La cadena agroindustrial de la carne bovina en foco con un dramático mensaje de la industria

Por Tomás Laguna

En el marco de la histórica y tradicional Rural del Prado se realizaron conferencias que pusieron el foco en la cadena agroindustrial de la carne bovina. Una reclamó duplicar la producción; otra expuso la realidad de la industria frigorífica. Ambas merecen comentarios, siempre dentro de los límites de esta columna de opinión.

El primer evento fue organizado por el INAC. Se tituló “El agro que somos: Contribución de la cadena cárnica al país” y contó con un panel integrado por el presidente del organismo y los delegados de producción e industria en su directorio. El debate terminó centrado en la demanda de la industria de duplicar la producción a nivel de campo y en las formas de lograrlo.

Para enmarcar el tema, el Ec. Alfonso Capurro hizo una breve y contundente presentación sobre la evolución productiva e importancia de la ganadería en Uruguay. De allí se desprende que aquel estancamiento crónico tantas veces cuestionado a la ganadería —y usado para justificar planteos ideológicos sobre la estructura productiva— ha sido desvirtuado en los hechos.

En veinte años, la ganadería incrementó 10% el stock y 40% la producción, gracias a la intensificación. En el mismo período redujo superficie por el avance de la forestación y la agricultura de secano, aunque ganó terreno con la caída de la producción ovina. La extracción, incluida la exportación en pie, superó en ocasiones el 20% del stock, algo impensable 25 años atrás, cuando apenas llegaba al 15%.

La eficiencia se refleja sobre todo en la invernada: los corrales de engorde superaron en 2024 el 16% de los animales enviados a faena; el 60% de los novillos faenados son hoy de dos dientes (en 2000 apenas el 35%); y la cría y recría mejoraron las tasas de procreo, aunque aún no alcanzan su potencial biológico, que pretende incrementarse con un programa de apoyo a la cría. Ya nos referimos críticamente a esta iniciativa (ver Correo de los Viernes 1045 del 22/08).

Capurro se refirió a las complejidades del mercado ganadero y como tal la dificultad para la incorporación de tecnologías a nivel país.

En cifras: la cadena cárnica generó en los últimos 12 meses exportaciones por 3.000 millones de dólares, más 365 millones en exportación de ganado en pie. Para 2025 se estima un cierre de 3.600 millones, recuperando la carne el liderazgo exportador sobre el complejo forestal. La actividad también aporta 6% del empleo privado y derrame hacia el resto de la sociedad por dispersión territorial.

Este conversatorio coincide con un momento de franco optimismo, cuando los precios de exportación alcanzan valores históricamente altos (5.621 U$S/ton, frente a 4.625 apenas ocho meses atrás). Capurro se preguntó, con prudencia, si estos valores pueden sostenerse o si son transitorios, recordando la fuerte caída de 2022.

Tras esta puesta en escena, el Cr. Gastón Scayola, presidente del INAC, luego de reivindicar el rol de INAC comprometió su respaldo al programa instrumentado desde el MGAP en apoyo a la cría y deslizó que se estudian estímulos impositivos para los criadores, sin importar su tamaño. Tal vez de los anuncios más trascendentes para dar sentido a la discusión de fondo.

El resto del conversatorio se centró en la insistencia de la industria en la necesidad de duplicar la producción, mientras que las gremiales rurales relativizaron un objetivo tan ambicioso.

Tres días después, ADIFU y la Cámara de la Industria Frigorífica presentaron un estudio encargado a EXANTE sobre el Impacto de la Industria Frigorífica en Uruguay. El informe ubicó al sector como responsable del 11% del Valor Agregado Industrial, apenas un punto por debajo de la celulosa y la industria de concentrados para bebidas.

La actividad se desarrolla en 32 plantas, distribuidas en 16 departamentos, que exportan 460.000 toneladas y abastecen con 108.000 toneladas al mercado interno, es decir el 80% está destinado a los mercados externos. La faena ha evolucionado desde el millón y medio de cabezas de las últimas décadas del siglo pasado a los 2 millones 200 mil cabezas en la actualidad (+45%).

