Marcha atrás

Por Luis Hierro López

El gobierno se ha dedicado a desmantelar los logros de la administración anterior en vez de poner énfasis en sus propios proyectos.

Tanto mientras ejercía la Intendencia de Canelones como siendo candidato a la presidencia, Yamandú Orsi solía referirse a la “acumulación positiva” que había permitido que nuestro país alcanzara logros muy importantes en materia institucional y social. Esa afirmación lo distinguía de sus colegas del Frente Amplio, históricamente disciplinados para no reconocer algún logro proveniente de otros partidos. Y, a la vez, lo ubicaba como un político tolerante y con mirada más amplia.

Sin embargo, los hechos vienen demostrando otra realidad. Veamos algunos ejemplos.

La negativa del gobierno a continuar con el proyecto Arazatí y su empecinamiento con la represa de Casupá tiene más el tono de una rencilla partidaria que la ejecución de una política de Estado.

Algo similar ocurre con la enseñanza, donde se retrocede tanto en la confección de los programas como en la integración de los consejos directivos, volviendo a la predominancia de los sindicatos, anulándose todos los avances que la conducción de Robert Silva había asegurado en el quinquenio anterior.

Se ha anunciado que se revisará el plan de obras de saneamiento en el interior, pero no se indica si será sustituido por uno mejor. Solo se ordenó paralizar el programa.

El listado podría alimentarse con otras menciones, pero alcanza con referir al actual entrevero de los buques patrulleros para advertir hasta dónde llega la manía “derogatoria”. El gobierno embarca al país en una aventura y, si bien en las últimas horas hubo contramarchas en torno a la decisión del presidente Orsi de rescindir el contrato con la empresa Cardama, el daño ya está hecho, rompiendo la digna tradición de cumplimiento de los contratos que caracterizaba a Uruguay. No sabemos en qué terminará esta operación, pero si el oficialismo no cambia radicalmente su postura, el país perderá los U$S 30 millones ya pagados, nos quedaremos sin los buques y es muy posible que tengamos que enfrentar un juicio millonario, con mucha chance de perderlo.

Los gobiernos deben mirar hacia adelante, que es la única forma de impulsar una gestión exitosa. Mirando hacia atrás, revisando lo hecho con ánimo de revancha, buscando culpables y acusando al golpe de balde, es la forma más segura de hacer poco o nada.