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La legitimidad en entredicho: una lección de Weber para el presente
Por Juan Carlos Nogueira
Cuando la legalidad no se acompaña de idoneidad, la autoridad pierde legitimidad ante sus propios subordinados.
Max Weber (1) distinguía entre diversas fuentes de legitimidad de la autoridad: la legal, que se apoya en normas y reglamentos; la tradicional, fundada en la costumbre; y la racional, vinculada a la competencia técnica y al reconocimiento del saber especializado.
En el ámbito militar, estas dimensiones se entrelazan de forma particular, pues la obediencia descansa tanto en la jerarquía formal como en la percepción de idoneidad profesional.
El nombramiento del Comandante de la Armada abre un espacio de reflexión en este sentido. Desde el punto de vista estrictamente legal, la designación se sustenta en la autoridad del Poder Ejecutivo. Sin embargo, ha surgido debate en torno a si dicho nombramiento se ajusta plenamente al marco normativo de la Ley Orgánica de la Armada, lo cual introduce un elemento de duda respecto a su legitimidad formal.
Por otro lado, la cuestión de la legitimidad racional adquiere especial relevancia. Tradicionalmente, los oficiales del Cuerpo General reciben una formación que abarca navegación astronómica, guerra de superficie, guerra antisubmarina, guerra antiaérea, guerra electrónica, operaciones anfibias, así como materias básicas como matemáticas, electrónica y física.
Esta preparación que comienza en la Escuela Naval y se prolonga en la carrera como oficial naval, junto con la experiencia a bordo, constituye la base de la competencia profesional reconocida en la conducción de la institución naval. La ausencia de dicha trayectoria teórica y práctica plantea serias interrogantes sobre el grado de reconocimiento que puede alcanzar un mando en la estructura jerárquica. Tal es el caso del actual Comandante formado como cuadro de Prefectura.
Así, la situación ilustra la tensión entre dos formas de legitimidad descritas por Weber: la legal, vinculada a la norma, y la racional, asociada a la competencia.
La primera puede estar formalmente garantizada; la segunda depende del juicio de quienes deben obedecer y confiar en la autoridad. La síntesis de ambas es, en última instancia, la que asegura la estabilidad de una organización tan compleja y exigente como la Armada.
(1) Weber, Max. Economía y sociedad: Esbozo de sociología comprensiva. México: Fondo de Cultura Económica, 1944.
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