Pero lo más importante, superando los agudos ciclos de antaño, con fluctuaciones que respondían a tiempos de liquidación y recomposición de stock. Se suma a esta franca evolución un consolidado incremento en el porcentaje de extracción. En 35 años, la faena creció 45% en cabezas y 60% toneladas en pie, lo que refleja más valor agregado en origen. En conjunto, la productividad industrial aumentó 175% a partir del indicador Volumen físico/Horas trabajadas, un dato relevante en un país cuestionado por su baja productividad.

Las exportaciones de carne se multiplicaron 4,4 veces en 30 años, explicada por el mayor dinamismo en el acceso a mercados, la mayor faena y el mayor peso de los ganados. Con fluctuaciones, los valores de la tt exportada se incrementaron un 22% en el periodo considerado, si bien esta consideración es en dólares corrientes cuando el mundo ha sufrido inflación en dólares.

De los 13 mil millones de dólares exportados por nuestro país, la industria cárnica participo en un 19%, casi igual que la celulosa (22%). Una característica de las exportaciones cárnicas es la gran diversificación de mercados, con la presencia creciente de China a partir del 2013. La dispersión de precios es clara: 10.000 U$S/ton en la UE, 6.000 en EE.UU. y 3.600 en China, con un promedio récord de 5.300 en 2025. De esta canasta surge hoy un valor promedio de exportación de 5.300/tt record histórico alcanzado este año. Siendo la industria frigorífica un negocio de rentabilidades muy ajustadas la colocación de cada corte cuenta.

Desde los años 90, las desregulaciones permitieron que los precios de la hacienda reflejen la evolución internacional, generando un mercado interno dinámico y competitivo, ya que existe una alta correlación entre valor de exportación y valor del novillo pagado al productor.

En definitiva, en 30 años han aumentado todos los indicadores productivos, datos que se corresponde con la bondad de un mercado donde hay competencia por los recursos productivos en particular la tierra. Las regulaciones desincentivan la inversión y el crecimiento económico. Preservar la competencia es absolutamente fundamental.

Finalmente, Ec. Roselli presento el beneficio bruto alcanzado por la industria frigorífica antes de impuestos, intereses y amortizaciones. Oscilaciones muy significativas en torno a un promedio del 2,8% del valor bruto producido. Es un margen ínfimo cuando no se considera en el mismo la amortización de inversiones y la atención de la deuda si la hubiera. En los últimos años más estabilizado oscilando en torno al 6%.

Frente a esta situación descripta en ambos eventos, con una producción ganadera dinámica, que ha sabido responder productivamente en calidad y cantidad a partir del estímulo de los mercados, el indicador común en ambos casos fue dado por el clamor del sector industrial reclamando en forma dramática un aumento significativo de la producción a nivel de campo. Así fue la forma de expresarse de Daniel Belerati, presidente de la CIF; similar fue el reclamo de los representantes de la industria en el primer panel comentado. Ante las dificultades de ser competitivos en un país estructuralmente muy caro para producir, con elevados costos en dólares, desde la industria se entiende que mantener el nivel de actividad en el esfuerzo por colocar cada corte en el mercado más indicado exige aumentar significativamente la producción, al punto de duplicarla.

Belerati remarcó que no es posible seguir en la dinámica actual: se requiere imperiosamente crecer. Fue enfático en afirmar que las condiciones están dadas para ello. El productor ganadero viene cumpliendo en la intensificación y mejora de la producción, tal cual las cifras presentadas. ¿A quién corresponde tomar la posta en este desafío dramático de la industria? ¿Cuál es la respuesta desde el gobierno, desde el Estado. Por cierto, no será limitando la exportación en pie que se logre tal fin…

Motivo para otra nota y nuevas reflexiones. Con perdón del lector, esta columna se ha extendido más de la cuenta, pero el tema lo merecía...