta vez se llegará hasta el hueso y no terminará, como en 2017, en la condena de personajes de segunda línea.
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